Tendencias 2024 en el Liderazgo

Más allá del yo individual, la consistencia nos permite centrarnos en objetivos más grandes, beneficiando al entorno y no mirando el propio ombligo.

25 de Diciembre de 2023
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Alfredo Lachos y las Tendencias 2024 en el Liderazgo
Alfredo Lachos y las Tendencias 2024 en el Liderazgo

La consistencia es la dedicación inquebrantable y coherente a nuestras acciones...

El mundo está cambiando tan rápidamente que el liderazgo de equipos junto al  empresarial no es una excepción, en el centro los Recursos Humanos/Personas/Sostenibilidad  y la Inteligencia Artificial.

El mundo está inestable, se ha quedado corta la sigla de Complejo, Ambiguo, Incierto y Volátil (VUCA).

Yo creo, y veo en mis intervenciones y visitas, que hoy estamos en plena era de  Estudios y Análisis del Futuro y se puede considerar como  síntesis de este momento de la sociedad/humanidad.

Las tendencias en Gestión+Liderazgo+RRHH= Management para 2024 se pueden resumir en:

1. Adaptabilidad, antifragilidad y resiliencia:

Los líderes del nuevo tiempo necesitan ser todavía más capaces, hábiles y ágiles para adaptarse a los cambios constantes y recuperarse de los desafíos. Esto requiere una fuerte capacidad de aprendizaje y crecimiento, estar siempre en constante acción de capacitación, así como una actitud positiva y resiliente. Los cambios se precipitarán aún más rápido que en el pasado.

También se incorpora el concepto de antifragilidad. Es lo que nos permite prepararlos para los desastres, el caos y situaciones que se salen de control (la resiliencia es diferente, por cuanto aparece en el momento justo de los desastres o desafíos; la antifragilidad es la preparación previa, para tener robustez y estar preparados).

2. Pensamiento estratégico y visión a largo plazo, ser visionario de forma holistica:

Las personas en roles de liderazgo que más se van a destacar son aquellas que sean capaces de ver el panorama general y desarrollar estrategias que conduzcan al éxito a largo plazo.
Para lograrlo, se requerirá una comprensión profunda de las tendencias del mercado, las necesidades de los clientes y las capacidades de la organización, y el estilo de cultura de gestión de personas que se tenga, ser un generalista en Recursos Humanos de nuevo, las personas en el centro los RRHH (clientes, directivos, colaboradores, proveedores, comunidades donde están insertas la empresas).

3. Inteligencia emocional aplicada al liderazgo y habilidades sociales:

Para lograr estas competencias, se requiere ser capaces de comprender y gestionar sus propias emociones, y saber manejar los sesgos cognitivos de uno mismo, así como los de los demás. Esto es esencial para crear un entorno de trabajo positivo y productivo y estable.

Esto permite bajar los niveles de tensión propios de los cambios, manejar el vértigo de este momento y descubrir otro tipo de caminos viables para resolver las cosas de la mejor forma posible, ser resolutivos.

La necesidad de sentar a las emociones en la mesa del directorio; aprender a conducirlas, y estar abiertos a considerarlas como un insumo habitual dentro de las conversaciones, decisiones y tácticas empresariales, importante decir siempre lo que se espera del equipo.

Las empresas sienten, son ‘sintientes’ como cualquier ser humano.Y depende de la capacidad de cada líder de entrenarse, abrirse y también, mostrarse vulnerable cuando haga falta.

4. Pensamiento crítico y toma de decisiones informadas.

Pensar críticamente es alcanzar la neutralidad para analizar las cosas desde distintas perspectivas, sin caer en la “parálisis por análisis”, que no conduce a nada (porque puede frenar y ser un lastre en los procesos).

Tomar decisiones informadas es contar con toda la información posible, analizar el “big data” disponible y crear nuevos flujos de análisis de información circulante, para decidir mejor, incluso en situaciones de incertidumbre.

La Inteligencia Artificial, que está dando sus primeros pasos a nivel masivo, será una gran aliada para procesar enormes volúmenes de información, para ayudar a decidir.

5. Liderazgo ético y sostenible.

Este aspecto es cada vez más relevante, donde la ética se suma a la sostenibilidad.

Las decisiones ya no tienen sólo impacto en la empresa, sino en las comunidades y países, en el medio ambiente, y las distintas generaciones (especialmente las más jóvenes), eligen dónde, cómo y en qué trabajar en función, entre otras, de esta consciencia. Esto requerirá un compromiso con los valores y la responsabilidad social corporativa.

¿Cómo lograrlo? Siendo consistentes como empresas y como líderes. La consistencia es la dedicación inquebrantable y coherente a nuestras acciones. Esto quiere decir que es el reflejo de un compromiso total con lo que hacemos y la congruencia permanente, asegurándonos de que nuestras acciones estén en línea con nuestras convicciones. Por eso es que no se trata simplemente de repetir acciones, sino de hacerlo con propósito, intención contributiva y dirección, pero sobre todo dando seguimiento a los compromisos y acciones.

A las personas que dicen, piensan, hacen y sienten se las llama coherentes. Se dice que son ‘de una sola pieza’ y que no tienen dobleces. En ellas, el componente de la congruencia aparece como la columna vertebral que une las acciones y la visión de la persona sobre quién es, cómo se planta y enfrenta ante las situaciones, y en qué cosas no está dispuesto a trastocar sus valores más íntimos y profundos.

Lo mismo se puede aspirar y desarrollar en las culturas empresariales y organizacionales de cualquier tipo y tamaño.

Por eso es que, en un mundo disruptivo y totalmente imprevisible, la consistencia ayuda a que las acciones, pensamientos y palabras se perciban a la distancia, y, en el tiempo, dejen una estela imborrable, llamada legado personal y empresarial.

Algunos de los beneficios de este tipo de cultura al liderar son:

. Confianza y credibilidad: La gente confía en quienes demuestran ser coherentes en sus palabras y acciones.

. Integridad y tranquilidad: Definiendo y manteniendo nuestros "no negociables", nos posicionamos en un lugar de integridad personal, lo que nos brinda paz interna y una consciencia tranquila.

. Visión del bien común: Más allá del yo individual, la consistencia nos permite centrarnos en objetivos más grandes, beneficiando al entorno y no mirando el propio ombligo.

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