El Profesor de Investigación Luis Martín Moreno, una de las figuras más destacadas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha expuesto la fascinante trayectoria de la mecánica cuántica, desde sus orígenes teóricos hasta sus complejas aplicaciones actuales, durante una iluminadora charla en la Fundación Ibercaja.
Tras la bienvenida de la subdirectora del centro, Alexia Serrano, la científica María José Martínez Pérez, reciente Premio Nacional de Investigación para Jóvenes ha presentado al ponente, del que ha destacado su alto nivel profesional y éste, a su vez, se ha referido al galardón obtenido por la oscense y ha dicho de ella que es "una investigadora independiente y consolidada. Además, ha citado a Fernando Luis, con el que forma el "Dream Teams" que tienen en el instituto.
El vicedirector del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INA) y experto en nanofotónica ha articulado cómo esta revolución científica ha modificado profundamente nuestra concepción del cosmos y ha sentado las bases de la tecnología contemporánea, desde los semiconductores hasta la emergente computación cuántica.

La génesis de la física moderna se halla en una cuestión aparentemente elemental: "¿Por qué una bombilla emite luz?". Según expone Martín Moreno, esta simple interrogante llevó a Max Planck a formular una hipótesis que, en su tiempo, "parecía completamente absurda", marcando el inicio formal de la cuántica.
Los científicos del siglo pasado descubrieron que la energía no es continua, como postulaba la física clásica, sino que se propaga en "paquetitos" discretos, los cuales fueron denominados "cuantos".
Este concepto fue esencial para entender fenómenos inexplicables hasta entonces, como el comportamiento ondulatorio y corpuscular de la luz, cuyo "cuanto" se conoce como fotón.
Aunque las primeras "grietas" en la teoría física completa surgieron desde 1900, el punto de inflexión decisivo se produjo en 1925, cuando estas ideas "cuajó en dos teorías que unificaban todas las anteriores" y ofrecieron un "poder predictivo" sin precedentes.
EL IMPACTO CUÁNTICO
La mecánica cuántica, con sus paradojas desconcertantes -como la posibilidad de que un gato esté "vivo y muerto al mismo tiempo"-, constituye hoy el cimiento de numerosas tecnologías cotidianas.
El investigador ha subrayado que el estudio cuántico transformó el silicio de un material inestable en "el material que mejor entendemos de todos los que hay a nuestra disposición", y constituye la base de los semiconductores y de los ordenadores modernos.

La precisión con la que la cuántica permite predecir sus propiedades "es espectacular", asegura. De igual modo, los LEDs se construyen mediante diseños cuánticos precisos de estructuras multicapa (capas de nanómetros) que funcionan como un "átomo, pero mucho más grande", lo que permite predecir su color de emisión.
Actualmente, se están explotando propiedades más "misteriosas" de esta física para crear tecnologías cuánticas destinadas a desarrollar "sensores más precisos y para hacer ordenadores cuánticos".
LOS TRES GRANDES MISTERIOS
A pesar de estos avances, Martín Moreno exhortado a la modestia científica, señalando que el conocimiento sigue siendo incompleto y recordando la misma sensación de plenitud que existía a finales del siglo XIX.

Existen grandes incógnitas que demuestran las limitaciones actuales: la incompatibilidad teórica entre la mecánica cuántica y la teoría de la gravitación; el enigma de la materia y energía oscura, que componen el 95 % del universo y de las cuales se desconoce su naturaleza; y la complejidad de la vida, pues la ciencia aún no logra predecir cómo interactúan sistemas complejos como un virus o el cerebro.
El académico de la Real Academia de Ciencias de Zaragoza ha descrito el presente con una perspectiva positiva: "Vivimos un momento apasionante desde el punto de vista científico, porque hay una verdadera explosión" en áreas clave como nuevos materiales, inteligencia artificial y nanobiotecnología.
Finalmente, el investigador ha enfatizado que el conocimiento, crucial para mejorar la calidad de vida, "es caro", requiere equipamiento sofisticado y una formación constante que se logra de manera óptima en "centros donde se hace buena ciencia".
Aragón, donde Luis Martín Moreno fue reconocido en 2014 como uno de los investigadores más citados del mundo, posee un nivel cultural y educativo "potente", lo que el profesor considera una de las "grandes ventajas que podemos tener" como región y como país.