Como todo ser vivo, nacen, se desarrollan y no se sabe si morirá o será erradicada. Es el caso de la higuera cuya presencia desvelaba EL DIARIO DE HUESCA hace tres años, que se vio acompañada por otro ejemplar de idéntica especie un año después, en 2023.
Sea por fusión o por crecimiento, el caso es que la torre de la Catedral de San Vicente mártir de Roda de Isábena lleva ya tres años con esta especie "invasora" que algunos observadores estiman debiera ser atendida y desarraigada por su titular, el Obispado de Barbastro-Monzón.
La nueva imagen de la higuera, más frondosa, dejará pronto lugar a la plenitud de la torre sin ningúna invasión, y es que el Obispado de Barbastro ya tiene previsto, dentro de los trabajos de mantenimiento habituales, arrancarla. En cualquier caso, asegura que no representa riesgo alguno.
La Catedral de Roda de Isábena es identificada como la más antigua de Aragón y la más pequeña de toda España. Monumento Nacional, aunque sus orígenes se remontan a su consagració por el obispo Odisendo en el año 956, tras la destrucción por el hijo de Almanzor exigió su reconstrucción, esta vez bajo el reinado de Sancho III el Mayor, rey de Pamplona y señor de los condados de Sobrarbe y Ribagorza.
Precisamente, los maestros de obra navarros recondujeron la inicial orientación lombarda para relacionarla con el Camino de Santiago. Fue bajo la corona de Sancho Ramírez cuando fue consagrada por el obispo Arnulfo en la primera mitad del siglo XI, si bien las tres naves y las criptas en los tres ábsides fueron concluidas en el siglo XII.
El caso es que las higueras han querido elevarse hasta lo más alto de la torre, con cierta inquietud a la espera de que el Obispado ponga -que la pondrá- solución a esa presencia que no es necesariamente deseable y que no aporta nada en ningún sentido.