La V Movida Arcadia ha centrado su Jornada Técnica en la reflexión, la concienciación y la reivindicación de mejoras en la atención a las personas con enfermedad mental grave. El encuentro, celebrado este miércoles 8 de octubre con motivo del Día Internacional de la Salud Mental, ha coincidido con el 30 aniversario del Centro Especial de Empleo y del Centro de Día de Huesca, creados en 1995. Aquella fecha marcó una auténtica revolución en el modelo de atención a la salud mental en la provincia, que pasó del manicomio a la intervención comunitaria, fruto de un amplio consenso institucional y social.
Durante la jornada, el director de Arcadia, Alberto Torres, y el presidente de la entidad, José Luis Laguna —cuyo mensaje ha sido transmitido por Torres al no poder asistir—, han coincidido en reclamar una financiación justa y suficiente y en denunciar la escasa inserción laboral del colectivo. Torres ha recordado que solo el 17 % de las personas con enfermedad mental grave logra acceder a un empleo, mientras que Laguna ha advertido de la necesidad de reducir el 80 % de desempleo que aún persiste. Ambos han apelado a renovar el impulso de la reforma sanitaria iniciada en los años 80 y a situar los derechos, la equidad y la justicia social en el centro de las políticas públicas. También han rendido homenaje a los profesionales y fundadores que, a lo largo de tres décadas, han hecho posible el crecimiento y la consolidación del modelo Arcadia.
En su mensaje, Laguna ha expresado su profundo agradecimiento por la asistencia de autoridades , profesionales, familiares y usuarios, subrayando que su presencia “es importante por lo que representa de apoyo personal y profesional”. Ha tenido también palabras de reconocimiento para quienes han hecho posible el camino de Arcadia: los fundadores, las instituciones colaboradoras —entre ellas, la Diputación Provincial, por haber encontrado en su día una fórmula administrativa que supuso “una gran revolución”— y los profesionales de ayer y de hoy, a quienes ha definido como “el mayor patrimonio de la entidad”.
Asimismo, ha agradecido la participación de las ponentes invitadas, Silvia Domènech y Silvia Parrabera, a quienes ha calificado como referentes en el ámbito de la salud mental, y ha recordado que los actos de la Movida de Arcadia nació con la vocación de reflexionar, concienciar, reivindicar y también celebrar, recogiendo los objetivos que la Federación Mundial para la Salud Mental estableció en 1992 —concienciar, combatir el estigma, promover el apoyo y fomentar el bienestar— y que, en sus palabras, “siguen siendo plenamente actuales”.
El presidente de Arcadia ha evocado la Ley General de Sanidad de 1986, que supuso un hito al equiparar la atención a las personas con trastorno mental con el resto de los problemas sanitarios, pero ha advertido de la necesidad de “renovar el impulso de esta reforma” para adaptarla a las demandas actuales.
Laguna ha resaltado los avances conseguidos durante los treinta años de trayectoria de Arcadia, destacando el crecimiento del Centro Especial de Empleo, que ha pasado de 20 contratos iniciales a más de 90. También ha puesto en valor la alianza con Ejea Sociedad Cooperativa de Iniciativa Social, que ha permitido ampliar la gestión a unidades de salud mental, centros de día, residencias y 17 pisos en funcionamiento, consolidando la vivienda como “uno de los pilares fundamentales del modelo Arcadia”.
Ha explicado que el Centro de Día funciona los 365 días del año, con programas complementarios de atención a familias, deporte y participación social. “Nuestro equipo de fútbol se ha convertido en campeón de España por tercer año consecutivo”, ha celebrado, aunque Alberto Torres ha lamentado que, a diferencia de otros colectivos, “no disponemos de financiación para equipos, ligas o selecciones; tenemos que buscarnos la vida para que las personas puedan tener un espacio digno donde sentirse campeones”.
