El doctor Miguel Ángel Santos-Gastón ha expuesto en una interesante conferencia la otra cara de los viajes, la que puede convertir el placer en una pesadilla: las trombosis venosas consecuencia del Síndrome de la Clase Turista o de otros accidentes cardiovasculares.
En el Salón Azul del Casino, el especialista que recientemente ha obtenido un premio de Innovación en un congreso internacional en Bruselas, ha retornado a algunos de sus grandes éxitos como el descubrimiento del denominado síndrome de la clase turista, que empezó a estudiar cuando era un fenómeno incipiente apenas conocido y paulatinamente empezó a arrojar estadísticas de alcance mundial. El doctor Santos-Gastón acudió a congresos en ciudades como Copenhage, Estrasburgo, Montreal o Tokio, donde recibió el encargo de elaborar un documento para su aplicación mundial. Fruto de su divulgación, le solicitaron una reunión "el gran jefe del dinero y el gran jefe de la medicina" de la farmacéutica Bayer. Le ofrecieron una cantidad exorbitante para que reconociera efectos infalibles de la aspirina en la prevención del síndrome. "Yo le tengo mucho aprecio a la aspirina, pero los de pueblo somos honestos y capaces de renunciar a unos cheques con todos los ceros que quisiéramos".
El Síndrome de la Clase Turística se manifiesta con el desarrollo de un coágulo en el interior de una vena de la pierna, en la zona de la pantorrilla, que se puede fragmentar y avanzar por el sistema circulatorio a través de las venas femoral, ilíaca y caba inferior, y llegar a las cavidades cardíacas y la arteria pulmonar para desembocar en un embolismo pulmonar "con grave riesgo de muerte".
La prevención es tan importante que, aunque se desarrolle en el vuelo o en largos desplazamientos en coche, puede aparecer días después porque el trombo ya se habrá formado. Los síntomas que desarrolla son calambre repentino, inquietud y dolor espontáneo entre los gemelos al levantarse y comprimir la zona con el dedo, mientras la piel presenta una tonalidad morada.
LAS PERSONAS PROPICIAS
El doctor Santos-Gastón ha enumerado las personas que manifiestan un mayor riesgo, comenzando por los que tienen varices y los que padecen insuficiencia cardíaca derecha, los que manifiestan un exceso de peso, los que muestran insuficiencia respiratoria, pacientes recién operados, los que llevan un yeso en la extremidad inferior, los que sufren una enfermedad hematológica como anemia o poliglobulina, los que arrojan niveles de hematocrito por encima del 50 % o quienes tienen las piernas hinchadas.
Los factores desencadenantes del síndrome son varios, como la falta de oxígeno en la aeronave (hipoxia), el abuso de tabaco y alcohol para inhibir el miedo, la disminución de la presión higrométrica del ambiente, la deshidratación, la posición del asiento y la inmovilidad. Todos ellos suscitan una concentración de hematíes, una viscosidad sanguínea superior y, por tanto una tendencia a la hipercoagulabilidad. Los vuelos de más de cuatro horas incrementan los riesgos.
LA PREVENCIÓN
Para prevenir el Síndrome de la Clase Turística, Miguel Ángel Santos-Gastón ha desgranado las acciones preventivas que comienzan por vestir ropa ligera, pedir una plaza de avió espaciosa junto a las puertas de salida de emergencia y "poner heparina de bajo peso molecular que actuará como anticoagulante". Esta última recomendación debiera ser imperativa.
Dentro del avión, aconseja escoger asientos con libertad de movimiento junto al pasillo, no colocar equipaje debajo del asiento delantero, dormir con las piernas estiradas y relajadas, beber abundante agua, no tomar alcohol ni bebidas con cafeína y realizar paseos cortos.
TRANSPORTE
Más allá del Síndrome de la Clase Turista, ha aludido a otras personas que están demasiado tiempo inmóviles y sentadas en trayectos largos, como camionero, conductor de autobús y de tren, profesor de autoescuela, taxista, copiloto, usuarios del autobús o conductor de coche a los que aconseja hacer ejercicios de contracción y estiramiento de muslo y pantrrilla elevando los dedos de los pies. También en este caso recomienda la heparina con cuatro dosis, la primera diez o doce horas antes de coger avión o autobús, la segunda a las 24 horas de la primera, la tercera 10-12 horas antes de volar el día de vuelta y la cuarta a las 24 horas a la vuelta en casa.
Como conclusión antes de mostrar un video de veinte minutos con consejos y testimonios de pacientes del doctor, ha estimado que es importante hacerse un estudio del sistema venoso y, fundamental, administrarse heparina y parar cada hora u hora y media en autobús.
Tras poner el ejemplo del actor Paco Rabal que murió a causa del Síndrome de la Clase Turista, ha asegurado que el 60 % de las muertes súbitas tienen un origen pulmonar.
Y ha concluido con consejos saludables como pescar en lago, andar en raquetas por la nieve, senderismo, petanca, bicicleta, natación, buceo y andar. Ha establecido dualidades: mejor bici que moto, correr que el tenis, esquí de fondo que el alpino, remo que pesas. Y comida pobre en sal, evitar el calor extremo e injerir frutas y hortalizas.