Javier Olivera y Javier Moraleda: "Reflexionar sobre la muerte hace que se viva mejor y con más gratitud"

El psiquiatra y el médico de cuidados paliativos han dialogado sobre el derecho a morir bien ante más de 500 personas

02 de Octubre de 2023
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Javier Olivera y Javier Moraleda reflexionan sobre la muerte

"La muerte es el fin de las posibilidades" y es bueno reflexionar sobre ello porque nos puede ayudar a vivir mejor. "Si aprendemos a morir bien, viviremos bien". Con el eco de estas frases ha culminado una charla protagonizada por el psiquiatra Javier Olivera y el médico de Cuidados Paliativos Javier Moraleda, ante más de 500 personas, en el Teatro Olimpia de Huesca. 

El encuentro, organizado por la Asociación Contra el Cáncer, con el epígrafe Diálogos en torno al final de la vida, les ha permitido abordar diversos aspectos que acompañan este proceso y que tienen que ver con "el derecho a morir bien".

Entre los asistentes se encontraban presentes la consejera de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, Carmen Susín, el diputado Carlos Sampériz, la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, el presidente de la AECC en Huesca, José Manuel Ramón y Cajal, y la gerente de la entidad, Ana Palomera.

Moraleda ha explicado que "a veces con estar es suficiente", porque, aunque a los sanitarios no se les forma vía MIR en esta especialidad, cuando hacen un acompañamiento, la persona enferma y sus familiares "sienten la calidez de la presencia de alguien que no huye, surja lo que surja". Y ese momento, aunque a nadie le suele gustar hablar de la muerte, "es muy bonito y humano".

"No curamos, pero paliamos el sufrimiento, que tiene una dimensión distinta al simple dolor", ha añadido. "El proceso de morir es inevitable y los cuidados paliativos previenen el sufrimiento. Nadie quiere hablar del tema, pero a todo el mundo le interesa".

Javier Olivera y Javier Moraleda con las autoridades y responsables de la AECC.
Javier Olivera y Javier Moraleda con las autoridades y responsables de la AECC. 

 

Javier Moraleda ha asegurado que, en esos momentos, "los pacientes y sus familias son maestros de vida" y ha confesado también que fue en los cuidados paliativos donde encontró "el profundo sentido" a su profesión, "la más bonita del mundo", según ha añadido Olivera.

El psiquiatra oscense le ha planteado dos motivos que suelen causar miedo a la muerte: "Desaparecer y no hacer todo lo que querías" y "el sufrimiento" y le ha preguntado cuál de los dos predominaba. Moraleda ha indicado que prevalece el temor al proceso de la enfermedad. "De alguna manera todos somos conscientes de que vamos a morir, aunque siempre creamos que le pasa al otro", y ha subrayado que, hoy en día, hay "fármacos estupendos" para aliviar cualquier síntoma.

También ha observado que es muy humano tratar de no perder el control, cuando quizá lo mejor es entregarse. "Puede haber cero dolor y muchísimo sufrimiento por esa pelea de la no aceptación" y ha añadido que también genera tristeza. Los que se quedan tiene pena por la pérdida, pero a veces quien se muere la sienten por ellos "y es de una gran generosidad".

Javier Olivera ha señalado que se dan casos de familias que ocultan esta realidad a su ser querido para preservarles y se ha referido a uno en concreto en el que el padre le ocultaba a su hija que se iba a morir y la hija, que ya lo sabía, no se lo contaba al padre para evitarle sufrimiento.

El psiquiatra le ha preguntado, en otro momento, dónde muere la gente que se encuentra en esas circunstancias, en casa o en el hospital, y Moraleda ha considerado que, cuando ocurre en su hogar, "es que los cuidados son muy buenos".

Tras llamarle "territorio hostil" al hospital, ha insistido en que "la mejor forma de morir es en casa, rodeado de los tuyos", algo que se puede hacer perfectamente. "Lo más importante es el acompañamiento y lo menos, lo técnico" y ha indicado que el equipo de cuidados paliativos puede estar ahí, en ese momento, "para aclarar lo bien que se están haciendo las cosas".

Sin embargo, "falta visión paliativa, porque la muerte es el fracaso de la medicina", cuando, en realidad, el alivio de una persona puede llegar cuando se dejan de hacer cosas. "Nuestra obligación ética, deontológica y humana es ayudar a que muera en paz" y quizá en el hospital "falta esa visión".

Javier Olivera ha insistido, por su parte, en la importancia de hablar de la muerte, que a veces parece que queremos dejar "aparcada" y le ha preguntado si varía la manera de afrontarla según la edad. "La mayoría de los casos que vemos tienen el ciclo vital cumplido, pero puedes tener 103 años y no querer morirte porque no te va bien -ha respondido-. La biología está preparada para vivir, pero hay gente joven que, igual por sabia, tiene una aceptación y una paz, que piensas: qué regalo le está haciendo a sus padres y a su novia. Como el caso de Juan, que nombramos mucho y del que haremos un documental. Hay gente sabia a todas las edades".

Olivera ha observado que hay científicos investigando la inmortalidad, pero Moraleda  cree que sería "una locura" y que la ciencia "tiene un límite".

"Ser inmortal igual no es tan bueno, quizá sin la muerte no tendría sentido nuestra capacidad de disfrutar -ha reflexionado el psiquiatra-. Disfrutamos de ella porque sabemos que tiene un límite".

Han dialogado también sobre la espiritualidad, sobre la búsqueda de la plenitud, de la conexión con los trascendente, que puede ser perfectamente independiente de la religión. Moraleda sí que ha observado que las personas que tienen una fe profunda, en el momento final muestran paz.

Llenazo en el Teatro Olimpia. Foto Myriam Martínez
Llenazo en el Teatro Olimpia. Foto Myriam Martínez

Y han vuelto a insistir sobre la importancia de no esquivar este tema, de hablar de este proceso y normalizarlo, porque "reflexionar sobre la muerte hace que se viva mejor y con más gratitud" y los que acompañan "son una lección continua de vida, no de muerte".

En el último tramo de la charla, Olivera y Moraleda han abordado la Ley de Eutanasia, que únicamente se puede aplicar por decisión de la persona afectada y ante un caso de enfermedad terminal o de una dolencia incapacitante grave. Moraleda ha opinado que Atención Primaria es un buen espacio para explicar a los mayores que son las voluntades anticipadas, porque para que una persona decida con autonomía debe estar bien informada.

Por otro lado, ha dejado claro que hay acciones, como poner una sedación o dejar de poner una sonda nada tienen que ver con la eutanasia. "Las mal llamadas eutanasias pasivas son, en realidad, una adecuación del esfuerzo a las necesidades del paciente, tomando las decisiones que nos parecen más adecuadas. Cuando apagamos un respirador, quitamos una medida artificial y el paciente muere por su proceso de enfermedad que le ha llevado a esa situación".

Javier Olivera ha precisado que tampoco tiene nada que ver con el suicidio asistido, legalizado en Suiza, un tema muy complejo y distinto que viene derivado de una enfermedad mental. 

Para terminar, han explicado que un grupo de personas "de corazón guapo" de la Asociación Contra el Cáncer, Cruz Blanca y Cruz Roja ha comenzado a trabajar en el proyecto Comunidades Compasivas de cuidados y prevención del duelo, que pretende implicar a empresas, universidades, institutos y a la ciudadanía en general para crear una red de recursos para asistir a los más frágiles. "Huesca es ideal para ser una ciudad compasiva"

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