Huesca abre la Semana Santa entre palmas, olivos y emoción con una multitudinaria procesión de Domingo de Ramos

Cientos de oscenses acompañan la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén tras la bendición por administrador apostólico Vicente Jiménez

Periodista
13 de Abril de 2025
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Procesión del Domingo de Ramos en Huesca

Las palmas y ramos de olivo han llenado esta mañana la plaza de San Pedro de Huesca, punto de partida de la tradicional procesión del Domingo de Ramos, que ha recorrido el casco antiguo hasta la plaza de la Catedral, donde se ha celebrado la eucaristía. Con gran participación de oscenses y un tiempo espléndido, la ciudad ha conmemorado la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, un acto que marca el inicio de la Semana Santa y simboliza la esperanza y la acogida del Mesías por parte del pueblo.

A las 11 horas, el administrador apostólico, Vicente Jiménez Zamora, acompañado por el párroco de San Pedro, José Alegre, y Juan Carlos Barón, deán de la Catedral, ha abierto la procesión pidiendo a Dios la santificación con la bendición de los ramos y palmas “y a cuántos vamos a acompañar a Cristo Rey, aclamándolo con cantos, concédenos por medio de él entrar en la Jerusalén del cielo”, ha señalado. Posteriormente, las palmas y ramos se han elevado sobre las cabezas de los asistentes para ser bendecidas por el administrador apostólico. 

Tras la lectura del Evangelio según San Lucas, en la que se narra la entrada de Jesús en Jerusalén, el párroco José Alegre ha cedido la palabra a Vicente Jiménez quien ha pedido: “Imitemos a la muchedumbre que aclamaba a Jesús y vayamos en paz en procesión a nuestra Catedral”.

Como se realiza desde hace dos años, la procesión ha arrancado de la plaza de San Pedro, para continuar el itinerario por la plaza López Allué, Cuatro Reyes, Ramiro el Monje, el Coso Bajo y Coso Alto, para iniciar la subida a la Catedral por las calles Moya, Sancho Abarca, Azara, plaza de San Salvador y Las Cortes, para desembocar en el templo, donde se ha celebrado la eucaristía.

La Cofradía de San José y Santa Ana con los niños y niñas vestidos de hebreos han abierto la procesión, que ha continuado con la representación de la Cofradía del Santo Cáliz, de Salesianos; la Cofradía del Prendimiento, del Barrio de Santo Domingo y San Martín; la Cofradía de Jesús Atado a la Columna, de San Viator, la Cofradía de la Preciosísima Sangre, de San Lorenzo; la Cofradía del Santo Cristo de los Gitanos; la Cofradía de Santiago, de Grañén, que acompaña el paso del Ecce Homo; la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno; la Cofradía de Santiago; la Cofradía del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo; la Cofradía del Cristo de la Esperanza, del Perpetuo Socorro; la Cofradía del Cristo del Perdón; La Dolorosa; la Cofradía del Descendimiento; y la Cofradía de San José con el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la popular Burreta.

Cientos de oscenses han arropado el paso procesional, tanto a lo largo del recorrido como en la entrada y el interior de la Catedral, participando en este emotivo acto que da inicio a la Semana Santa. Una mañana soleada y luminosa ha acompañado que ha revivido el momento en que Jesús fue recibido entre vítores y ramas de olivo en Jerusalén. Con ese mismo espíritu, Huesca ha vuelto a abrir las puertas de su corazón al mensaje de paz, humildad y esperanza que representa la Pasión.  

A continuación, monseñor Vicente Jiménez Zamora ha presidido el oficio litúrgico en la catedral de Huesca. En su homilía, ha señalado que en cada uno de los tres ciclos de este domingo de Ramos se combinan dos evangelios: entrada de Jesús en Jerusalén (procesión de Ramos); y pasión de nuestro Señor (Eucaristía).

Es el triunfo y la humillación, que son aspectos complementarios de un mismo misterio. El Mesías de la entrada en Jerusalén es menos triunfalista y está más cerca del Cristo de la Pasión de lo que a primera vista parece", ha apuntado. "Por nosotros y por nuestra salvación”, decimos en el credo, se hizo hombre, padeció, murió voluntariamente y resucitó Jesús. Él muere no porque así lo quieren sus enemigos, sino porque Él mismo ha dado su consentimiento al designio y a la voluntad de Dios: “Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente”, había dicho Jesús al autodefinirse como el Buen Pastor”.

Los actos continúan a las 22.00 con la Procesión del Cristo de los Gitanos desde la Catedral.

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