El casco histórico de Huesca ha retrocedido varios siglos este fin de semana para sumergirse en la atmósfera del Renacimiento. Hasta este domingo, calles y plazas del centro se han llenado de color, música y mucho ambiente con motivo del Mercado Renacentista organizado por el Ayuntamiento, una cita que ha reunido a unos setenta puestos de artesanía, alimentación y gastronomía, y que ha cerrado sus puertas con un rotundo éxito de público y ventas.
Durante tres días, miles de oscenses y visitantes se han dejado seducir por la propuesta de orfebrería, cerámica, textiles, juguetes de madera, productos aromáticos, panes, dulces, quesos o embutidos artesanos, entre otros muchos. La plaza Luis López Allué, corazón de la feria, ha sido el epicentro del mercado, que se ha extendido por la plaza de San Pedro y la calle Moya.
A la oferta artesanal se han sumado espectáculos itinerantes, teatro de calle, música, bufones, nobles venecianos, elfos y tragafuegos, que han tenido buena acogida. También se han programado talleres de oficios tradicionales, juegos infantiles, atracciones ecológicas y actividades participativas que han convertido el fin de semana en una auténtica fiesta popular.
Los artesanos, llegados desde distintos puntos de España, coincidían al cierre en destacar la excelente acogida del público oscense. “Huesca ha participado en masa, ha venido todo el mundo y se lo han pasado pipa. Nosotros también hemos agotado las cosas de la mesa. Se nota que la gente valora la artesanía, la creatividad y el arte”, ha señalado Pilar, artesana cordobesa, que aplaudía el ambiente y la organización. “Entre todos lo hemos conseguido, porque vosotros habéis venido. Nosotros hemos traído lo mejor que teníamos, así que todos contentos y volveremos”, ha asegurado.
John, procedente de Vélez-Málaga, compartía la misma impresión.“El mercado ha estado muy bien. Ayer hubo buenas ventas y hoy también estaba movido de gente. Me han sorprendido los espectáculos que han acompañado la feria”. Desde Lérida, Marisa destacaba el entusiasmo del público: “Nos ha sorprendido Huesca por la cantidad de gente y la colaboración. Es cierto que los pasillos eran un poco estrechos, pero nos vamos súper contentas. Ha sido un no parar”.
También Verónica, de Madrid, que participa desde hace poco en este tipo de ferias, mostraba su satisfacción. “Me ha encantado el ambiente y la cantidad de gente. Volveré, repetiré. Además, los compañeros han sido muy generosos y eso se agradece mucho”, ha apuntado.
El apicultor Antonio, llegado desde Zamora, vivió un regreso especial porque estuvo en Huesca hace 41 años. "Me ha sorprendido la buena aceptación de nuestro producto. La ciudad está bonita y la gente me ha tratado fenomenal. Lo peor, que no sabía dónde aparcar la furgoneta”, ha apuntado. Antonio, que participa en la organización, se ha mostrado muy satisfecho del resultado. "Me gusta dónde está, el ambiente que hemos conseguido y la buena aceptación de los vecinos de Huesca".