Con todas las entradas vendidas, el Teatro Olimpia ha acogido este jueves una nueva sesión del Cine Fórum de Cruz Blanca, impulsado en colaboración con el Festival Internacional de Cine de Huesca, una iniciativa que cumple ya un año de vida. La cita, centrada en el duelo y la forma en que las personas lo transitan y lo acompañan, ha reunido al público en torno a dos piezas cinematográficas, el largometraje documental Flores para Antonio (2025), de Elena Molina e Isaki Lacuesta, que se estrenaba en Huesca, y el cortometraje Cuando llega el frío (2025), de María Salgado Gispert.
La cita, a la que han asistido representantes institucionales y de las entidades sociales de la ciudad, ha contado con un coloquio moderado por Lucía Torner, psicóloga de Cruz Blanca, y en el que han participado tanto las directoras como el psiquiatra Daniel Pérez, del Hospital Provincial de Zaragoza.
Torner ha explicado que en esta ocasión se ha querido hablar del duelo, "porque es muy importante visibilizar una realidad que todos, en algún momento, acabamos viviendo y sufriendo". Ha recordado que “muchas veces, sobre todo en la infancia, no se permite participar de estos procesos que ayudan tanto a transitar y aceptar las pérdidas de forma natural y saludable”.
Para ilustrarlo, se había elegido Cuando llega el frío, una historia que, en sus palabras, "refleja muy bien esa visión de la infancia". El corto muestra a unos hermanos que pierden a su madre y son alejados del proceso para evitarles sufrimiento. "La incomprensión y el dolor se ven muy bien reflejados", ha apuntado. En el caso del documental Flores para Antonio, ha añadido que se ve "el proceso de duelo que acaba viviendo sobre todo Alba Flores y cómo el propio documental le sirve para transitar su pérdida, a tener esas conversaciones con los familiares que no había podido tener".
María Salgado, directora de Cuando llega el frío, ha explicado que el corto forma parte de un largometraje que se titula Frío, "una historia familiar a lo largo de tres generaciones y con tres pérdidas". El mensaje que quiere trasladar con esta historia es que "a veces creemos que protegemos a los niños evitándoles el dolor, no confrontándoles, por ejemplo, con la muerte de un ser querido, pero realmente eso no es así. El no poderte despedir de tus seres queridos siendo niño genera una herida y un trauma que te persigue toda la vida".
La obra está basada en su propia experiencia. Ha recordado que su padre falleció cuando ella tenía 12 años y que no pudo despedirse de él. "Me mandaron a un pueblo para evitarme todo ese proceso, pero no poder tener esa despedida al final repercute en la persona". Ha explicado que, recientemente, estuve en una proyección también con este corto que fue muy interesante, porque había un cortometraje que hablaba de la pérdida global en cuanto a las fosas comunes de la Guerra Civil, y realmente es lo mismo, es una herida abierta que nunca se cierra y tienes que convivir con ello. Yo he tenido mucho proceso terapéutico, pero esa herida siempre está ahí de alguna manera"
Ha añadido una reflexión: "¿Qué es más traumático, poder despedirte de tu padre muerto o no poder hacerlo? Para mí es muchísimo más traumático no poder despedirme", ha afirmado.
La directora Elena Molina ha explicado la evolución de Flores para Antonio. "Es un documental que nace con un homenaje y una celebración a la obra de Antonio Flores. La idea inicial era construir una película en tercera persona basada en las letras del músico, “pero cuando empezamos la investigación y al ir a casa de Ana Villa y de sus hermanas, encontramos muchísimos materiales”. El resultado, ha explicado, es "un collage con todos los materiales que dejó Antonio, que era un artista 360, mucho más que solo compositor".
A ese proceso se sumó un hallazgo de que su hija Alba tenía muchas preguntas sin contestar. “En la película se van trenzando todos estos materiales, y la trayectoria musical y artística de Antonio, con esas preguntas que Alba no se había atrevido a plantear a su familia, que respondían a esa incapacidad de ella de cantar. A medida que va respondiendo las preguntas, va recuperando su voz hasta el final, que es una sorpresa. Aquí se trata un poco el duelo en esa infancia".
Como ha trasladado Molina, es de la edad de Alba y perdió a su padre dos años después. "Mi figura tenía bastante sentido en el equipo de dirección, y por eso yo creo que Isaki me invitó. Alba siempre dice que Isaki era más la parte de su padre y yo como con ella. Obviamente, fueron duelos muy diferentes, pero para una niña es muy difícil. Además, es una edad justo en la que ya entiendes, pero no terminas de encajar todas las piezas. El caso de Alba, además, es muy particular porque, por protegerla de todo el boom mediático, no pudo estar presente", ha recordado.
Ha destacado "el buen hacer" que tuvo su madre, "porque quizás Alba no pudo hacer esas preguntas antes porque Ana la mantuvo bastante protegida, sobre todo de ese boom mediático, pero Alba es una persona maravillosa. Como ella dice, también ha hecho mucha terapia y, bueno, ha tardado tiempo para poder separar el amor del dolor".
"El dolor lo inunda todo -ha continuado- y es una pena porque el recuerdo de esa persona y de ese amor siempre duele. Creo que la película ha servido para ella, para los que lo hemos hecho y para la gente que la vea. De alguna manera, es como darnos cuenta de que, como dice Lolita en la película, el dolor se quita gritando. Es decir, que mejor que callar es hablar y abrir y enfrentarnos a lo que nos duele para poder querer".
Antes del inicio de las proyecciones, Ana Gota, directora de la Casa Familiar de Cruz Blanca, quien ha recordado que este ciclo cumple un año y nace de un sueño compartido. "Cruz Blanca soñó con un espacio en el que poder reflexionar, compartir y visibilizar diferentes problemáticas que afectan a los usuarios de nuestros programas, pero también a cada uno de nosotros en cualquier momento de la vida", ha recordado. Ha agradecido al Festival de Cine de Huesca y a las instituciones públicas su apoyar un proyecto, y a todos los vecinos y vecinas su presencia, lo que “demuestra que Huesca es una ciudad solidaria”.
Como ha explicado, la elección del tema del duelo tampoco ha sido casual. "Perder a una persona querida nos duele todos los días, pero especialmente en Navidad", ha señalado y ha confiado en que el coloquio sirviera para “acompañar a las personas que queremos y dejarnos acompañar” y, sobre todo, “para curar heridas y poner encima de la mesa temas que podamos tener pendientes”.
Por su parte, Estela Rasal, directora del Festival Internacional de Cine de Huesca, ha celebrado ver el Olimpia lleno. "Cada vez que lo vemos así, es un éxito de todos, un éxito para la cultura", ha afirmado. Antes de presentar las dos obras cinematográficas, ha agradecido a Cruz Blanca involucrarse también en el cine. "El cine consiste en contar historias y esas historias reflejan nuestro interior, nuestra sociedad, nuestra vida". Y ha recordado que "es terapéutico, sirve para comprender muchas cosas".