Un centenar de oscenses se impregna del espíritu religioso y aventurero en el inicio de la Javierada 2024

El peregrinaje ha comenzado con mucha alegría y la fuerza que dan los abrazos de los seres queridos

07 de Marzo de 2024
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Salida desde Huesca de la Javierada 2024

Un centenar de personas ha partido este jueves de Huesca, con motivo de la 43ª edición de la Javierada. Este año se presenta como especial, ya que el grupo se ha transformado en una amalgama diversa que abarcará todas las edades. "Además -ha comentado Antonio Rico, del Club de Montaña Javieres, la entidad organizadora-, la fortuna nos sonríe al contar con la compañía de 31 menores, que consolidan la filosofía de la Javierada: no solo buscamos la presencia de personas mayores, sino también la participación activa de la juventud, quienes toman el relevo en el compromiso de avanzar juntos".

A lo largo del camino, los participantes se topan con numerosos símbolos, con los que rinden homenaje a aquellos que no están físicamente con ellos y veneran la imagen de María Inmaculada y la figura de Don Bosco. "No olvidamos a quienes nos han acompañado en años anteriores, ofreciendo nuestras oraciones y apoyo cada mañana antes de iniciar nuestra jornada y participando, por supuesto, en la misa de Javier", señala.

Los asistentes se han dado cita a las 14:00 en la Iglesia María Auxiliadora de Salesianos, donde el cura Alfonso García de Eulate ha pronunciado una oración y se ha dirigido a sus fieles. "Este viaje está impregnado de un espíritu religioso que acompaña al peregrino en la Javierada y también experimentan un espíritu aventurero, comparable al desafío de recorrer montañas, al cubrir 120 kilómetros, o como sucede al emprender el Camino de Santiago".

La peregrinación no solo es un acto de fe, sino también una oportunidad para la reflexión personal. Cada paso, cada conversación, invita al peregrino a mirar hacia adentro y cuestionarse sobre su propia vida y camino espiritual.

LAS ETAPAS

Tras fundirse en numerosos abrazos los participantes, con los numerosos allegados que han acudido a despedirles, la primera etapa de la Javierada se ha desarrollado con la tradicional parada en El Sotón y ha concluido en Ayerbe, donde los peregrinos han encontrado un gran cobijo para pasar la primera noche en sacos de dormir.

El viernes, la segunda etapa se presenta como la más exigente, con los peregrinos enfrentándose a más de 40 kilómetros montaña a través, superando collado tras collado hasta llegar a Longás. Antes de partir de Ayerbe, las amas de casa han preparado café y exquisitas tortas para darles ánimo en el camino. La jornada culminará con abrazos y lágrimas de alegría en Longás, celebrando la superación de esta etapa crucial.

El tercer tramo, aunque extenso, será más liviano, llevando a los peregrinos desde Longás a Undués de Lerda, con paradas para el almuerzo en el puente de Lobera de Onsella y arroz de verduras en Navardún. La llegada a Undués, al atardecer, ofrecerá una de las puestas de sol más hermosas si el tiempo lo permite.

La última etapa, el domingo, será corta pero intensa, con paso a Navarra y el ritual del ajo, seguido de dos kilómetros finales corridos voluntariamente. La entrada a Javier será inmortalizada con fotos de grupo, un Vía Crucis, una misa multitudinaria y una visita a SOS, concluyendo con una comida en el restaurante Vinacua de SOS.

Después de la comida, el regreso a casa se realizará con la satisfacción de haber completado esta travesía única, donde la inmensa alegría y satisfacción serán el tesoro que guardarán los peregrinos, especialmente aquellos que compartieron este viaje con sus hijos y familias enteras.

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