El latido de Huesca se escucha en la trompeta de Javier Ruiz Laguna

“Pichín” encarna los valores humanos de la Banda de Música, que actúa este jueves, 13 de agosto, en el Parque Miguel Servet

12 de Agosto de 2025
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Javier Ruiz Laguna "Pichín". Foto Myriam Martínez
Javier Ruiz Laguna "Pichín". Foto Myriam Martínez

Javier Ruiz Laguna es música en estado puro. Su vida late al compás de las partituras y su trompeta suena con la naturalidad del aire que respira. Los oscenses lo conocen desde sus tiempos en Os Mainates, pero desde hace catorce años su nombre está ligado inseparablemente a la Banda de Música de Huesca.

Su ingreso fue casi una anécdota doméstica. Su hijo Juan fue el inesperado embajador que le condujo a este proyecto común. “Yo le llevaba y le traía a los ensayos de la banda y la gente que conocía me empezó a decir que me viniera yo también, porque el ambiente aquí es muy familiar”.

Debutó en la procesión de San Lorenzo –como tantos músicos–, bajo la dirección de Alejandro Escuer, y desde entonces se ha sellado en su vida una doble alianza: “Nos une la música, pero también el componente humano. Aquí, de verdad, nos queremos todos, venimos a divertirnos, a hacer las cosas muy bien, y a mejorar cada día. Nos llevamos de maravilla y eso también se transmite musicalmente al exterior”.

La forma en que Javier Ruiz Laguna experimenta San Lorenzo tiene un doble registro: el del intérprete entregado a su oficio y el del oscense que honra sus tradiciones. “A ver -explica-, cuando tienes que tocar, las fiestas se disfrutan mucho, mucho, pero de otra manera. Efectivamente, la intensidad con la que se viven las fiestas es tremenda”.

Javier Ruiz Laguna y su hijo Juan, compañero en la Banda de Música de Huesca,
Javier Ruiz Laguna y su hijo Juan, compañero en la Banda de Música de Huesca.

Para él no hay jornada que supere la del 10 de agosto, cuando la devoción y la música confluyen. “Evidentemente, hay otros actos que también tienen su importancia, como el concierto que da la banda en el Parque Miguel Servet -este miércoles, 13 de agosto, a las 12:00-, y también te diría la Ofrenda de Flores, cuando ya termina nuestra participación. Después del esfuerzo que se ha hecho, ese abrazo que nos damos, contentos por lo bien que ha salido todo, es muy emocionante. Pero, por supuesto, por encima de todo está el 10 de agosto”.

Si tuviera que elegir un recuerdo, sería el de su estreno compartido con Juan. “Todas las fiestas han tenido sus detalles, pero el sentimiento personal de tocar con mi hijo, la satisfacción de compartir la pasión por la música con él y salir en la procesión juntos, fue una emoción tremenda”.

"El sentimiento personal de tocar con mi hijo fue una emoción tremenda"

Aunque el repertorio es extenso, reconoce su debilidad por una partitura muy oscense. “Te puede emocionar un pasodoble; una determinada pieza en el concierto, que es donde mejor demuestra la banda su potencial; pero en el dance de las espadas ves que toda la gente te acompaña y esto es lo que más transmite”.

No solo interpreta, también gestiona, pues ejerce como tesorero. “Estamos un grupo de compañeros en la Junta, porque esto es una asociación, y entre todos vamos tirando del proyecto y muy a gusto. Porque sí quiero resaltar que hay muchísima labor detrás de lo que la gente ve, hay que recordar que la banda tiene su propia escuela. De todas formas, es verdad que es un esfuerzo importante, pero también produce satisfacción”.

Pocas cosas en la vida pueden darte una satisfacción como la música –apostilla–. Yo creo que, en este aspecto, he tenido la suerte de ser un privilegiado”.

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