Coronación de espinas, la procesión que fluye por la Preciosísima Sangre

De San Lorenzo a Santo Domingo, con las Jotas de la Pasión y la humildad por bandera en blanco y rojo

27 de Marzo de 2024
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Emerge la Coronación de Espinas de la Basílica y se encuentra con las voces de Celia Cáliz y Toño Julve. Foto Carlos Jalle
Emerge la Coronación de Espinas de la Basílica y se encuentra con las voces de Celia Cáliz y Toño Julve. Foto Carlos Jalle

Tres cuartos de siglo después de su fundación, la Cofradía de la Preciosísima Sangre rezuma cristiandad por todos los poros que respiran desde la Basílica de San Lorenzo hasta Santo Domingo y San Martín, los últimos tres lustros con el acompañamiento de las Jotas de la Pasión que convierten nuestra cultura en oración.

Martes Santo. Desafiando una temperatura más propia de invierno que de la primavera recién estrenada, las túnicas blancas con el corazón rojo del que brotan dos gotas de sangre sobre el pecho, con las bocamangas y el capirote en el color de la pasión han comenzado el recorrido de la Coronación de Espinas, acompañado por el párroco de la basílica, Nicolás López Congosto.

Como sucediera hace más de dos milenios, no es preciso el acompañamiento de una gran muchedumbre para padecer con el Cristo la escena de una Pasión sumergida en sangre, en dolor, en soledad. Jesús es coronado, en un afán de humillación que no hace sino engrandecer la realidad del mesías que acepta el padecimiento humano dentro de su esencia divina.

La escultura de Tomás Marqués, que ya ha transitado por más de ciento veinte años de procesiones, 76 de ellos sobre la peana de Vicente Vallés, escucha la oración antes de partir de la Basílica. "Evoca todas las locuras homicidas, todos los sadismos de la historia. Él se ha tomado tan en serio nuestros dramas que ha participado de ellos, los ha asumido, ha enriquecido su sentido, los ha transformado en una esperada posibilidad de vida, de gracia, de comunión con Dios y, por tanto, de gloria". Palabra de Juan Pablo II, Papa que fue, santo que es.

La procesión camina despaciosamente, arrancada al son de "Y mira si es grande el cielo" con la voz de Celia Cáliz y Toño Julve. "El suelo temblando está en la puerta San Lorenzo porque bombos y tambores lloran Cristo tu tormento".

Transcurre, con la compañía solidaria en el dolor de Jesús de todas las cofradías, en unidad de destino universal, por un recorrido por las profundidades de la ciudad, donde la concurrencia escucha con tono de jota que al Cristo lo van a coronar, pero con espinas, con un sufrimiento que no es sino salvación de la humanidad, con una sangre que es riego de redención, con la enseñanza de que la humildad es la grandeza, de que el martirio es eternidad. Y, entonces, el tormento llegado a la Iglesia de Santo Domingo y San Martín se erige en pena que ahoga en la oración. Es jota, la jota de Jesucristo.

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