Con la Cabalgata de los Reyes Magos sucede como con las Fiestas de San Lorenzo, que el éxito está en un intangible que es el calor popular. En el caso del colofón a las fiestas de Navidad, la magia está en las miradas de los niños y esos gritos para atraer, entre la muchedumbre, la atención personal de Melchor, Gaspar y Baltasar a cada uno. Cada pequeño es su propio mundo y los de Oriente saben que necesitan esa capacidad maravillosa de responder con una sonrisa a cada uno de los llamamientos desde las aceras: ¡Melchor! ¡Gaspar! ¡Baltasar! Y Melchor, Gaspar y Baltasar, bajo esos ropajes lujosos y esas cabelleras nívea, castaña y negra devuelven con su cándida expresión no sólo la vista, sino con ella la certeza de que esta madrugada del día 6 será el preludio de un despertar fascinante, con el zapato de cada jovencito rodeado de regalos que incluso superan sus expectativas... porque, en materia de expectativas, todo es muy personal.
Han llegado este jueves los Magos a las 6 de la tarde al punto de partida, y han realizado un rápido recorrido por las calles de Huesca. Los motoristas de la Policía Local les han recibido con la dignidad real que merecen para abrirles camino por el Coso Alto, por las Cuatro Esquinas y los Porches de Galicia hasta la explosión de entusiasmo en la plaza de Navarra. Porque es fiesta, y de las gordas, ha actuado por vez primera en la historia reciente de la Cabalgata la Banda de Música de Huesca, con el maestro Alejandro Escuer al frente, con su uniforme coronado por unos simpáticos gorros blancos y la preciosa canción Adeste Fideles, villancico auténtico donde los haya.
En el universo de lo imposible hecho realidad, los zancudos han simbolizado la vida con diferentes alturas, hasta alcanzar prácticamente el cielo, armonía en el aire. Detrás, el Club Patín Huesca personificaba muñecos de nieve en desafío a su sempiterna quietud. Dos vehículos de Protección Civil y uno de bomberos portaban un cargamento de paquetes con el nombre y el apellido, quién sabe si nuestro o ajeno. La minicarroza "Paisaje urbano" nos conducía por el carril-bici (o al menos por la bicicleta) y por el parque con sus ocas. Y luego la carroza Hogar, Dulce Hogar, con su juguete de unicornio, su chimenea y su calidez. La puesta en escena del Club Roller Dream Huesca, porque "I have a dream", ha sido dulce, con sus piruletas y los bastones de caramelos gigantes que todo infante en la acera anhelaba lamer.
Por representatividad y por cariño, las dos siguientes carrozas en el desfile llevan el corazón de Huesca: la de Carrusel de Pajaritas en las que las mairalesas infantiles de los barrios y de las peñas se sentían como Mary Poppins sobre los caballitos, y la Ciudad de Huesca con el resto de las representantes de la infancia rodeadas de simbolismo monumental oscense.
Con alegría han irrumpido los Clubes Parroquiales de Tiempo Libre de San Lorenzo y Perpetuo Socorro, con música y su punto de oración en el ambiente, que ha precedido al Club Patín Osca Roller con su interpretación de "Patinar en Huesca" caracterizados como copos de nieve y osos polares, bajo el tono de Gingle Bells.
El conjunto de La Cabaña y el Bosque ha rodado con su ciervo, con sus abetos y los abrigos de los helados habitantes, antecedidos por una zancuda que venía a ser el "anti-gnomo". En la diversidad procesional, una extraña representación con un borriquillo sore ruedas arrastrando un carro con un cerdo y un ganso, exactamente igual que una familia iba en un carro que se deslizaba por la nieve del asfalto.
LOS REYES, ACLAMADOS
Los heraldos a caballo del Club Hípica Salas han seguido a distintos vehículos comerciales cargados de paquetes y se mascaba ya la incertidumbre, las ganas, la impaciencia. El primero en asomar a los niños pequeños y grandes ha sido Melchor, con su paje real, como sus compañeros excesivo en ornamentación que impedía la visibilidad de los pequeños que, sin embargo, han tirado de fe para aclamar reiteradamente: ¡Melchor, Melchor! Uno de los dadivosos ya había entrado en liza y se apreciaba en su transporte un buen número de paquetes, un buen vaticinio.
