La ciudad chilena de Iquique ha establecido una conexión sentimental de un lado al otro del océano para succionar fraternalmente las emociones festivas de San Lorenzo en su Fiesta de Octava que ha culminado el pasado 25 de agosto, y en la que el dance de Huesca se ha interpretado en sus ritmos, además de incorporar a su programa la Despedida al Santo, absolutamente emocional y con más de ocho mil personas interpretando la pieza de Toño Julve con estribillo original de Darío Esparza y Angel Orós, alzando las pañoletas verdes enviadas desde la ciudad oscense.
Un año tan especial requería la máxima comunicación con la ciudad Cuna de San Lorenzo (la asociación de idéntico nombre ha enviado ánimos y felicitaciones desde Huesca), sobre todo teniendo en cuenta que se cumple el 1800 aniversario del nacimiento del que sería diácono, mártir y luz de la Iglesia.
Iquique, comuna de más de 230.000 habitantes, es conocida como la Ciudad Heroica (en Huesca nos suena junto al escudo), y ha querido mimetizarse con las tradiciones oscenses sin perder las costumbres propias. Un mestizaje hermoso en el que se han combinado para las galas el verde y blanco oscense junto a las vistosas indumentarias de Chile
La Banda de Música de la Cuarta Zona Naval de Iquique adquirió protagonismo merecido en la fiesta central presidida por las autoridades locales. Tras una entrada en el abarrotado reciento al ritmo del Dance de Espadas compuesto musicalmente por Valentín Gardeta, sobre el escenario un grupo de danzantes femeninas y masculinos hicieron las delicias de todos a un ritmo exigido por lo exiguo del espacio.
La Banda de Música prosiguió con sus interpretaciones de palos viejos también de Gardeta, los palos nuevos obra de Bienvenido Susín "Molinero de Morana", el vals de las cintas de Emilio Gutiérrez y el Degollau de Francisco Román, todo en medio de un entusiasmo apreciable.

La comunidad de la Capilla Reconciliación San Lorenzo disfrutó la Fiesta de la Octava (tal es su denominación) con un histórico donde se presentanba por primera vez 92 parejas de diferentes conjuntos folclóricos de la región a danzarle el baile nacional como la cueca nortina, el cachimbo y cueca central. Al finalizar, con el Santo contemplando todo el espectáculo, resaltó la Jota de San Lorenzo bailada por dos parejas mixtas y con las voces de cantadores locales, todos de la compañía folclórica Vicente Hurtado de Iquique en medio de un gentío.
Al término de la procesión ya de noche, con el San Lorenzo de Reconciliación mecido al ritmo de las pañoletas, llegó la Despedida al Santo con la música y letra de Toño Julve que completa el estribillo original de Darío Esparza y Ángel Orós. "Alzo a los cuatro vientos ni pañoleta/ mi cuerpo está cansado, llegó el final/ canto con la voz rota porque en tu fiesta/ mi garganta y mi alma te quiere dar". En una larga interpretación, los asistentes se sumaron al estribillo: "Adiós, san Lorenzo, adiós/ las peñas están aquí/ nosotros también sentimos/ que hoy la fiesta llegue a su fin".
Por cierto, también hubo un homenaje a la composición con inteligencia artificial creada por Ignacio Almudévar, al que pidieron su autorización. Un escalofrío ha cruzado el atlántico y ha conectado Huesca e Iquique.