La SD Huesca respiró aliviada tras el punto cosechado el domingo en Gijón. Un puntito que sirvió para salir del descenso cuatro largos meses después, y es que desde finales de septiembre el equipo azulgrana se había "acostumbrado" a pisar zona pantanosa. De ahí que la parroquia azulgrana valorara con buenos ojos lo conseguido cuando el colegiado pitó el final del encuentro en El Molinón-Enrique Castro "Quini".
Desde el triunfo por 0-2 ante el Alcorcón en un lejano 23 de septiembre -primera victoria de la temporada- el Huesca no se veía en una situación igual: con cuatro equipos por debajo en la clasificación y con la sensación de que se está a tiempo de todo. Para bien y para mal. Porque el Andorra se las prometía muy felices cuando ganó al Huesca en el último suspiro y ahora mismo ya está por debajo.
Antonio Hidalgo se ha empeñado en confeccionar un equipo rocoso, difícil de batir. Es la octava portería a cero del Huesca en lo que va de liga -la segunda consecutiva-, seis de estas conseguidas con el técnico catalán en el banquillo. Antes, con Ziganda, el equipo había firmado dos en 10 jornadas, momento en el que fue destituido tras caer por la mínima contra el Eldense en El Alcoraz.
Es llamativo el dato de las porterías a cero, sobre todo si se analiza dónde las ha conseguido. Cinco de las ocho se han dado a domicilio, por lo que habla bien de un Huesca que, a diferencia del curso pasado, se encuentra muy cómodo lejos de El Alcoraz. La primera la logró en Santander, el 28 de agosto, y después siguió en Alcorcón (0-2), Amorebieta (0-1), Zaragoza (0-2) y Gijón (0-0).
Otro dato: el Huesca es el cuarto equipo menos goleado del campeonato liguero, pues ha recibido 18 goles en 22 partidos. Mejores números tiene el líder Leganés (15), Real Sporting (16) y Real Oviedo (17). La última vez que encajó un gol fue en el Ciutat de Valencia, el pasado 17 de diciembre (2-1).
Ahora, el Huesca se topará precisamente con el equipo más goleador de la liga, el Eibar (domingo, 18:30h). Los vascos han anotado 36 tantos, los mismos que el Racing de Santander, por lo que será una buena prueba de fuego para medir la fiabilidad oscense.