Segovia-Huesca, semblanzas compartidas con la atmósfera de la Semana Santa

La delegación castellana disfruta de un fin de semana intenso en el que se han cruzado experiencias, religiosidad, turismo y gastronomía

05 de Marzo de 2023
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Emociones a la Carta en la cena de las cofradías para agasajar a la Semana Santa de Segovia

Cuando Toño Julve, vecino del cronista, preguntaba insistentemente a la delegación de Segovia qué tal les habían tratado en Huesca, la contestación insistente y altisonante era también unívoca: "Fenomenal". Era la noche del sábado y las Semblanzas de la Semana Santa que esta vez traía la experiencia mística y terrenal de la ciudad del Acueducto ya habían cruzado sus direcciones. El viernes, la homilía en la Iglesia de Santo Domingo oficiada por el obispo de Huesca y Jaca, don Julián Ruiz Martorell, junto al párroco, Fernando Altemir, culminada con la música de la Coral titular del templo y del grupo Burtinae. A los once segovianos presentes, les fascinó la iglesia que acoge a la Archicofradía de la Vera Cruz.

El sábado, la ciudad de Huesca se abrió a los visitantes. La muralla, los claustros de San Pedro el Viejo, la Catedral, el Museo de Huesca, el cuadro de la Campana explicado por el alcalde y Ultramarinos La Confianza con esos dos anfitriones de seda que son María Jesús Sanvicente y Víctor Villacampa. En medio, siempre la espléndida gastronomía oscense.

La tarde sabatina es la nuclear. El joven cronista segoviano Víctor Martín, en el Salón del Tanto Monta de la Catedral, aplica oratoriamente la sobriedad característica de la ciudad castellana al exponer ese magnífico engranaje de la Junta de Cofradías y Feligresías de la Semana Santa de Segovia. Y todas las cofradías, con sus peculiaridades y su atribución a un barrio, a un templo concreto.

Y de la historia general que viene repitiéndose cinco siglos desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, desgrana cada una de las agrupaciones. La Cofradía de la Oración en el Huerto, del Barrio de San Lorenzo. La de la Flagelación del Señor Nueva Segovia. La de la Asociación de Exalumnos Maristas que portan al Señor Jesús Con la Cruz a Cuestas y María Santísima de las Angustias, a la sazón la del conferenciante. Y la de la Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz, más conocida como el Cristo del Mercado por el barrio. La del Santo Cristo de San Marcos, con otro cruficicado. La de la Soledad al pie de la Cruz y el Santo Cristo en su última palabra, o de Cofradía de San Millán, también por la zona. Y la de Nuestra Señora de la Piedad y sus tres pasos: Nuestra Señora de la Piedad, Magdalena al pie de la Cruz y el Calvario. Y esa joya de la corona que es la Real Cofradía de la Venerable y Santa Esclavitud del Cristo de los Gascones, la figura más antigua, siglos XI-XIII. Y la de la Feligresía de San Andrés camino del Sepulcro con la imagen del Cristo Yacente de Gregorio Fernández. Y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad Dolorosa, cofradía del Reconocimiento, renombrada Cofradía de Santa Eulalia por el barrio y el templo.

La Semana Santa segoviana, que congrega entre 2.500 y 3.000 cofrades cada Viernes Santo en la Procesión de los Pasos, marca un hito en su recorrido con el Acueducto de Segovia, mil ochocientos años que contemplan los arcos que acogen conjuntos esculturales de autores como Gregorio Fernández, Juan de Juni, Aniceto Marinas, José Quixal, José Rius, Sebastián Sanabra y otros exponentes de la escuela castellana de los siglos XVI y XVII, todos ellos más modernos que el Cristo de los Gascones, presumiblemente la imagen más antigua que procesiona en España.

La Semblanza de la Semana Santa de Segovia convirtió a las cofradías de Huesca en anfitrionas representadas en la cena del Hotel Abba, donde los regalos permitieron cambiar de manos grandes iconos de ambas ciudades y ambas culturas, para terminar con Emociones a la Carta, el Sha feito de nuey y El Peregrino de Toño Julve y Juanjo Almarza. Emociones a la Carta en sentido estricto.

Trasnochar no es obstáculo para la voluntad. Este domingo, el fresco ha acompañado al grupo en el Castillo de Loarre, y se ha templado la mañana en la Colegiata de Bolea, con homilía y foto de familia. Y, al final, Casa Rufino, el abrazo y el hasta el año próximo en el que Huesca tendrá mucho que contar en Segovia. Semana Santa de ida y vuelta, de paso a paso, de religiosidad, creencia y fe. De compromiso entre hermanos, vivan donde vivan. Desde este fin de semana, un Acueducto imaginario une Segovia y Huesca, y seguro que las conducciones llevan agua bendecida por la amistad.

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