En la parte final de su intervención, Laguna ha centrado la atención en los retos aún pendientes. Ha insistido en la necesidad de apostar por la innovación y la formación, creando un centro formativo que ayude a reducir el 80 % de desempleo entre las personas con enfermedad mental grave. Ha remarcado la importancia de impulsar nuevos modelos residenciales e independientes, apoyados en tecnología, y de seguir explorando modelos de atención basados en los derechos humanos, el diálogo abierto, el apoyo entre iguales y la colaboración interinstitucional.
El presidente de Arcadia ha concluido su mensaje con un claro llamamiento a la administración, a la que ha considerado “la primera responsable”, para que el clamor social en torno a la salud mental grave “se transforme en realidad y podamos disponer de los recursos necesarios”.
El responsable de Comunicación de la entidad, Álex Pijem, encargado de conducir el acto, ha dado la palabra después al director de Arcadia, Alberto Torres, que ha hecho un llamamiento a la reflexión y al compromiso colectivo con la equidad en salud mental.
“Sólo el 17 % de las personas con enfermedad mental grave logra acceder a un empleo”, ha advertido, recordando que se trata del grupo con menor inserción laboral de todos los colectivos de discapacidad. Ha subrayado, además, que la financiación pública sigue siendo insuficiente tanto para los procesos de recuperación como para la inserción laboral.
Torres ha comparado la inversión destinada a salud mental con la de otras discapacidades, señalando que estas últimas han recibido un 38,5 % más de aportaciones públicas entre 2008 y 2025, mientras que el apoyo a la primera crece a un ritmo mucho más lento.
A pesar de reconocer los avances conseguidos en las últimas tres décadas, el director de Arcadia ha insistido en que “queda muchísimo por hacer”. y ha apelado al diálogo y al compromiso de las instituciones y la sociedad civil: “Hablemos de derechos, de justicia, de equidad, de trabajo y de financiación. Llamadnos locos, pero por favor, llamadnos”.
La V Movida Arcadia ha abierto su jornada técnica con la intervención de Sílvia Doménech, directora general de La Fageda, un referente nacional e internacional en economía social. Fundada en la Garrocha hace 43 años, esta iniciativa nació con el propósito de crear oportunidades laborales para personas con enfermedad mental grave y, poco después, también para quienes tienen discapacidad intelectual. Arcadia se inspiró en este modelo para crear su propio Centro Especial de Empleo, compartiendo con La Fageda una misma filosofía: el trabajo como herramienta de inclusión y rehabilitación.
Doménech ha recordado los inicios del proyecto impulsado por el psicólogo Cristóbal Colón, quien, tras conocer la realidad de los antiguos manicomios, promovió una visión profundamente humanista: ofrecer empleo y acompañamiento a quienes lo tienen más difícil.
Silvia Parrabera, psicóloga clínica y docente, ha explicado algunos aspectos relativos al Modelo del Diálogo Abierto, un enfoque terapéutico finlandés que enfatiza la escucha activa, la colaboración y la transparencia en el tratamiento de la salud mental, especialmente la psicosis.
Parrabera ha explicado que este modelo reúne a la persona afectada, su familia y profesionales en un plano de igualdad para alcanzar decisiones por consenso, contrastando este enfoque con las prácticas más tradicionales en Occidente.
La especialista ha comentado que el modelo se originó en Laponia Occidental para abordar una alta prevalencia de esquizofrenia y su implantación propició una reducción significativa de nuevos casos y una mejor tasa de reinserción laboral en comparación con España.
MESA REDONDA
La jornada ha concluido con un diálogo de las ponentes con Javier Olivera, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario San Jorge, sobre sobre la necesidad de revisar profundamente el enfoque actual de atención.
Silvia Parrabera ha insistido en la necesidad de cambiar la mirada social y profesional sobre la enfermedad mental grave, apostando por un enfoque más humano, comunitario y menos basado en la medicación. Según los datos aportados, el 75 % del presupuesto en salud mental se destina actualmente a ese tipo de tratamientos, y un cambio de enfoque permitiría reducir ese gasto e invertir más en personal y en sus condiciones laborales. "Cuando se quita el fármaco todo se vuelve más intenso y difícil de gestionar, pero con apoyos adecuados y trabajando toda la trayectoria vital de la persona se puede lograr”.
