Hábitos de nutrición infantil: "Hay que dejar de comer mal antes de empezar a comer bien"

La nutricionista Carmen M. Iturbe aborda cómo mejorar hábitos de alimentación en la infancia con motivo de la salida a la venta del libro "Recetas con pescado para niños"

Periodista
25 de Marzo de 2024
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Cómo evitar la obesidad infantil

La obesidad está aumentando a nivel mundial y España no está exenta de esta tendencia preocupante, colocándose en el quinto puesto y en el primero en la Unión Europea. Estos datos fueron aportados por la nutricionista Carmen M. Iturbe durante una charla ofrecida en Santos Ochoa para abordar los hábitos de alimentación enfocados a la nutrición infantil, en la que aconsejó "dejar de comer mal antes de empezar a comer bien".

La charla sobre cómo mejorar los hábitos de alimentación en los niños se llevó a cabo a propósito de la venta con fines solidarios en esta librería del libro “Recetas con pescado para niños”, elaborado a partir del concurso organizado por La Coruñesa en la celebración de su centenario, y contó con la presencia de José Luis Sierra, gerente de La Coruñesa, y Mónica Sarasa, fundadora de la asociación Izas, la princesa guisante, a la que va destinada parte de la venta.

Carmen M. Iturbe y Mónica Sarasa.
José Luis Sierra, Carmen M. Iturbe y Mónica Sarasa.

“Tanto que presumimos de la dieta mediterránea, que aboga por un consumo de frutas, verduras, pescado fresco…, la estamos dejando totalmente de lado y estamos copiando los hábitos de Norteamérica. Actualmente, en España el 54 % de las personas adultas padecen sobrepeso u obesidad, más de la mitad de la población, un porcentaje que es del 40 % entre los niños y niñas, y eso es alarmante porque tiene asociadas muchas enfermedades”, apuntó la nutricionista.

En este sentido, consideró que el rápido incremento de la obesidad infantil es “uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Estamos frente a una epidemia, pero no prestamos atención y no se están poniendo suficientes herramientas para superarla”, alertó. Y destacó que “el 80 % de los padres y madres no son conscientes de que sus hijos padecen sobrepeso u obesidad y de lo que acarrea”.

Entre las causas de haber llegado a esta situación situó Carmen M. Iturbe el sedentarismo como uno de los factores más importantes. “Somos más sedentarios que la media europea”, señaló. También apuntó el exceso de pantallas y el ambiente obesogénico, es decir, “los factores que nos rodean, como la publicidad en horario infantil de muchos productos malsanos, que al final el niño va a querer. “También es importante cómo se alimentan nuestros padres, si comemos en el comedor escolar, si a la salida del cole tenemos una tienda de chucherías, las redes sociales…”, agregó acerca de los hábitos alimenticios incorrectos.

Las consecuencias de la obesidad infantil son profundas y van más allá de los problemas de salud física. También afecta negativamente a la salud mental y emocional de los niños, como la baja autoestima, la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria y acoso escolar. Además, se producen problemas musculares y enfermedades de adultos, como hipertensión, colesterol alto y problemas respiratorios. “Una de las cosas más características es la intolerancia para hacer ejercicio, los niños no pueden, se sienten incapaces porque tienen asma. También las intolerancias, alergias, cada vez hay más y se está viendo que está muy relacionado con cómo comemos”.

Carmen M. Iturbe, durante la charla en Santos Ochoa.
Carmen M. Iturbe, durante la charla en Santos Ochoa.

El consumo diario de azúcar que recomienda la OMS son 4 terrones al día, pero actualmente se sitúa en 22 terrores entre la población infantil, lo que supone 88 gramos de azúcar cada día. De esta forma, “la cantidad de azúcar que ingiere un niño en España es de 32 kilos en un año”, alertó la nutricionista. También llamó la atención sobre la importancia de tener en cuenta que los productos que se comercializan como 0 % azúcar en realidad contienen edulcorantes, lo que perpetúa la preferencia por sabores dulces y contribuye a problemas de salud a largo plazo. “Todo lo que podamos reducir el azúcar y los edulcorantes, mejor”, recomendó.

Para combatir esta crisis, es crucial promover hábitos alimenticios saludables y fomentar un estilo de vida activo desde una edad temprana. “Menos pantalla y más calle”, resumió Carmen M. Iturbe respecto al segundo punto. “La pirámide de actividad física infantil propone diariamente una hora de actividades cotidianas, y de 3 a 6 días a la semana, unos 30 minutos de ejercicio, como tenis, baloncesto, natación... Se está empezando también a dar más bombo a la fuerza muscular, o sea, enfocar también a los niños a hacer ejercicios de fuerza y estiramientos. Y en la parte superior de la pirámide, menos de 2 horas de pantallas al día. Hay que gestionar los tiempos de las pantallas, que no solamente es el móvil, es también el ordenador, la tablet, la televisión…”.

