Eduardo Lolumo, el “hombre del tiempo” de Aragón Televisión, inaugura este jueves, a las 19 horas, el Mes de la Ciencia que celebra el Centro de Fundación Ibercaja en Huesca, hablando del cambio climático actual, una charla en la que este divulgador científico buscará aclarar conceptos, “como el lío monumental que hay entre clima y tiempo”, dice, y abordará sus causas y soluciones.
“Siempre ha habido cambios climáticos, se ha se ha cultivado en Groenlandia, en el Sahara había vegetación, pero el de ahora es particular por su intensidad, porque lo estamos notando a escala humana. En este caso, lo vivimos en una misma generación, lo acusamos nosotros, nuestros padres y nuestros abuelos ni te cuento”, expone Lolumo. Agrega que la diferencia con otras variaciones que se han dado es que “las causas naturales realmente no están siendo las responsables, sino que está causada por la actividad humana inequívocamente, como dicen los expertos de la ONU”.
El calentamiento global es el aumento de temperaturas en toda la tierra, “que provoca lo que conocemos como cambio climático, cuando altera las distintas partes del sistema climático e interfiere no solo en temperatura, sino en patrones de precipitación, de vientos… Y eso lo analizaremos con datos, como se tienen que analizar las cosas, con ciencia. Ojalá hubiese estado trabajando en la NASA recopilando datos, pero lo que hago es ordenarlos e intentar explicarlos. Son científicos, de organismos que no tienen ninguna tendencia ni económica ni política”, aclara. Porque “si hubiera datos que nos dijeran otra cosa distinta, estaría encantado, pero no los hay”, señala.
Todos esos datos explican que el cambio climático está ocurriendo en Aragón, en España, en Europa y en el mundo entero. “En cualquier parte es inequívoco el calentamiento y lo que está conllevado”, apunta Lolumo. Pero, aclara, “que de repente llueva un montón y los ríos bajen llenos es normal en otoño, que es cuando lo tiene que hacer. Es verdad que nuestros periodos secos se están alargando más y se está investigando si el cambio climático puede tener algo que ver”.
En la provincia de Huesca, tras tres años de sequía, “de largo alcance", se está viendo que interfiere el cambio climático, "y hay estudios que inciden en que en nuestra latitud las sequías serán más prolongadas”, expone Lolumo. Suma que con las altas temperaturas, “el agua que cae se pierde, lo evapora todo, lo reseca todo”.
Eduardo Lolumo, que es profesor desde hace 20 años en la Universidad de la Experiencia, señala que, en esa relación con personas mayores, nunca nadie le ha dicho que antes hacía más frío que ahora. "Pues esa percepción está en los datos -afirma-. Y al que no le gusta el calor, lo temía, pero ahora la gente mayor especialmente tiene pánico a las temperaturas tan elevadas, que no son sólo las del día. Nunca habíamos tenido tantas noches tropicales, en las que no se baja de 20 grados. En Zaragoza, el año pasado fueron 57; eso es una barbaridad”, recuerda.
Esta situación también incide en la salud. “El Instituto Carlos III apunta que los ingresos en verano aumentan una barbaridad debido a la deshidratación, principalmente de personas que trabajan en la calle y gente mayor”. Lolumno disfruta escuchando a científicos, recogiendo y analizando sus datos. “La memoria climática es mala, pero si pones los datos uno a uno, sólo ves curvas ascendentes. No hay otra historia”, apunta.
Temperaturas de 30 grados en abril y que no haga calor en diciembre no sólo afecta al ser humano, también a los demás seres vivos del planeta, “y no hay que verlo todo desde nuestra perspectiva del primer mundo. Esto es global y hay gente de cuya cosecha depende toda su existencia durante todo el año. Ellos no tienen subsidios ni tienen ayuda del Estado, no tienen ni Estado. El calentamiento global hay que verlo global -reitera-, y para muchos es su vida entera y eso sabiendo que no han sido los responsables de que esto pase, por lo que piden que se le tenga en cuenta. Habrá que ayudarles de alguna forma -opina- porque dile a la India ahora que cambie su forma de gastar energía. Que se lo diga Inglaterra, que lleva haciéndolo desde el s. XIX, y se benefició de ello. Es un problema complicado, que a veces se politiza porque hay muchos intereses y también consecuencias del calentamiento global y del cambio climático. Lo que no se puede politizar es la esencia, los conceptos”.
Ante este problema de la variación la composición de la atmósfera, Lolumo analizará esta tarde qué se debería llevar a cabo desde las instituciones, “pero también desde las empresas, que tienen mucho poderío, y desde nuestro poderío personal, que también podemos hacer muchas tareas”.
Respecto a las predicciones meteorológicas, Lolumo deja claro que lo que se hace es emitir pronósticos, “no verdades ni realidades absolutas, y hay que concienciar a la gente de que todo pronóstico conlleva la posibilidad de que eso no ocurra, porque la atmósfera no puede explicarse sólo con ecuaciones matemáticas. Yo sé cuánto va a tardar un tren que va de Huesca a Zaragoza a una velocidad determinada, pero si en el camino se encuentra una piedra… Pues una piedrecita dentro de una atmósfera que no acabamos de controlar puede dar al traste con el pronóstico”, explica.
Apunta que hay que perfeccionar la comunicación porque “a veces los mensajes no llegan, y muchas veces no se quieren oír”, y aconseja acudir a las fuentes adecuadas. “La Aemet está 24 horas al día, más no se puede hacer, la atmósfera es caótica”, pone de maniesto.
Lolumo, que se muestra encantado de su visita a Huesca, una provincia que le encanta y que recorre muy amenudo, avanza para finalizar que está trabajando en recopilar los refranes que debido al cambio climático ya no nos sirven.