Como montañero y esquiador, he de decir que disfruté y me emcioné con el auténtico sentido carnavalero de la comparsa reinvindicativa que durante el desfile de éste pasado sábado en Huesca, criticó con gran sentido estético y del humor la gestión del agua y las montañas.
La mecanización de Canal Roya es el fruto y consecuencia de la cultura que ha importado en éste lado de la raya fronteriza.
Mi familia y yo hemos disfrutado en Formigal de la semana blanca promovida por la Comarca de la Hoya y organizada por Peña Guara. Olé a ambas.
Las casi 600 personas que fuimos con la Peña, todas amantes del esquí pero muchas de las cuales somos gente de picnic y fiambrera. No somos el turista ideal para el ideal económico pirenaico español.
No son los promotores de la unión de estaciones los culpables de este proyecto, no lo son tampoco ni Aramón ni la DGA. Todos somos en parte culpables de éste supuesto destrozo ambiental.
La mayoría de la clientela que acude a nuestro Pirineo busca un espacio más propio de un parque de atracciones que de un territorio natural, pasarelas y pilonas metálicas, urbanizaciones y tirolinas, juerga y discotecas, cemento y asfalto que crecen en la vertiente sur del Pirineo.
La sociedad más comunicada de la historia y también la menos informada que busca la vida fácil y rápida. Gentes que prefieren domesticar la montaña a conocerla, entenderla y respetarla.
Gente que conoce el mundo por el móvil y no por los libros. Gente que se mueve por el mundo con las redes sociales y no por sus senderos.
Personalmente como montañero y esquiador no me gusta que me toquen mi espacio de recreo. El proyecto de unión de estaciones no me gusta y lo que no me gusta es desconocer el coste ó el beneficio que vamos a tener a posteriori.
Es razonable que Jaca, la llamada "Perla de Pirineo " y el valle del Aragón se sientan desplazados de los actuales puntos neurálgicos del turismo estival e invernal. Es lógico pensar que busquen la forma de engancharse a un tren que se les aleja.
El proyecto ha desatado las ilusiones y los enfados hasta unos niveles de confrontación peligrosos. Los del vaso medio lleno opinan que los megaproyectos anteriores han servido para aprender de los errores y que éste funcionará como lo están haciendo los proyectos de Aramón en Formigal y Cerler.
Los del vaso medio vacío ven repetir errores como los edificios vacíos en el Balneario de Panticosa, Rapitán ó la Hospedería de Arguis.
A las marmotas y sarrios no les va a afectar una pilona plantada en una pradera. El quebrantahuesos no tendrá la misma opinión de los cables aéreos. Si que a todos les afectará serán las urbanizaciones de caminos, conducciones de energía y servicios que habrá que llevar allí. O el impacto de la presencia de mucha gente en poco espacio.
Espacio que atraerá a mucha más gente que tendrá llegar por carreteras que se bloquean hoy. Que tendrá que ser atendida con más servicios y que tendrá que alojarse en edificios que seguirán vacíos prácticamente todo el año igual que ahora.
Si alguien me contara que fruto de ese dinero servirá para que los habitantes de los valles pirenaicos no tengan que desplazarse 50 kilómetros desde sus puestos de trabajo bien remunerados hasta sus viviendas dignas y asequibles. Que los provinciales de Huesca podamos esquiar en nuestras estaciones a precio de Semana Blanca sin tener que ir a Francia. Que los aragoneses podamos ir con descuentos a dormir al lujoso hotel de Canfranc ó que el hospital San Jorge tenga más personal, o que haya más dinero para prevención de incendios ó que...
Tal vez entonces yo mismo compre una caja de tornillos para las pilonas de Canal Roya.