Olga y los Ministriles cerró este sábado otra exitosa edición del Iberia@huesca.folk, con la plaza General Alsina abarrotada, un "remanso de paz", como lo calificó Salvador Cored, en el que todavía resuenan los acordes de las diferentes formaciones que han pasado estos días por ella.
Tenía mucho de especial el espectáculo, porque la formación oscense quería rendir un homenaje a la Escuela de Música y Folclore de Huesca, que celebra su cincuentenario, y a tan simbólico aniversario hay que sumar que Olga, la voz de los Ministriles, formó parte de aquel alumnado que inauguró el centro.
Le gustaba mucho cantar y tocaba también la guitarra. "Tengo unos recuerdos muy gratos, fue la apertura a un nuevo mundo, a hacer lo que me gustaba y compartirlo con más gente. Nos crearon también una rondalla, la Pequeña Sertoriana. Eso creó también una gran amistad entre los críos que éramos".
Pepe Rodrigo fue uno de sus compañeros y Camila Gracia fue su profesora, la que le enseñó La Magallonera, "una señora muy elegante, a la que no le gustaba endulzar, decía las cosas como las veía, pero siempre con un ánimo constructivo, para progresar".
"Se portó fenomenal conmigo y yo la quería muchísimo -relató instantes antes de subirse al escenario-. Al final, como tenía artrosis en los dedos, yo le ayudaba tocando la guitarra en sus clases".
Al escenario salieron, además de Olga y los Ministriles, varios profesores de la Escuela de Música y Folclore, Roberto Ciria -que además es el director del centro- y Sofía Bueno (de canto); Lalo Pardo, Rodrigo Elpuente y Guillermo Planas (instrumentos) y Jairo Périz (Baile) y su pareja artística Virginia Costea, así como los Barfulaires.
El repertorio, netamente aragonés, incluyó una Albada de bienvenida, El Barrichós, La escoba, Recatachunga, una versión nueva de El Broquel, Hay una cruz en el Saso, Dicen que no te quiero, tres jotas de estilo, Oleay, Alquezra, La canastera, Les casquetes, Joticas buenas, Aquellas montañas, Riau Catarriau y Dance de las espadas.
"Es un grandísimo honor cantar con la gente que está con la jota en el día a día -aseguró Salvador Cored-. La jota está en un gran momento. Cuando empecé hace 40 años había buenos cantantes, buenos intérpretes de bandurria, guitarra y laúd y buenos bailadores, pero ahora hay muchos buenos. Veo la Escuela de Jota tomándoselo con muchísimo interés, ensayan mucho y con gran intensidad".
Una noche de jota vivida con ilusión, compartida con los oscenses, gratificante para los artistas y disfrutada por todos. Y con dos sobrinitas de Olga y Salvador que no pararon de bailar desde principio a fin del espectáculo e incluso se subieron al escenario para acompañar a los artistas en Riau Catarriau.
Salvador Cored se mostró muy satisfecho de todo el desarrollo del Huesca@Iberiafolk.com, que comenzó con el grandísimo trío portugués Seiva, que interpreta el folclore tradicional de ese país con gaitas, electrónica y percusión, de manera excepcional. Siguió Maragatos y el folclore de Málaga, aderezado con buenas dosis de humor; y el Mantel de Noa y la Chaminera, con una espectáculo que Cored calificó de "interesante y muy bien documentado". Después fue el turno para el acordionista canario Miguel Alfonso, en formato quinteto, y el grupo jacetano Miércoles de Cecina.
"Aquí se puede ver el mejor folk que se hace en España y parte del mundo. Este año ha venido Portugal y, el que viene, seré el turno del sur de Francia", concluyó Salvador Cored