Javier Olivera, enfermedades y síntomas psiquiátricos que nos sitúan fuera de la realidad convencional

El psiquiatra, que ha participado en las Jornadas de Psicología del Campus de Huesca, afirma que se pueden tratar y mejorar la calidad de vida

26 de Octubre de 2022
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Javier Olivera. Foto Mercedes Manterola
Javier Olivera. Foto Mercedes Manterola

Debido a vivencias, procesos orgánicos cerebrales, traumas, conflictos internos o, incluso, inconscientes, el ser humano tiene que crear, de forma enferma, "realidades paralelas" fuera de lo convencional que se incluyen dentro de los trastornos mentales. “Es como una necesidad, algo parecido a lo que hacemos con la literatura, el cine y las artes. A la gente le gusta ver en el cine cosas que sabe que no son reales, les encanta, o leerlo en las novelas. Eso sí es una forma sana de transformarse en otras personas”, señala Javier Olivera.

El psiquiatra oscense, secretario de la Sociedad Española de Piscogeriatría, participó este martes en las Jornadas de Psicología que organiza la Universidad de Zaragoza en el Campus de Huesca, con una charla titulada “Psiquiatría y otras realidades”, en la que se refirió a enfermedades y síntomas psiquiátricos que nos sitúan fuera de la realidad, pero que pueden tratarse con psicoterapia y los fármacos adecuados.

Olivera explicó que las "confabulaciones" se producen como consecuencia de problemas orgánicos cerebrales, mientras que los "delirios" obedecen más a otras de tipo psiquiátrico como la esquizofrenia y los trastornos delirantes.

“Las confabulaciones son material de relleno que utilizan, sobre todo, las personas con demencia o problemas vasculares cerebrales cuando no recuerdan algo”, señaló el especialista, quien agregó que si rechazamos su argumento, la persona con esta patología “no tienen problema y cambia la respuesta”. No obstante, ante un comportamiento de este tipo y si todavía no hay un diagnóstico, hay que acudir a un especialista.

Estudiantes, en la charla de Javier Olivera
Estudiantes, en la charla de Javier Olivera. Foto Mercedes Manterola

En estos casos, el doctor propone redirigir a esta persona hacia la realidad; pero si insiste en su versión y llega a irritarse, Javier Olivera aconseja alguna maniobra de distracción o, en último término, darle la razón y, si se advierte que sufre mucho, sopesar un tratamiento farmacológico.

Otra realidad paralela es el "Síndrome del inquilino fantasma", que consiste en creer que hay otra persona en casa, y también se refirió el psiquiatra a las alucinaciones, que pueden ser visuales o auditivas.  Olivera presentó el caso de un chico con ceguera psicológica, que le permitió que lo grabara. "Decía que no veía nada, pero, aunque se movía "de manera particular", no andaba como una persona ciega ni se chocaba con las cosas".

Los delirios son propios de las enfermedades mentales, son ideas falsas que el paciente se cree a pies juntillas. "El trastorno de personalidad paranoica hace que la persona sienta desconfianza y crea que los demás están contra ella. También es muy frecuente el delirio de los celos y el llamado erotomanía, que consiste en pensar que una persona famosa se ha enamorado de ti. Hay muchos periodistas que se han encontrado con gente que se ha obsesionado con ellos", explica Javier Olivera.

A la lista hay que añadir también los delirios hipocondriacos, que se producen a veces en depresiones graves, y los delirios de ruina, que pueden llevar a una persona con mucho dinero a pensar que no tiene nada, "aunque le enseñes millones de euros en su cuenta corriente".

Javier Olivera cita a Carlos Castilla del Pino, para explicar que, según consideraba este neurólogo, psiquiatra y escritor, el delirio es "un error necesario", que le sirve a la gente para interpretar su propia realidad. "Hay otras teorías más biológicas que dicen que se deben a que hay un exceso de dopamina en el cerebro y por eso lo tratamos con fármacos antipsicóticos que disminuyen la dopamina. Posiblemente, será algo multicausal, causas ambientales, familiares, sociales y orgánicas, como en casi todas las enfermedades cerebrales".

Para prevenir los delirios, apunta Olivera que "la mejor prevención es tener una estructura familiar y social benigna, sin traumas importantes y sin problemas de vínculo, tener el cariño y soporte adecuado".

Existen, por otro lado, trastornos de personalidad, personalidad múltiple y disociación de la personalidad, que aparecen mucho cuando hay traumas infantiles. "La histeria, término ya poco utilizado, ahora se habla de trastornos disociativos y de conversión, son traumas psicológicos que se transforman en un trauma neurológico. Por ejemplo, hay personas que pierden la movilidad, el habla o la memoria. Se debe a un trauma psicológico no elaborado y con una hipnosis lo recuperaban".

Hay quien presenta varias personalidades, hasta veinte y con sus propios nombres y distintas voces. Según la que fuera en un momento dado, podía cometer delitos. Por ello hay casos descritos en los medios de comunicación y también en la literatura. "Esto se debe a que no se le ha permitido el desarrollo de una personalidad integral y se escinde en varias", explica Olivera.

Javier Olivera asegura que algunas de estas personas pueden recuperarse por completo y, si no es así, mejorar mucho su calidad de vida con ayuda de la psicoterapia y de los fármacos adecuados.

 

 

 

 

 

 

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