El suplemento Metrópoli de El Mundo ha incluido a la oscense Ascaso entre "Las quince pastelerías con más solera de España", en la que define como una ruta por los negocios centenarios, tradicionales y familiares que aún siguen conquistando al público con sus productos artesanales.
La publicación valora su capacidad de adaptación a los tiempos y a las exigencias de los mercados a pesar de haber transitado por no menos de dos pandemias, dos guerras mundiales y una civil, multitud de recesiones y las transformaciones sociales profundas y, en el caso de la última, vertiginosas.
Ahí figuran las madrileñas de El Pozo, El Riojano y La Duquesita, las barcelonesas Casa Vives y La Foix de Sarriá, las vizcaínas Zuricalay y Arrese 1852, las sevillanas Ochoa y La Campana, la valenciana La Rosa de Jericó, las cántabras Confitería Blanco e Hijas de Pedro, la asturiana Confitería La Playa, la toledana Santo Tomé y, entre todas ellas, Pastelería Ascaso. Son todos establecimientos hermosos, señoriales, y la oscense, arraigada en el Coso Alto, rezuma además modernidad que manifiesta su vocación de innovar sin perder su apego a la tradición.
Metrópoli recalca que "es una de las pastelerías más reconocidas en Aragón, fundada en Huesca en 1890 por Maniel Ascaso. Su superventas y seña de identidad aún sigue siendo el pastel ruso, una dulce cuya receta original sigue siendo un secreto. El negocio, regentado hoy por la cuarta generación de la familia, también cuenta con tiendas en Zaragoza y Madrid. La corona Catalina de Aragón, el panettone de limón o los lamines son otras de sus exitosas exquisiteces". Ciertamente, en la enumeración son todos los que están, pero faltan unos cuantos para que estén los que son. En todo caso, su inclusión en tan selecto club constituye un refrendo a la nombradía del obrador más afamado de la comunidad, con el mérito de que además comparte espacio en la ciudad con auténticos campeones de la repostería.