Y la alegría de Ibón y Cristina y Fernando y Santos iluminan el Dance y hacen historia para San Lorenzo

El cuádruple relevo ha añadido no sólo la presencia de la mujer, sino también el brío y las facultades de los jóvenes para dar más lustre a la más bonita expresión de la fiesta

J.G.A., M. Manterola y M. Martínez
10 de Agosto de 2023
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Resumen de la histórica actuación de los danzantes en 2023

Día 10 de agosto de 2023: la Agrupación de Danzantes de Huesca hace historia. Huesca hace historia. Un momento escalofriante, hermoso, la certeza de que vivimos un momento único. Por vez primera desde que los hortelanos decidieran rendir tributo al santo patrón con el esfuerzo de sus dances hace más de tres siglos, dos mujeres serán de la partida. Ibón y Cristina, Cristina Esperanza Mendoza e Ibón Cejalvo, han unido sus movimientos armónicos al de sus compañeros que les han integrado con total naturalidad, como la que corresponde a una normalidad fruto de un cumplimiento sereno de los estatutos.

Ha habido una gran expectación desde mucho tiempo antes, con la plaza a reventar de público entusiasmado que ha ido aplaudiendo con un gran entusiasmo la llegada de los danzantes, en un goteo que prometía felicidad laurentina.

Las sonrisas de ellas, y de Fernando Esperanza y de Santos Santolaria, junto al resto de la Agrupación, han emocionado tanto que se desprendían lágrimas y sonrisas, en medio de una gran euforia.

Cristina Esperanza en el Degollau.
Cristina Esperanza en el Degollau.

Todos los danzantes han sido recibidos con ovaciones, pero es cierto que los debutantes se han llevado los aplausos más largos y efusivos. Amigas de Cristina Esperanza lloraban al abrazarla y buena parte del público se ha contagiado de la misma emoción.

Lo han hecho mucho más que bien. Ya en su primera comparecencia, bajo la mirada orgullosa de Jesús, Daniel Fernando y Santos, han aportado no sólo energía, sino una gran alegría y, por supuesto, buen ritmo.

Con ellas, con idéntica fluidez, dos mozalbetes que han tomado el relevo de sus padres, Fernando Esperanza y Santos Santolaria que han sustituido a Fernando Esperanza y Santos Santolaria. Juego de palabras y realidad. Como sus colegas noveles, atléticos, entregados y con un extraordinario punto de emoción. Cincuenta años hace que no se producía un cambio cuádruple, precisamente en 1973 cuando Jesús Esperanza, padre de Cristina, fue un principiante más. 

La Plaza de San Lorenzo ha estado esta mañana, si cabe, más hermosa. Y los ojos estaban en Cristina y en Ibón, y estaban en Fernando y Santos, para enorgullecerse, no para examinarlos, aunque ha quedado probado que han pasado la primera prueba con nota, y no cualquiera, sino sobresaliente. Bien dirigidos por el mayoral, Paco San Emeterio, magníficamente arropados por el presidente, Jorge Escario, animados solidariamente por todos y cada uno de los miembros de la Agrupación.

Y, en estas, tras la jota de Roberto Ciria y el "bom" de la Banda de Música de Alejandro Escuer, con la piel de gallina, el estremecimiento ha dado paso a la fluidez y a la armonía, porque el son que más mueve los corazones oscenses, el del Dance de Espadas, ha demostrado que nuestra Agrupación de Danzantes es la sangre que corre por las venas de nuestra identidad. Y ahí saltan, brincan, danzan y golpean los metales, y ahí lucen los nuevos y los viejos, porque esto no va de edades.

Y de la pieza de Valentín Gardeta a la de Bienvenido Susín el "molinero de Morana", mayoral que fuera de la Agrupación, con los palos nuevos. Y la emoción ya resulta incontenible, y las lágrimas brotan por la consciencia de que vivimos algo nuevo... y algo eterno. Y ahí van otra vez, al ritmo de Valentín Gardeta, los 27 héroes humildes de Huesca con los palos viejos animados por otra composición de Valentín Gardeta.