“Hay algo que estamos haciendo que no está bien enfocado”, ha advertido, y ha señalado también que el lenguaje que usamos refleja y condiciona la manera en que entendemos a las personas. “El reto más complejo es cultural: mientras sigamos pensando que estas personas no tienen posibilidades, estaremos limitando su recuperación”.
Le han preguntado cómo comenzaría a implantar este modelo en la provincia de Huesca y ha recordado cómo fue en su caso. Se crearon equipos móviles que se desplazaban a zonas rurales, formados por tres parejas de profesionales -cada una con su vehículo- que atendían a unas cincuenta personas al año. La frecuencia dependía de la situación y evolución de cada uno. “No hay que destinar más dinero, hay que cambiar la organización y, si se respalda a estos equipos, gran parte de la estructura estaría hecha”, ha asegurado.
Ha defendido, además, que la atención debe realizarse en los espacios más vinculados a las personas, priorizando los hogares: “La mayoría prefiere que vayamos a su casa, aunque también se puede trabajar en una cafetería o dando un paseo por el campo. Pero sobre todo, en su casa se sienten ellos mismos: tú eres el invitado, y así hablan mejor”.
En relación con el uso de psicofármacos, Parrabera ha apostado por que los psiquiatras deben formarse en cómo reducir la medicación de manera eficaz: “Es muy difícil, pero hay apoyos que hacen que el fármaco no sea lo fundamental. Si no se quita bien, se puede desestabilizar el sistema cerebral. Hay que retirar y al mismo tiempo construir otros apoyos”.
También ha subrayado que el trabajo no debe entenderse como la única herramienta rehabilitadora, porque las personas jubiladas o sin empleo puede encontrar otros "espacios protegidos" dentro de la comunidad.
Asimismo, en el debate sobre el rechazo generalizado de las residencias a admitir a las personas con enfermedad mental grave, ha reflexionado que no hacen sino repetir el patrón social: "Vivir con miedo", porque "los prejuicios aún pesan y deshumanizan. Y la enfermedad mental sigue generando rechazo".
Olivera, por su parte, ha recordado que “en determinados momentos de la historia fue necesario hablar de enfermedad mental para dignificar a las personas”, que antes eran denominadas con términos como “desviados” o “alienados”. En este sentido, ha destacado el trabajo del Centro Psicosocial Santo Cristo de los Milagros, que ha calificado como “un espacio dignificado, que ha sabido transformar su manera de cuidar”. “Cuando llegué —ha recordado— había personas a las que era necesario sujetar. No hay que olvidar de dónde venimos, porque debemos seguir avanzando contra las medidas coercitivas”.
El psiquiatra oscense ha considerado que la desprescripción de psicofármacos no es siempre posible. “Es muy gratificante cuando entras en una negociación con el paciente y no impones", ha dicho, pero también ha remarcado que es importante contar con el respaldo y la cooperación profesional cuando se dan pasos en esta dirección.
Olivera también ha meditado sobre la evolución de los pacientes con la edad, para indicar que en Aragón no existen suficientes recursos públicos sociosanitarios o geriátricos adaptados a las necesidades de las personas con enfermedad mental grave.
Por su parte, Silvia Doménech ha destacado el fuerte sentido de comunidad del centro La Fageda, subrayando la importancia de acompañar a cada persona sin darla por perdida y creyendo en sus posibilidades: "Hay que luchar hasta el final por cada una”, ha enfatizado.
Ha señalado, además, que trabajan con un alto nivel de diversidad, y por ello se van adaptando a las necesidades de que se plantean. Por ejemplo, en algún momento los usuarios de la fábrica se pusieron a rezar, lo que requirió modificar espacios para respetar sus prácticas y creencias.
