CNT ha expresado su malestar por la negativa del Ayuntamiento de Huesca a permitir la celebración del acto final de la manifestación del 1 de Mayo en el monumento de Las Pajaritas, espacio que había sido solicitado para concluir la jornada reivindicativa.
CNT ha expresado su malestar tras la decisión del Ayuntamiento de Huesca de denegar el uso del monumento de Las Pajaritas como lugar de finalización de la manifestación del pasado 1 de mayo, una jornada tradicionalmente reivindicativa para los movimientos obreros y sociales.
La organización ha señalado que, un año más, la manifestación del Día Internacional de la Clase Trabajadora volvió a poner de manifiesto el conflicto entre las prioridades institucionales y las necesidades reales de la ciudadanía. Según CNT, el veto municipal impidió celebrar el acto final en Las Pajaritas, espacio que consideran históricamente vinculado a la protesta social en la ciudad.
La escultura, obra de Ramón Acín, fue -según ha recordado el sindicato- un regalo dirigido a los niños y niñas de Huesca. En el comunicado difundido durante un acto simbólico celebrado este miércoles, 14 de mayo, la organización describió el monumento como una expresión de una forma de entender la ciudad, la educación y la vida desde valores como la libertad y la justicia social.
CNT ha denunciado que el Ayuntamiento justificó la prohibición alegando motivos estéticos y turísticos, y ha interpretado esta decisión como parte de una estrategia más amplia de “vaciamiento ideológico y privatización del espacio público”. En su opinión, este proceso convierte en postales y souvenirs aquellos lugares que anteriormente sirvieron como espacios de encuentro, memoria y lucha.
Durante el acto del día 14, la organización manifestó que la prioridad municipal parece ser “el turismo por encima de la ciudadanía”, y que el objetivo del consistorio no sería el bienestar colectivo sino “convertir la ciudad en una fábrica de dinero para unos pocos”. Según el comunicado, esta lógica responde a una dinámica capitalista que transforma los símbolos en objetos de consumo, vaciándolos de contenido político para explotarlos como simples atractivos turísticos.
CNT recordó que Ramón Acín fue fusilado por el fascismo en agosto de 1936, al igual que su compañera Concha Monrás, asesinada pocos días después. Ambos, señalaron, fueron víctimas de la represión por sus ideas de libertad. A juicio de la organización, impedir la celebración del 1 de mayo en el monumento que Acín diseñó constituye una falta de respeto a su memoria y a la historia colectiva de la ciudad.
El manifiesto leído ante el monumento finalizaba con una reflexión dirigida a quienes hoy gobiernan el espacio público: qué pensaría Ramón Acín si supiera que su obra, destinada al pueblo de Huesca, ha sido restringida para proteger una imagen turística de la ciudad.
En sus conclusiones, CNT afirmó que continuará defendiendo el derecho a usar los espacios públicos como lugares de expresión política y de construcción popular. Aseguró que la ciudad no pertenece a los intereses del mercado, y que seguirá reivindicando su carácter colectivo: “Huesca no es un decorado, es un territorio en disputa”.