Respecto a los hábitos alimenticios su recomendación es “dejar de comer mal antes de empezar a comer bien”, es decir, primero han que centrarse en eliminar de la dieta los ultraprocesados y “luego vendrá el resto”.

Lo que caracteriza los ultraprocesados es que son “productos sabrosos tanto por la parte de dulce como la parte salada, siempre están muy envueltos y son muy poco naturales”. Entre otros, cito como reyes de este grupo los refrescos en todas sus variedades (tanto light, como no light, con brujas y si burbujas, bebidas energéticas..); las pizzas que se venden empaquetadas; el pan blanco; los zumos envasados; patatas fritas, doritos… todos aquello sea salado; y las galletas. “Siento decir que no hay galleta sana en el supermercado, ni las digestive ni las integrales, sin azúcares y sin grasa”, apuntó.

Público asistente a la charla de Carmen M. Iturbe.
Público asistente a la charla de Carmen M. Iturbe.

Siguió citando la bollería “sobre todo hay que reducir la industrial, pero la casera también hay que controlarla; cereales azucarados; los dulces, helados y chocolates –“si hablamos de un chocolate en 80 u 85% cambia”-; productos precocinados y las carnes procesadas, “sobre todo las carnes de mala calidad tipo salchichas. Leed la etiqueta para ver qué es lo que lleva realmente esa ese producto cárnico”, aconsejó. También se detuvo en los lácteos como los yogures de sabores y los actimel, los bebibles, natillas y las salsas que no sean caseras. “También los productos dietéticos, que se venden como algo saludable, pero se consideran ultraprocesados y es algo que deberíamos reducir”, apuntó.

Estos productos ultraprocesados deben consumirse de forma ocasional, “es decir, cuando no me acuerdo cuándo fue la última vez. Es difícil, es muy difícil porque los tenemos disponibles y accesibles en todos los sitios a los que vamos. Eso es una de las características de los productos ultraprocesados”, señaló.

Una vez apartados los ultraprocesados, “ya podemos empezar a comer bien. La pirámide de la alimentación se ha quedado obsoleta y ahora se está utilizando el plato saludable”, indicó la nutricionista. Incluye una buena fuente de verduras. “Los niños comen muy poquita verdura y se cambia por un alto consumo de hidratos de carbono, como pan, pasta, arroz, patata. Y también se utilizan proteínas de muy baja calidad. Hay que mejorar esa calidad de la proteína, a través del pescado, carnes blancas, en la carne roja también, y en las legumbres y los frutos secos. No nos tenemos que preocupar por la cantidad, sino mejor por la calidad de la proteína que le damos”, recomendó.

En ese plato saludable se incluye la importancia de beber agua. “No necesitan refrescos, no les va a dar un bajón de azúcar haciendo deporte, con agua es suficiente”, señaló Carmen Iturbe. Además, “utilizar aceite de oliva virgen. El aceite de coco está ahora muy de moda y está bien, pero no es nada sostenible. Y si queremos alguna vez hacer alguna fritura, el aceite de girasol, pero que tenga apellido alto oleico porque significa que tiene mejor calidad de ácidos grasos”, recordó.

Y finalmente, se ha añadido al plato saludable mantenerse activos. “La actividad física es muy muy importante en los niños”, remarcó la especialista en educación nutricional.

QÚE LLEVAR DE ALMUEZO

Respecto a qué deben almorzar los niños, Iturbe indicó que “hay gran variedad de opciones más allá de las galletas, de los actimel, los batidos... Por ejemplo, una manzana. Lo que ocurre es que un actimel está muy rico y una manzana, no, porque si les damos ya desde pequeñitos ese sabor tan dulce, luego la manzana no les va a saber de nada. Son hábitos que tienen que adquirir cuanto antes”. Otras opciones, “tortitas de manzana y canela, avena cocida, trocitos de pan con tomate, tortitas de plátano, humos, tortilla, leche entera, yogures sin ultraprocesar.

Además, la nutricionista hizo hincapié en la importancia de dar ejemplo en casa. “Eso significa que todos los días tengamos nuestra ración de verdura, que comamos fruta, que bebamos con agua, que hagamos ejercicio, que tomemos pescado, legumbres…”, aconsejó.

Finalmente, aportó diez formas de alentar hábitos saludables en los pequeños. “Empoderar y animar, ser ejemplo, llevarlos al mercado, cocinar con ellos, comer juntos en la mesa -algo que se está perdiendo cada vez más-, ofrecer porciones más pequeñas adecuadas a cada una de las edades, beber agua, no usar la comida como premio, reducir el tiempo de pantalla y que los niños duerman lo suficiente”. Con ello, "podemos conseguir grandes cambios", citó.

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