El obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez Pueyo, ha presidido una solemne eucaristía con llamamiento a la unidad en Torreciudad, dentro de la conmemoración del 50 aniversario de la inauguración del complejo, acompañado por Ángel Noguero, vicario general de la Diócesis, Silvia Peropadre, delegada de celebración y liturgia, y Jesús Gracia, responsable del equipo de obras en la comisión de economía.
Los tres representantes de la Diócesis han saludado a los miembros del equipo sacerdotal del Santuario, donde se ha añadido tono festivo a "la presencia fecunda de la Prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei en nuestra diócesis".
Dirigiéndose a los fieles, el obispo ha destacado que Torreciudad es mucho más que un conjunto arquitectónico; es "un lugar donde la gracia de Dios se derrama incesantemente". En este sentido, añadía que, en estos tiempos de divisiones, «el espíritu de unidad, de humildad y de amor a la Iglesia que san Josemaría vivió y predicó es un testimonio luminoso».
Don Ángel ha rememorado la historia del santuario, recordando cómo «San Josemaría, profundamente unido a esta tierra desde su infancia, recibió de la Virgen de Torreciudad —en la antigua ermita medieval— un auxilio especial cuando su vida pendía de un hilo siendo un niño».
Cuando se cumplen 50 años de la construcción, don Ángel ha recordado que “No sólo la belleza arquitectónica del templo, con sus muros de ladrillo rojo integrados en el paisaje del Alto Aragón, sino sobre todo la vida espiritual que desde aquí ha brotado, nos invita a alabar al Señor por sus maravillas”.
Dirigiéndose a los miembros del Opus Dei presentes, el Obispo de Barbastro-Monzón ha enfatizado que “vosotros, con vuestra entrega discreta y constante, habéis sido cauce de bendición para muchos, prolongando el carisma de vuestro Fundador y donde estamos impulsando una colaboración más estrecha con nuestra Iglesia diocesana, siempre en comunión con el obispo y con la Iglesia universal”.
En una celebración donde estaba prevista la asistencia del Moderador del Opus Dei Mons. Fernando Ocáriz, que finalmente decidió suspenderla, el Obispo de Barbastro-Monzón ha resaltado que “hoy queremos renovar juntos el compromiso de seguir caminando en unidad, en comunión, valorando lo que nos une, sin miedos ni recelos, porque en la Iglesia todos somos necesarios, y porque la Virgen de Torreciudad nos tiende su mano maternal para seguir haciendo de este lugar un hogar espiritual abierto a todos”.
En un gesto de agradecimiento, unidad y comunión, don Ángel ha ofrecido su solideo y el rosario que le regaló el Papa León XIV en su última audiencia para ponerlos a los pies de la virgen como verdadero sacramental del 50 aniversario del nuevo templo de Torreciudad.