La ciudad de Huesca ha vuelto a latir con fuerza este Viernes Santo con la Concentración de Bandas de Tambores y Cornetas en la tradicional Exaltación del Tambor, un vibrante acto que cada año reúne a centenares de oscenses y visitantes en la recta final de la Semana Santa.
A las 11:30 horas, la Plaza López Allué se ha convertido en un auténtico epicentro sonoro, donde cada uno de los doce grupos reunidos ha desarrollado una exhibición individual cargada de fuerza, ritmo y devoción, que les ha permitido mostrar su estilo y personalidad.
El momento más sobrecogedor ha llegado con el número final conjunto, en el que las formaciones participantes, once de la ciudad de Huesca y una de Grañén, han tocado al unísono, provocando una vibración colectiva que ha estremecido a los asistentes. Tras esta apoteosis sonora, las bandas han desfilado por el casco histórico siguiendo el recorrido habitual: calle Moya, Coso Alto, Coso Bajo y la plaza Santo Domingo, en un desfile al que ha sucedido, poco después, el de los romanos.
Además de su valor cultural y espiritual, el acto ha tenido un fondo solidario, ya que, como es tradición, la Archicofradía de la Vera Cruz ha entregado la recaudación obtenida por las cofradías a una organización benéfica. Este año, la destinataria de la aportación, 2.500 euros, ha sido la Asociación Frater, que trabaja por la integración de personas con discapacidad intelectual.
La Exaltación del Tambor se consolida así como un acto esencial dentro de la Semana Santa oscense, preludio también de la Procesión del Santo Entierro, la más esperada y solemne de todas, que se celebrará esta tarde a las 19:00.