En relación con las personas mayores, Domenech ha referido que algunos usuarios que se jubilan continúan asistiendo a la finca y mantienen su participación activa. Además, se ha creado un club social en medio del bosque, con actividades de ocio, manualidades, deportes, teatro y socialización, diseñadas para crear vínculos y fomentar la participación. Una cuarta parte de las personas que acuden no mantenían vínculos previos con el centro, sino que son derivadas desde la Red de Salud Mental.
El hogar-residencia del centro está orientada actualmente a personas con discapacidad intelectual, pero se está trabajando en la transición de personas mayores con enfermedad mental hacia residencias ordinarias públicas, en coordinación con los servicios sociales, para garantizar la continuidad y el bienestar de los usuarios en todas las etapas de su vida.
Ante la pregunta de un usuario, Doménech ha considerado que los bajos salarios que se pueden pagar en los Centros Especiales de Empleo (CEE) pueden obedecer a que muchos han sufrido históricamente déficit de recursos, por lo que han tenido que priorizar su rentabilidad. “En nuestro caso, tenemos como referencia el salario mínimo interprofesional y creo que unos cuantos hemos ido hacia allí”, y ha destacado la necesidad de valorar adecuadamente el trabajo que se desarrolla en estos espacios.
COMPROMISO INSTITUCIONAL
La concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Huesca, Marta Escartín, ha abierto la jornada central de la Quinta Movida, celebrada con motivo del Día Mundial de la Salud Mental y del 30 aniversario de Arcadia, con un saludo afectuoso a los asistentes y palabras de reconocimiento a los profesionales de la entidad.
Escartín ha expresado su agradecimiento a Alberto Torres y a todo el equipo de Arcadia, destacando su dedicación y compromiso con las personas con enfermedad mental grave.
Además, ha felicitado a Arcadia por sus treinta años de trayectoria, recordando que surgió como respuesta a la preocupación por la salud mental grave en Huesca y como impulso para fomentar la conciencia social sobre estos problemas. Ha resaltado además la importancia del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre y une a más de un centenar de países en torno a la sensibilización y el bienestar mental.
Escartín ha señalado que esta celebración constituye una forma de unión y compromiso colectivo, apoyando a quienes enfrentan dificultades de salud mental y promoviendo el bienestar personal. Ha recordado que el bienestar físico, mental y social están interconectados y ha hecho un llamamiento a las instituciones para respaldar los proyectos de Arcadia, concluyendo con un mensaje de esperanza: “Juntos podemos hacer una diferencia y avanzar hacia un futuro en el que la salud mental sea una prioridad para todos”.
El encargado de cerrar el acto ha sido el presidente de la Diputación de Huesca, Isaac Claver, que ha destacado que no hay salud sin salud mental, y ha expresado su agradecimiento y felicitación a la Fundación Agustín Serrate y a Arcadia por sus 30 años de labor asistencial, subrayando que su trabajo trasciende el ámbito del servicio social al ofrecer a las personas la oportunidad de vivir con dignidad e integrarse plenamente en la sociedad.
Claver ha enfatizado que la inclusión no es solo un eslogan, sino una realidad que se construye con esfuerzo, cariño y compromiso diario. Asimismo, ha reafirmado el apoyo institucional para el desarrollo de futuros proyectos, incluyendo la puesta en marcha de un nuevo centro de formación, destinado a seguir fortaleciendo la atención y la integración de las personas con enfermedad mental.
El acto ha contado también con la presencia de otras autoridades como el subdelegado del Gobierno en Huesca, Carlos Campo, la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, el delegado territorial del Gobierno aragonés, Javier Betorz, el director provincial del IASS, Carlos Oliván, la gerente de Cadis Huesca, Marta Peña, la concejala socialista Concha Bailac, el expresidente de la Fundación Arcadia, Alberto Larraz, y quien realizara las labores de gerencia durante muchos años, Javier Borau.