Durme lleva la música de las tres culturas al enclave de Santa Teresa

La banda formada por Ana Corellano, Fernando Lleyda, Enrique Lleida y Santiago Lleida interpretó música judía sefardí, musulmana y cristiana

15 de Julio de 2023
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Durme actúa en Huesca en el ciclo Enclaves

El Ciclo Enclaves que organiza la comarca de la Hoya con la colaboración de la Diócesis de Huesca pretende dar vida a diferentes lugares -en su mayoría iglesias- y se detuvo el viernes en la de Santa Teresa para acoger un concierto ecuménico en el que la banda altoaragonesa Durme interpretó temas de su reciente disco Lejaim.

Lejaim es un espectáculo ya muy trabajado que hemos podido apreciar también en el Centro de Congresos de Barbastro en octubre de 2022, que se presentará también en Torreciudad en el ciclo Clásicos en la Frontera el 18 de agosto y ha sido objeto de actuaciones en escenarios de Italia, Francia y Polonia. A pesar de este recorrido, Lejaim no pierde su fuerza y su frescura. Ana Corellano introduce cada tema con un entusiasmo contagioso que expresa su amor por la música que hace.

Desde el primer tema del concierto, Durme la doncella, nos dimos cuenta de que los diálogos entre los vientos de Fernando, el piano de Enrique y la voz de Ana iban a ser la clave y la novedad del proyecto. A esta serenata que se dirigía a las novias en el siglo XV siguió un romance de Marruecos sobre La reina Jerifa. La versión que hace Durme del tema es bastante jazzística tanto en el piano como en el clarinete; y es muy interesante también la música sin palabras de la mezzosoprano.

La tradición musulmana entró en el concierto gracias al famoso zéjel de las Tres Morillas de Jaén, Axa, Fátima y Marién, que el público casi coreó.

El standard sefardí por excelencia, Morenica, ha sido trasladado al jazz recientemente por el contrabajista Avishai Cohen y por el dúo del pianista Chano Domínguez y la flautista israelí Hadar Noiberg. Pero, como se aprecia en el video que adjuntamos, Durme introduce la novedad del coro a capella por parte de todos sus miembros. Un acierto.

El jazz siguió presente en las inspiradas improvisaciones al saxo soprano de Fernando Lleyda en Arab Medley, un tema instrumental compuesto precisamente por Avishai Cohen. Y es que cuando Fernando deja el clarinete y coge el saxo es que algo va a pasar.

El temido Rey Nimrod apareció en escena por medio del romance balcánico sefardí que lo ha hecho famoso y que nos lo presenta como un monarca rebelde a los mandatos divinos y modelo de despotismo. La fuerza del tema estuvo canalizada por el solo de percusión de Santi Lleida.

Quizá el momento culminante del concierto llegó con el romance de las Tres hermanicas en el que, durante un pasaje bastante lírico de piano de Enrique, Ana Corellano sorprendió subiendo al púlpito de la iglesia, no para sermonear al público, sino para concluir la canción. ¿Cuánto hacía que nadie subía a ese púlpito?

Alta es la luna fue otro tema femenino del repertorio de Durme, de esos que pasan de madres a hijas, como explico Ana, y que nos cuenta el sufrimiento de una niña que ve pasar los barcos sin encontrar a su amado. Aquí la dulzura la expresaba el clarinete.

Uno de los destinos de los judíos expulsados de Sefarad fue Armenia desde donde nos llegó una Danza cuyo crescendo rítmico sonaba más a klezmer que a sefardí y quizá fue el tema que más identificamos con la tradición judía, sobre todo los que hayan visto El violinista en el tejado.

Muy interesante -y poco frecuente- fue la composición propia del grupo Árboles Yoran (sic) tema dedicado a todos los migrantes, especialmente los judíos deportados a los campos de exterminio. Adjuntamos el video de esta original creación de Durme.

La tensión creada se resolvió en Zorongo, unas peteneras balcánicas que reflejan otro aspecto de la tradición sefardí, su relación con el pueblo gitano.

El final del concierto iba a ser, en teoría, Shalom Aleichem, canción dedicada a la paz en la que se invitó a participar al público y que Fernando aprovechó para echar el resto, en el estilo más religioso de John Coltrane; pero todos sabían que habría un bis, el que nos presentó Ana Corellano como una de las escasas nanas que produjo la cultura sefardí y cuyo título evidentemente es Durme.

El concierto, en definitiva, dejó contenta a Santa Teresa, que presidió el acto en silencio desde su altar mayor pensando quizá en su abuelo, judío converso, y sus antepasados del pueblo de Israel. Shalom!

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