Con abrazos, sonrisas y una profunda emoción, 41 niños y niñas saharauis han llegado este lunes a Huesca dentro del programa Vacaciones en Paz, impulsado por la asociación Alouda, para disfrutar de un verano alejado de las duras condiciones de vida de los campamentos de refugiados en Tinduf . El acto de bienvenida se ha celebrado en el salón de actos del Instituto Pirámide, con la participación de familias de acogida, representantes institucionales y miembros de la organización, en un ambiente de afecto y compromiso.
Este año la llegada se ha producido con dos semanas de retraso por problemas con el vuelo, lo que ha aumentado la expectación entre las familias. Los menores permanecerán en la provincia hasta el 25 de agosto.
La presidenta de Alouda, Ruth Franco, ha sido la encargada de abrir el acto, en el que ha pedido a las familias que contesten a quien les pregunte que estos niños y niñas “no vienen por ser pobres, y que no estamos haciendo un acto de caridad, vienen porque la comunidad internacional y los intereses políticos les ha obligado a nacer y vivir en una situación que nadie se merece”. También han asistido la directora de Inclusión Social y Voluntariado del Gobierno de Aragón, María Charte, la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, la concejala de Servicios Sociales, Marta Escartín, y la edil de Cultura, Sonia Latre, que han trasladado el interés de las instituciones a las que representan por continuar apoyando este programa.
Ruth Franco ha explicado que el programa de Vacaciones en Paz es "uno de los proyectos más importantes que ayuda al pueblo saharaui, porque no consiste solo en hacer que un niño saharaui viva el verano que se merece y acceda a unas condiciones de vida que cualquier ser humano debería tener todo el año, sino que es mucho más que eso. Permite que una vez por año toda España vuelva a recordar -y algunos escuchar por primera vez- que hace ya 50 años el Gobierno español dejó abandonado a su suerte a todo un pueblo, el cual, para evitar su exterminio, tuvo que huir a unos campamentos de refugiados en los que, tanto tiempo después, aún continúan".
"Por todo esto, que esta colaboración no se quede en ayudar a uno de estos niños, sino que es la posibilidad de ayudar a todo un pueblo, que se merece tener una solución política a su nefasta situación", ha insistido..
Una de las coordinadoras del programa, Loli Crespo, ha recordado que la acogida se realiza en la provincia de Huesca desde 2006 y que este año el retraso en el vuelo ha obligado a reorganizar actividades. “Han venido 41 niños hasta el 25 de agosto, de ellos cinco con discapacidad que van a pasar por los centros de Aspace Huesca, Martillué y Sabiñánigo”.
Uno de los momentos más esperados es un encuentro en el Valle de Tena, donde se reunirán las familias de acogida de la provincia con los niños saharauis y sus propios hijos, compartiendo una jornada de convivencia. “Los niños disfrutan mucho juntos, pero también las familias tienen la oportunidad de intercambiar vivencias”, ha destacado.
Crespo ha lamentado que este año hayan fallado cuatro menores que finalmente no han embarcado rumbo a España. Los 41 niños y niñas que sí han llegado lo han hecho cansados tras una larga y complicada jornada de viaje que comenzó con su traslado el domingo a las 18.00 al aeropuerto. El vuelo ha salido a las 6.00 y ha llegado a Zaragoza a las 9.00. Muchos de ellos, emocionados pero agotados por tantas novedades, se durmieron en el autobús rumbo a Huesca.
Aun así, la llegada estuvo marcada por la alegría. “Venían muy contentos. Algunos participan por primera vez y sienten un poco de miedo ante lo desconocido, pero los que repiten... en cuanto han visto la piscina o el campo de fútbol, se han emocionado y han empezado a gritar: ‘¡fútbol, fútbol!’”, ha relatado la coordinadora.
