Cruz Roja quiere que su nueva sede de atención a refugiados en Huesca sea un espacio de integración con la sociedad de acogida

La institución ha celebrado una jornada de puertas para dar a conocer el programa que desarrolla en el local antiguo Espacio Castillo de Montearagón

Periodista
21 de Marzo de 2024
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Mariane Marín, su esposo, Anderson, y su hijo, Ezequiel, en el nuevo centro de atención a personas refugiadas de Huesca.
Mariane Marín, su esposo, Anderson, y su hijo, Ezequiel, en el nuevo centro de atención a personas refugiadas de Huesca.

Cruz Roja ha dado a conocer este jueves la labor que realiza en su nueva sede del antiguo Espacio Ibercaja Castillo de Montearagón donde ha trasladado las oficinas de atención a personas refugiadas, un espacio que quiere abrir en el futuro a la ciudadanía para avanzar en el objetivo de integración con la sociedad oscense que las acoge.

La jornada, convocada coincidiendo con el Día Internacional de Lucha contra la Discriminación Racial, ha reunido a representantes de la sociedad oscense que han conocido el proyecto de Cruz Roja dirigido a los migrantesa través del presidente provincial, Bernardo Más, la presidenta de la Asamblea Local, Oli Hervera, la responsable del programa de Acogida e Integración de Solicitantes y Beneficiarios de Protección Internacional, Teresa Aso, y también se ha expuesto la labor del voluntariado. Posteriormente, se ha realizado una visita a las instalaciones.

Los migrantes reciben en este espacio atención social, clases de español, cursos de formación para el empleo, además de atención legal y psicológica. En este programa están acogidos los venezolanos Mariane Marín, su esposo, Anderson, y su hijo, Ezequiel, que eligieron refugiarse en España, llegados desde Colombia, porque es un país “que ofrece muchas oportunidades” y donde encontrar “calidad de vida” y un buen sistema educativo. “Nos vemos como cualquier persona que tiene visión de crear un futuro, que nuestro hijo pueda formarse y nosotros trabajar y ser productivos para España”, ha trasladado Mariane.

Ha mostrado su agradecimiento a Cruz Roja por el “excelente” apoyo que han recibido a través de todas las actividades que incluye el programa, que les hace sentirse “cien por cien acompañados”. “Estamos contentos, y a pesar de que muchos tienen el prejuicio de la situación de refugiados en Cruz Roja, nosotros estamos completamente felices y agradecidos”, ha explicado.

Actualmente están instalados en el centro de Cruz Roja en Alcalá de Gurrea, donde conviven con personas que han salido de sus países por distintos motivos. “El éxodo migratorio es diferente según la nacionalidad -ha señalado-, y acoge a mayor cantidad de usuarios de Senegal, Gana, Venezuela, Colombia y Nicaragua. La convivencia ha sido súper, porque el total acompañamiento de las integradoras hace que todo sea muy ameno, todo vaya en armonía, y ahí vivimos en paz, a pesar de ser culturas totalmente diferentes”.

Mariane es paramédico y trabajaba en ambulancias en una institución de protección civil de administración de desastres. Su objetivo es trabajar en España en el ámbito de la salud y su esposo como profesional de la construcción, algo que consideran “superfactible”.

UN PROGRAMA CON TRES FASES

Como ha explicado Teresa Aso, el programa de atención a personas refugiadas consta de tres fases y se inicia con la de valoración, en la que actualmente hay 35 personas en el centro de Alcalá de Gurrea. Le sigue la de acogida temporal en Huesca, etapa en la que se encuentran 43 usuarios, en los pisos y centro con Cruz Roja, un itinerario con una duración máxima de 18 meses o 24 en los casos más vulnerables. Durante ese periodo, si finalmente se les concede la protección internacional, pueden pasar a un piso de su titularidad, mediante alquiler.

Aso ha aprovechado este Día Internacional de Lucha contra la Discriminación Racial para hacer un llamamiento, dado que “está muy complicado el tema de los alquileres en general en Huesca, y en particular para la población migrante y refugiada”.

Ha explicado que la intención de esta jornada de puertas abiertas es que los oscenses “se acerquen, les pongan ojos y cara a estas personas que muchas veces las vemos solo en números, y que vean que tienen las mismas necesidades que tendrían cualquiera de nosotros si nos viéramos en su misma situación, y empezar a abrir puertas no solo las de esta sede sino las de la sociedad de acogida, que en este caso es la sociedad oscense”.

Teresa Aso ha comentado que la crisis de Ucrania trajo a Huesca a muchas madres con sus hijos, dado que los hombres se quedaban a combatir. “Y, como novedad, también llegaron muchas personas mayores”. Pero el perfil de usuarios varía muchísimo. “Con la crisis de Canarias hemos tenido más el perfil de hombre subsahariano solo, como guineanos, malienses y senegaleses. Pero no hay una realidad que dure dos o tres meses. Por desgracia, si vamos viendo cómo está el mundo, los conflictos y persecuciones por cualquier motivo están a la orden del día y muchas personas se ven obligadas a dejar todo atrás y venir aquí, así que yo pido ese extra de empatía, que nos paremos a pensar qué haríamos nosotros en esa misma situación y no sería otra cosa que ésta”, ha apuntado.

El presidente provincial de Cruz Roja ha explicado la necesidad que existía de trasladarse a un nuevo espacio más amplio para el programa de refugiados, que se inició en Huesca en 2018 con unos 20 usuarios y un equipo de unas cuatro o cinco personas. “Pero el número de migrantes que llega a nuestro país va aumentando, los conflictos se solapan unos sobre otros, nos olvidamos del anterior porque hay uno nuevo más reciente, y esto hace que lleguen personas, primero de Ucrania y de otros países posteriormente, y ha ido aumentando el grupo de migrantes al que atendemos”.

Del espacio inicial en la sede de Cruz Roja se pasó a un segundo que también quedó pequeño, lo que llevó a la institución a alquilar el local ubicado en calle José María Lacasa con Pasaje Almériz,, “que es magnífico”, ha considerado Bernardo Más.

“Este es un espacio de atención, en el que realizamos actividades con las personas migrantes, y en el futuro queremos que sea un espacio abierto a la ciudadanía, que se produzca esa integración entre la sociedad oscense y las personas usuarias del programa. Para que la integración sea real se debe producir ese contacto con los oscenses”, ha remarcado.

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