No cabe un alfiler de gratitud al cielo ni a los danzantes. Y, porque es fiesta en Huesca, como el título de la icónica pieza del maestro Emilio Gutiérrez, se redoblan las campanas de nuestro espíritu con ese hermoso vals que es el de las cintas.

Todo transcurre con una gran hermosura, preparado para el Degollau, dance antiquísimo con una simbología muy oscense -Ramiro el Monje enseñó el camino- bajo la rítmica de Francisco Román Aguilar.

Y la obra maestra de cada año concluye, con aplausos inacabables hasta que llega el momento de la procesión y de rendir culto a San Lorenzo por las calles hasta desembocar en la Pontifical. 

10 de agosto de 2023. Historia viva de Huesca. Historia eterna.

UN MOMENTO PARA TODA LA VIDA

Santos Santolaria transmitía felicidad tras su primera vez como Danzante ante la Basílica el día de San Lorenzo. “He tenido la suerte de poder bailar con mi padre y he disfrutado muchísimo”, ha señalado.

Esta noche pasada se acostó pronto y, aunque costaba que entrara la comida por los nervios, antes de su primera actuación ha podido desayunar “fuerte”.

“Había algo de nervios, pero en cuanto ha sonado la música de las Espadas, se ha olvidado todo, y a disfrutar. El sonido del bombo me ha puesto los nervios de punta y ya ha empezado todo”, ha explicado sobre un baile que significa “un momento único, para toda la vida”.

Apunta que siempre recordará este momento en el que ha estado acompañado por su familia y todos sus amigos. “Ha sido superbonito”, ha afirmado.

Su padre le ha dado muchos consejos, y ha seguido haciéndolo durante el dance. “En algunos momentos me dice: “Más tieso, agáchate…”, me ayuda mucho”, agradece.

Y seguía el dance en la procesión y con la entrada en la Basílica, “que dicen que es muy emocionante, que retumba todo y suena mucho mejor”, indica.

El también debutante Fernando Esperanza ha recordado en su primer baile ante San Lorenzo a toda su familia. “Ha sido una mañana muy feliz, muy emocionante. He recordado a mis abuelos Jesús y Josefina, que desde que tengo uso de razón para mi son San Lorenzo”, ha apuntado.

También ha sido un día muy emotivo porque ha bailado con buena parte de su familia Esperanza, su padre, su tío y su prima.

La noche antes de su primer baile, se había despertado varias veces, “como es normal”, pero ha podido descansar “relativamente bien” antes de salir a bailar ante San Lorenzo. “El primer baile de las Espadas lo guardaré siempre en la memoria”, ha asegurado.

Ibón Cejalvo ha confesado que no había dormido, pero por la mañana no había tenido tiempo para sentir nervios. En realidad, ha dicho, se los dejó todos en el último ensayo, en el que centenares de oscenses les vieron bailar con tanta ilusión en el Colegio Pío XII y comprobar que estaban todos muy bien preparados.

Y ha seguido los consejos de los veteranos, que le habían conminado a disfrutar, olvidarse del público y centrarse en el baile. Así lo ha hecho y se le ha visto bailar suelta y feliz. Los gritos de ánimos de sus compañeros, además, le han dado alas.

La sonrisa sempiterna de Cristina Esperanza reflejaba estar compartiendo el mismo sentimiento con Ibón, Fernando y Santos, o muy similar. Su padre, su tío, sus amigas, los aplausos de los asistentes, todo le ha espoleado y le ha dado seguridad, aunque en un primer momento le han temblado un poquito las piernas, ante semejante avalancha de emociones. 

Bailar las espadas dos veces con su padre, ha sido realmente especial. Al finalizar se mostraba muy orgullosa de haber dado, junto a Ibón, ese paso que ha hecho historia en Huesca y ha expresado su deseo de que pronto les sigan otras chicas. Como decía Alejandro Escuer, en uno de los días más importantes del año también para la Banda de Música, siempre esencial a pesar de su discreción, lo importante es que lo veamos con normalidad.

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