Da la impresión de que ha heredado el legado de su tío. Tal comentario se deslizaba de boca en boca en la mañana del 10 de agosto, antes de que el reloj marcara las 8:30, mientras cientos de vecinos de Huesca aguardaban con expectación la entrada triunfal de los danzantes en la bulliciosa plaza de San Lorenzo.
Lorién Sierra es sobrino de Carlos Luna, fundador de Os Mainates y Los Lambreños. El 23 de agosto se cumplirán ya cuatro años de su fallecimiento. El chico lleva la música en las venas y, también como él, hace gala de su alegre temperamento.
Como en 2022, Lorién cogió una guitarra y se puso a amenizar la espera, hasta la llegada del mayoral, Francisco San Emeterio, y todo el cuadro de baile, que honra a San Lorenzo en el día del patrón.
Amigos de su tío le habían contado que, cuando eran jóvenes, en la espera de los danzantes, se entregaban a la tarea de "escobar la plaza", y tejían el tiempo con melodías para animar a los congregados. Y el año pasado, de manera espontánea, quiso recuperar ese espíritu. “Creo que lo tenían en el subconsciente y me dije: venga, vamos a hacer un poco lo mismo”, señala.
Lorién es miembro de la Agrupación Folklórica Santa Cecilia, como algunos de los jóvenes de su cuadrilla, que secundaron su determinación. Y se pusieron a bailar la Jota de San Lorenzo, a lo que el público correspondió con alborozo y aplausos.
“Me daba un poco de cosa que la gente pensara: dónde va ese cantamañanas, e igual alguien lo piensa, pero por lo general la gente me decía que se lo había pasado muy bien", así que este año volvió a recorrer la misma senda.
Además de bailar, Lorién cogió la guitarra y cantó varias canciones, alguna de Os Mainates y otras como 15 de agosto, de Ixo Rai, o Mi ovejita lucera, el tema de Joaquín Sabina y Alberto Pérez, que inmortalizó La Mandrágora y con la que el oscense puso a dar balidos a todos los reunidos en la plaza de San Lorenzo.
Además, Roberto Ciria dedicó una emocionante jota al Santo, Antonio Pertusa “Romario” se dejó el alma para entonar con pasión S’ha Feito de Nuei y las chicas de Komando Komare, que habían actuado la noche anterior, le pidieron a Lorién que les acompañara con la guitarra para elevar al cielo la jota navarra del maestro Manuel Turrillas, Las espigas de oro.
“Que a la gente le recuerde a mi tío, para mí es una pasada”, afirma Lorién Sierra, que lleva camino de volverse un imprescindible de la mañana del día 10.