También destacó la ilusión con la que las familias de acogida viven esta experiencia, especialmente aquellas que repiten y esperan con impaciencia el reencuentro. Para quienes se enfrentan por primera vez a esta vivencia, puede haber cierta incertidumbre, pero pronto descubren que no solo están ofreciendo una oportunidad, sino que también reciben mucho a cambio. “Te permite redescubrir tu propio entorno -ha señalado-, darte cuenta de cosas que ya no valoramos, como el verde de nuestras montañas, los árboles, el agua por todas partes... cosas que para ellos son extraordinarias”.
Teresa Domingo, una de las madres de acogida, repite por cuarto año con la misma niña, con la que ya ha establecido un fuerte vínculo. “Me han dicho que este año ha venido muy alta. Tengo muchas ganas de verla. La experiencia es muy enriquecedora. Es más lo que me da ella a mí que lo que yo le doy. Me ha puesto otra vez en contacto con gente joven, con nuevas experiencias”. Como ha señalado, "lo recomiendo porque haces una labor humanitaria y además te llevas mucho de la experiencia, porque te enseñan cómo viven, cómo se relacionan, cómo son en la familia, los valores que tienen, y es que es muy interesante", ha apuntado.
APOYO INSTITUCIONAL
La directora de Inclusión Social y Voluntariado del Gobierno de Aragón, María Charte, ha recordadi que casi un centenar de niños saharauis pasan el verano en Aragón a través de los convenios firmados por el Ejecutivo.
Por parte del Gobierno de Aragón, seguiremos trabajando juntos, apoyándoos y sobre todo, seguiremos reivindicando, aparte de ese acogimiento y de esas oportunidades que les dais en verano a estos niños, esos momentos de sensibilización hacia la sociedad, de poner encima de la mesa esa memoria, esa justicia y esa solidaridad que desde la provincia de Huesca se realiza con el pueblo saharaui", ha afirmado.
La diputada provincial de Servicios Sociales, Lola Ibort, ha puesto el foco en el significado del programa. “Hoy celebramos mucho más que una llegada. Celebramos la esperanza, el compromiso solidario y el vínculo fraterno entre pueblos.
Ha subrayado que el programa Vacaciones en Paz es un recordatorio vivo de que la solidaridad mejora vidas reales. Ha destacado además el papel fundamental de la asociación Alouda y de las familias de acogida, a quienes ha agradecido su trabajo incansable y su generosidad “sin condición”.
Ibort ha dirigido también unas palabras directamente a los niños y niñas recién llegados: “Bienvenidos a vuestra segunda casa. Queremos que estos días estéis tranquilos, felices y rodeados de cariño. Aquí sois muy importantes, muy esperados y ya sois parte de nosotros”. Ha finalizado reiterando el compromiso de la Diputación de Huesca con el programa, destacando su valor como motor de unión entre pueblos.
Por su parte, Marta Escartín ha manifestado la alegría del Ayuntamiento de Huesca por poder acoger un año más a los participantes del programa, que ha considerado un ejemplo claro de solidaridad internacional y defensa de los derechos humanos. Escartín ha subrayado el valor del trabajo que realiza Alouda de "entrega, compromiso social y humanidad".
En su intervención, ha destacado que la llegada de los menores saharauis a la ciudad representa una oportunidad de encuentro y enriquecimiento mutuo, y ha recalcado la entrega desinteresada de las familias que cada verano abren las puertas de sus casas y corazones a los niños y niñas saharauis. “Es una oportunidad de encuentro y enriquecimiento mutuo, sois esperanza y nos recordáis la importancia de la solidaridad y el compromiso", ha apuntado.
Dirigiéndose a los menores, les ha deseado una estancia feliz y llena de aprendizajes, confiando en que se llevarán recuerdos imborrables. “Venís con el corazón lleno de amor, pero aún más os llevaréis. Aquí tenéis una segunda casa, una ciudad que os recibe con los brazos abiertos. Disfrutad mucho y bienvenidos a Huesca y a su provincia”.
Franco ha animado a todos a participar en más actividades durante el resto del año "estamos abiertos a escucharos y a apoyar vuestras ideas e iniciativas para la realización de actividades que lleven la causa saharaui a cada rincón de la provincia de Huesca", ha resaltado.