"Si tiene una forma de cometer un error, lo hará". Fue la expresión que utilizó Edward A. Murphy para achacar la culpabilidad de un error en un ensayo sobre la resistencia humana a las fuerzas de los cohetes durante la desaceleración. No pareció feliz esta formulación y por eso se reconvirtió en "si puede ocurrir, sucederá", y posteriormente por el "si algo puede salir mal, saldrá mal" o la manifestación gráfica de que, si la tostada cae desde una mesa, lo hará por el lado de la mantequilla.
La Ley de Murphy ha dado tanto juego que posteriormente ha dado pábulo a distintos libros (el primero de John Sack en 1952) y ha evolucionado como en uno que obra en mi poder sobre la Ley de Murphy y las nuevas tecnologías, cuyo primer enunciado es que las posibilidades de que un ordenador se estropee son inversamente proporcionales a la importancia del documento en que se trabaja. Si no tiene ninguna, funcionará perfectamente. Si es suma, quedará devorado por los tiburones informáticos.
Leyendo el comunicado de la Sociedad Deportiva Huesca de "Aclaración sobre la venta de entradas para el #HuescaRacing", en un somero análisis de texto, alguien duda entre el virus de Murphy o la voluntad de contribuir a la promoción turística que figura en las camisetas bajo el nombre de Huesca la Magia. Una tercera es el error, pero que quede asumido ni cotiza pensando en la primera alternativa, uno puede concebir que el club entró en barrena hace tiempo (interpretación dotada de credibilidad, para qué nos vamos a engañar en este culebrón que dura demasiados meses y excesivos episodios). Si consideramos la segunda, entenderemos que es una manera de agasajar al principal patrocinador más allá de esa bonita estancia en el Conde Godó con Rafa Nadal de protagonista. Por eso ha tenido la gentileza de incentivar que grupos enteros de santanderinos vengan a El Alcoraz, hasta 270 totales (170 reconocidas desde fuera de Aragón), para hacer turismo en Huesca. Y bien que lo agradecerá la hostelería si lo que no se han gastado en entradas lo consumen en tapas y vinos.
El comunicado, pleno del arte del eufemismo, sustituye la "cagada" -perdón por la escagología- por la explicación de la "réplica" de una promoción anterior, a la par que puede prometer y promete que la promoción limitada de forma prioritaria de las setecientas abiertas será para abonados del club y miembros del Fan Club. Obvia inexactitud por cuanto los prioritarios (la etimología condena la versión oficial) es para los primeros, esto es, los cántabros, algunos de cuyos usuarios de redes sociales hicieron mofa y befa porque este chiste no se lo ofrece ni su Felisuco, humorista de cabecera santanderino.
Felices y encantados de conocerse en este seguro hacia la gloria final en la que todavía quedan algunas vicisitudes más con el amigo Murphy, en el comunicado se mira hacia delante -ya me parece bien porque estamos en tiempos de intentar no reblar a pesar de todo como decía Javier Gállego en nuestro video para levantar el ánimo depauperado- y no se desliza ni una sóla vez el vocablo o sinónimo de "perdón" que es lo que se espera ante las equivocaciones y por mera responsabilidad ante la causa y la afición. Humildad, ¡leches! Al final, se refuerza el público del Santander y aquí rezaremos para que no vaya tanto el cántabro a la fuente...