El Holocausto como advertencia

"El holocausto, en una especie muy capaz de tropezar dos y hasta un millón de veces en la misma piedra, siempre está a la vuelta de la esquina"

18 de Enero de 2023
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Llevaban mucho tiempo muñendo esta obra los profesores Inglada y Pérez. Es paradigmático su método, dos docentes en busca de sueños pero totalmente despiertos, no sólo con los ojos de la observación como platos, sino también abriéndolos a los demás. A sus alumnos. Al conjunto de la sociedad. Siempre han apuntado alto. No para ellos, sino para Huesca. Idearon un Centro Vaclav Havel para la ciudad -no pudo ser, de momento-. Sería una referencia nacional, incluso internacional. No para lucir refulgencias, sino para profundizar, a través de la historia, en el valor de la democracia. De la complejidad de preservar las libertades. De la necesidad de cortar de raíz todo conato totalitarista, sufridora como ha sido Europa de sus arremetidas durante más de un siglo.

Jesús y Carlos abandonaron el confort de las aulas calefactadas para irse hace más de diez años al gélido escalofrío de las cámaras de gas en los campos de concentración. Se llevaron primero a los chavales, y luego se fue extendiendo el paraguas. En el fondo, todos debemos aprender día a día. Todos hemos de ser conscientes de lo que nos jugamos. De que aquello fue real, por más que parezca cinematográfico o literario. Y el horror lo tuvimos aquí, a la vuelta de la esquina, amenazando a un continente que no puede resignarse a su vejez nominal porque en sus entrañas reside la raíz de la democracia. Todas las manifestaciones del terror (incluidos los terroristas que en nuestro país asesinaron hasta anteayer) parten de unas aspiraciones tiránicas, todas aspiran a alzarse al poder para abusar del pueblo. Y esa es una de las lecciones de los profesores Inglada y Vázquez, que mientras las explican a los adolescentes caminan en su proyecto. En el trayecto, se enternecen con los duros testimonios de las víctimas del holocausto, se estremecen todavía en las otrora infectas estancias donde eran sometidas a tortura y muerte. Y, paralelamente, en ese intercambio virtuoso, traen a poner voz con su palabra a aquellos tristes protagonistas que, con un humanismo admirable, proclaman concordia cuando de sus entrañas podrían partir deseos de venganza. Quien quiera prepararse para el foro de la próxima semana, puede ver The Last Days, un documental que limpia los lagrimales a través de la imagen y del verbo.

Llega del 24 al 27 de enero el "I Foro Internacinal Democraia y Totalitarismos: el Holocausto como advertencia", de su Instituto Europeo para el Conocimiento del Holocausto y los Totalitarismos. Una obra maestra de dos soñadores, de dos amantes de la historia, de la que fue y de la que debió haber sido. La que no pudo ser porque una corriente de odio arrasó la convivencia. A cañonazos. Convirtiendo Europa en una alfombra de muertos. En un escenario de sufrimiento. Carlos y Jesús son dos notarios que certifican visitando los espacios donde sucedió la barbarie para dar fe de que aquello, por más que parezca una pesadilla, fue cierto. El triunfo de la pesadilla sobre la convivencia. O miramos a los ojos a aquella época histórica, o corremos el riesgo de repetirla. Ayer mismo, mi amigo Manuel Campo Vidal lo advertía con los ejemplos de Trump, Bolsonaro y Putin. Como hace treinta años León Buil y un grupo de políticos pensadores (algunos se convertirían en estadistas) atisbaron en una reunión capitalina el peligro de los populismos, a diestra y siniestra. Categorizar interesadamente para matizar dependiendo de la presunta ubicación en el espectro político es un error tan descomunal como amenazante. Tanto como sostener que la figura de Mengele es única. Hoy hay muchos "mengeles" experimentando con todos nosotros a través de unas tecnologías que, en manos de aquel sádico, hubieran mandado ya al planeta a freír espárragos.

Quizás proviene de ahí la diferenciación entre la lección, la que nos es impartida entre una cierta pasividad nuestra, y la advertencia. La llamada de atención. El aviso, por qué no, con cierto tono de amenaza. Porque, si no se despierta a tiempo, el desastre puede reencarnarse. En otras formas, pero con el mismo espíritu. Veamos este foro como una oportunidad. Porque el holocausto, en una especie muy capaz de tropezar dos y hasta un millón de veces en la misma piedra, siempre está a la vuelta de la esquina. Oculto pero latente, dispuesto a saltar a la yugular de la humanidad.

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