Con tanto esmero como devoción, los miembros de la Junta Directiva de la Real Cofradía de San Lorenzo han llegado a la Basílica con la mirada expresiva de la ilusión del momento. En la soledad del templo apenas rota por la presencia de Pilar, su sempiterna cuidadora, y del sacerdote Lorenzo Naya, iban desfilando las mujeres y hombres de la institución cuyo prior es Joaquín Almerge Lax.
La discreción y la humildad marcaban el tono del preludio de una gran celebración: el 140 aniversario de la Consagración como Basílica de la Iglesia de San Lorenzo, que tuvo lugar el 22 de abril de 1884, título otorgado por León XIII y avalada por el rey Alfonso XII, quien emitió un Breve pontificio. El jerarca de la iglesia universal definió el oscense como "un templo en honor de San Lorenzo, Patrono de la ciudad y de toda la Diócesis de Huesca, templo colegial y parroquial, insigne por el culto y ornato, ilustre por su título real, enriquecida por las donaciones de muchos reyes de España y favorecida por nuestros predecesores con apostólicos privilegios".
Coincide con el Año Jubilar y, especialmente para nuestra ciudad, con el 1800 Aniversario del Nacimiento del mártir, que vio su primera luz el 31 de diciembre del año 225. Precisamente con este triple motivo, este mediodía de sábado se celebra una Eucaristía que dará el banderazo de salida a la programación y lo hará con una modificación significativa, y es que el Busto de San Lorenzo luce desde este viernes en el altar, y ahí seguirá, con un nuevo pedestal que ha construido, con mayor altura y una sensación de rotundidad magnífica, Conrado Barrio, ebanista de Bolea.

Desde las 19:30 horas, una vez elevado el busto de plata hasta lo más alto del pedestal a la izquierda de los feligreses mirando al altar, los cofrades se han puesto manos a la obra para montar la protección de metacrilato que envuelve al santo, bajo la atenta mirada del párroco, Nicolás López. Primero, han limpiado una a una las piezas. Después, encaramados a las escaleras, han compuesto el cubo con delicadeza inspirada en la emoción. Visiblemente emocionados y orgullosos de su santo y de la Real Cofradía, finalmente han posado. Una oración -o cada uno la que quiera- y a casa para descansar antes de la gran celebración de este sábado.
La Basílica va a vivir un año intenso en su expresión de fe y en su remembranza de la figura del patrón. Más allá de las celebraciones habituales, las columnas de la Basílica lucirán banderolas verticales. En el exterior, dos grandes carteles recordarán el 1800 aniversario del nacimiento de San Lorenzo y el actual Año Jubilar. Y, al cruzar el umbral para penetrar en el templo, los oscenses disfrutarán de la visión del Busto de San Lorenzo. Por eso será este año tan especial.