“Fragmentos de una ilusión” propone un enfoque singular del teatro como herramienta de transformación y concienciación sobre la salud mental, e invita al público a reflexionar mientras disfruta de una experiencia artística intensa y participativa.
La representación se enmarca en la V Movida Arcadia, que se desarrolla con motivo del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), y tendrá lugar este jueves a las 19:00, en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner.
Dirigida por Héctor Castellanos e interpretada por el grupo “Entre Sombras”, la obra plantea el teatro como un proceso de sensibilización y terapia, combinando la creatividad con ejercicios que fortalecen la confianza, la comunicación y la memoria de los participantes.
Castellanos ha calificado el proyecto como “ilusionante”, realizado con mucho cariño, aunque reconoce que también es a la vez “muy frágil” por las circunstancias personales de sus integrantes. "Pero estamos muy contentos de las pequeñas conquistas que hemos logrado", recalca.
Héctor Castellanos define la pieza como “teatro del absurdo” y “teatro dentro del teatro”, que se encuentra en progreso, no está acabado. Se presentó el año pasado en La Catalítica con Versonoro y poco después se puso en escena en Diversario. "Es un proyecto difícil, pero a la vez estimulante", indica.
Partió de textos de autores como Antón Chéjov, un fragmento sobre el daño que causa el tabaco, y el argentino Óscar Ospina. Sin embargo, con el tiempo, la estructura inicial dio paso a contenidos propios que los miembros del grupo iban elaborando en un taller. "Hemos trabajado unos códigos, habilidades, jugamos con el ruido y el silencio, cosas cercanas a su mundo". Con el tiempo, ese esqueleto al que se agarraban se fue quedando atrás y ahora la onbra se nutre, principalmente, de lo que ellos escriben, "mucha literatura de David, de Fernanda y del resto". La mayoría de los participantes, agrega, están vinculados al Coro Arcadia o al club literario de Paco Grasa, con el que han editado pequeñas publicaciones.
La puesta en escena, simple, modesta y cercana, tiene una duración aproximada de 40 minutos. "Hay cosas que podemos mejorar, pero sin prisa". La dimensión terapéutica se desarrolla mediante ejercicios de confianza, comunicación, concentración y memoria, aspectos estos últimos "muy delicados".
El director actúa como guía y facilitador, estableciendo una serie de normas pactadas que permiten improvisar dentro de la estructura de la obra, combinando libertad creativa y disciplina.
Detrás queda mucho trabajo en solitario, todos los jueves en el Centro Arcadia. “Fragmentos de una ilusión” se presenta como un ejemplo de cómo el arte escénico puede convertirse en un espacio de crecimiento personal y concienciación social, en sintonía con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental.