Aunque Belén está situado en la Cisjordania próxima, el Niño Jesús nace también esta Nochebuena en medio del escenario de guerra de Gaza. Es un canto por la paz y contra la guerra el que ha inspirado a la Asociación de Antiguos Alumnos para crear un impactante Belén junto a la iglesia de María Auxiliadora, con una lectura en una pancarta aledaña que reza: "La paz, un sueño de todos".
El Nacimiento, con San José, la Virgen María y el Niño Jesús, está protegido en el bajo a la intemperie de uno de los edificios destrozados por la guerra que en estos momentos está asolando el territorio palestino. Se trata de una escena antónima, porque las construcciones han devenido en destrucciones. En el medio de la plaza, un tanque con varios soldados armados, mientras una niña, en el centro de toda la imagen, porta una bandera blanca con la palabra "PAZ".
Sin fachadas, con las paredes de las casas abatidas, dos grupos de personas psean entre las ruinas y abajo de todo a la izquierda. Entre escombros, la Virgen está sentada junto al Niño mientras San José sostiene una vara de madera, protegidos de los efectos bélicos.
Tiene su simbolismo el Belén de Salesianos de Huesca. El primero, la capacidad intrínsecamente cristiana de empatizar con el sufrimiento de personas y pueblos, singularmente cuando son víctimas de las guerras, de las injusticias y de las miserias. Los Antiguos Alumnos han apostado por resistir a la tentación de la Navidad "blanca", inocente, ingenua, para mirar allí donde el prójimo padece. El segundo, enviar un mensaje de esperanza que incorpora los anhelos de paz. Y, por supuesto, un grito frente a la intolerancia religiosa que aloja un llamamiento a la convivencia.
Recién acabado este miércoles, sin duda alguna la visión de este conjunto, más allá de la admiración que suscita el resultado desgarrador, poderoso, desolador, auspiciará un impacto y una sensibilización de los oscenses. Porque la Navidad es, ante todo, paz y amor. Y, de hecho, así lo viene a significar el Nacimiento universal del Niño.