No ha tardado en secundarle el segundo de los hombres sabios (en terminología inglesa, "wise men"), en concreto Gaspar. ¡Gaspar, Gaspar! Y Gaspar ha zarandeado sus manos con dos significados: el primero, en señal de saludo; el segundo, en respuesta a la impaciencia infantil. ¡Tranquilos, todo llegará!
Baltasar, cerrando la trinidad, es el testimonio de la divinidad, porque ha visto junto a sus compañeros al Niño Jesús en el portal de Belén, se ha recubierto de la dignidad del oro, del incienso y de la mirra, y ha venido con el mensaje y con miles y miles de obsequios que dejar en las casas en una noche intensa y feliz, agotadora pero reconfortada por los dulces que los padres han dejado para que mantengan su ritmo. Y es que la mañana llega pronto y a la luz del sol han de estar aposentados en sus estancias sagradas para reposar. Hasta el año que viene. ¡Dios, qué noche más hermosa nos habéis regalado, Reyes Magos!
MAGIA EN EL CASINO
Mientras tanto en la plaza de Navarra la compañía Lagarto Lagarto y los Lambreños amenizaban la espera con música y distintas conexiones en las que se ha conocido que los de Oriente no traían carbón y se ha recordado que los Magos ven a los niños y niñas durante todo el año. Cuando ha comenzado a entrar la cabalgata, el entusiasmo ha crecido y más con la aparición de las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar.
La magia de los Reyes Magos ha llegado hasta el Casino de Huesca donde han podido saludar a muchos de los niños y niñas que los han acompañado en la cabalgata, antes de dejar sus presentes en el portal donde se encontraban la Virgen María, San José y el Niño Jesús.
Antes de que los Magos salieran al balcón del Casino, todos han participado en corear el villancico 'Ya vienen los Reyes Magos', mientras los de Oriente hacían su magia y la fachada del Casino se convertía en un lienzo para pintar y por el que han pasado aviones, cohetes, confetis, regalos, las pajaritas símbolo de Huesca, incluso el Casino se ha inclinado hacia la derecha y la izquierda y se ha convertido en una pecera.
Finalmente los Reyes Magos, anunciados por las trompetas de los heraldos, mientras la música subía en volumen, han salido al balcón para saludar a todas las familias.
"Niños y niñas de Huesca, buenas noches... Nos sabéis las ganas que teníamos de estar aquí en esta plaza -han asegurado los Magos-. Teníamos ganas de veros a todos, tantos y juntos, tras dos años sin estar en la plaza. Aunque traíamos regalos, no os veíamos aquí a todos juntos y no es lo mismo. ¿A que vosotros también esperabais este momento? Un largo sí ha sido la respuesta de Huesca.
Melchor, Gaspar y Baltasar han tenido un recuerdo para los niños que no han podido acudir por estar enfermos. "Los Reyes siempre piensan en vosotros", les han dicho.
Los Reyes Magos han asegurado que han traído regalos para todos, si ya lo hacían durante la pandemia cuando había más problemas cómo no este año. Tras insistir Melchor y Gaspar, por fin Gaspar ha asegurado que no había carbón este año, ante el alborozo general. "Después de los años que hemos pasado encerrados en casa, con lo bien que se han portado todos los niños, cómo para encima traerles carbón", han dicho.
El mensaje importante ha sido que esta noche van a hacer el reparto, "pero -ha dicho Melchor- si no llegamos a alguna casa o no os traemos exactamente el que habéis pedido, recordad que el regalo más importante, el que llevamos trayendo hace más de 2.000 años, el que ha pasado por todas las generaciones es el amor, el mismo amor que llevamos al niño Jesús, el mismo que os dan vuestros padres y abuelos y el único que no olvidaréis".
Antes de ponerse manos a la obra, los Reyes Magos han renovado las promesas con los niños y niñas de Huesca para este año.
Cuando se han ido, del edificio ha vuelto a surgir la magia en forma de fuegos artificiales y un espectáculo de color, mientras sonaba la marcha Radetzky que los oscenses han seguido con palmas. Desde el Casino han partido a toda Huesca para extender la magia de Sus Majestades de Oriente.