"Date vida", las Jornadas de Información sobre Donaciones y Recogida de Sangre se celebran este viernes y sábado tras dar comienzo con la apertura de la barra en el patio de Salesianos, organizador del evento con el colegio y la Cofradía del Santo Cáliz, con la colaboración del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón y La Pasión de Huesca. Esta sesión inaugural ha servido para conocer a través de Clara Martínez, psicóloga de la Asociación Española contra el Cáncer en Huesca, la realidad de la entidad beneficiaria del dinero recaudado en el bar, de la cena de bocadillo, de las huchas y de la comida intercofradías.
A las 20 horas, ha tenido lugar la concentración y exhibición de toques y batucadas en el patio del colegio que ha precedido a la cena de bocadillo. El sábado, día fuerte con el Torneo Intercofradías de Fútbol-Sala en el Pabellón D. Bosco a partir de las 9 horas, y de 9:30 a 13, extracciones de sangre en la sala de medios del colegio con la unidad móvil del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. Simultáneamente, a las 9:30, almuerzos solidraios de huevos con longaniza por 6 euros en el patio. A las 10, Torneo de Guiñote en los porches del colegio. De 13 a 14, sesión vermut con exibición del grupo de gaita aragonesa. Y, para cerrar, comida popular por 8 euros y posterior sorteo de regalos, preparada la pitanza por la Cofradía de Santo Cáliz. A las 17:30, final de las jornadas con espíritu colaborador: todos a recoger.
HABLEMOS DE CÁNCER
Las quintas jornadas Date Vida constituyen el reflejo de la vocación salesiana de apoyar a los más necesitados con iniciativas solidarias. La enfermedad de Fredy Callén unió a todos en una iniciativa impulsada por la Cofradía, para dar "sangre, amistad y vida en la lucha contra el cáncer". En esta ocasión, el lema es "Un sueño para ti", recordando que "Fredy ya nos ha abierto el camino al Cielo". En el espíritu, el sentido de la hermandad de las cofradías con el símbolo de dar sangre, auténtica fraternidad.
Salesianos, con la AECC, recuerda que donar sangre es donar vida, y apunta en el folleto estadísticas como el hecho de que uno de cada diez hospitalizados necesita sangre, y que cada 3 segundos hay alguien que la precisa. Uno de cada dos españoles requerirá sangre alguna vez en la vida. Y 450 mililitros de sangre pueden salvar hasta tres vidas.
Para exponer la realidad de la Asociación, la psicóloga Clara Martínez ha desmenuzado la trinidad virtuosa. Prevención porque el 40 % de los cánceres se pueden prevenir, y ha pedido a la sociedad que sigan las campañas de cólon, cérvix o de mama, entre otras patologías. En segundo lugar, apoyo y acompañamiento gratuita a pacientes y familiares. Y, tercero, investigación oncológica. De hecho la AECC es una de las grandes sufragadoras de la ciencia médica.
Desde su especialidad, ha aludido al acompañamiento "social, psicologica y espiritual". Clara ha visto crecer la asociación desde una débil estructura hasta los once profesionales actuales, que permiten afrontar su misión desde el primer impacto que significa el diagnóstico, para detectar las necesidades. Un impacto físico, psicológico, social y económico.
Ha definido a las voluntarias como "el alma de la asociación", además de valorar la trascendencia de las aportaciones de los socios. Entre todos, se ha logrado organizar grandes hitos como las carreras contra el cáncer y distribuir los sevicios por la provincia con equidad. Ha defendido una de las oportunidades que ha conferido la pandemia, "el apoyo on line porque había miedo de juntarse, y que ha venido para quedarse".
Con un tono didáctico y cercano, ha apostillado que uno de los grandes retos es ahuyentar el estigma en torno al simple hecho de nombrar la enfermedad. "Cuando se habla de algo a lo que se tiene el miedo, se pierde el medio". Ahí está la gran labor de los grupos en los que "te encuentras entre iguales, lo que ayuda a no aislarte. Aquí, tan importante es el paciente como el familiar".
Ha enumerado algunas de las actividades, con talleres de bienestar que contribuyen a centrarse en lo que cada uno puede hacer para encontrarse mejor, "es un espacio para compartir ayuda". Y ha sentenciado que, porque "no hay enfermos, hay enfermedades", todos se sienten mejor tratando sobre asuntos como la nutrición, como la belleza, como el yoga o el baile. Se mejora la calidad de vida y, de paso, se contribuye a la prevención con la concienciación para dejar de fumar.
Ha retornado a la valoración de los voluntarios, como la profesora de yoga o, recientemente, la incorporación de Espacio Danza para dar clases de baile. Es el camino hacia un concepto muy importante para convertir nuestro entorno en una atmósfera más saludable física y éticamente: "Una ciudad compasiva".
Ha concluido con un pensamiento de Joan Garriga: "En nuestra cultura el dolor tiene mala prensa porque existe la creencia de que no debemos estar tristes y además nos puede conducir a la depresión. En realidad, es a la inversa, nos deprimimos porque detenemos el flujo espontáneo de nuestros sentimientos".
LA VOZ DEL VOLUNTARIADO
Pilar Escuer ha puesto la voz al voluntariado. "Empecé cuando me diagnosticaron el cáncer. No sé bien por qué, pero lo primero que hice fue ir a la asociación. Me sentí acogida, acompañada y sostenida". La familia estaba más débil y, por el contrario, en la AECC, tuvo "la atención de las psicólogas, en especial de clara, y me ayudaron mucho".
Ha recordado que comenzó a hacer taller. "Te crees que te pasa una cosa rara, que sientes algo extraño y ves que está pasando a mucha más gente y te sientes acompañado". En la recuperación, "me di cuenta de que esto que he recibido quiero aportarlo a los demás". Comenzó como voluntaria, ayudando en las carreras, el rastrillo... "Un día, Clara me llamó para hacer un voluntariado testimonial. Tú ya estás remontando de ese proceso y alguien está empezando, y le sirves de guía y apoyo para que vea que allí no se acaban las cosas. Que tú lo has superado y vas a ayudar y acompañar en el proceso".
Pilar Escuer ha hecho acompañamiento en casa, en las consultas, incluso en Zaragoza cuando fue a llevar a una persona que lo necesitaba. "También en el hospital si el ingresado está solo o para que los familiares tengan un tiempo de desahogo, que tomen un rato de distancia porque es duro". En esta misión está, y "en el carrito. Cinco días de la semana, vas a la séptima. Nos turnamos. Cada media hora repartimos, agua, zumo, café, galletas, caramelos. No es que lo necesiten, pero es que vean que está allí la asociación, que les estamos acompañando, somos personas que hemos pasado por esto". De paso, muestran el camino hacia la AECC con información y respaldo.
Y ha concluido que también para el voluntario resulta "muy gratificante".
PROGRAMACIÓN DE DATE VIDA EN DOCUMENTO ADJUNTO EN PDF