En el marco del Día de las Personas sin Hogar, que se celebra el 26 de octubre, Cáritas Huesca ha presentado su campaña “Sin hogar, pero con sueños”, un lema que pone voz a las miles de personas que viven sin techo o en condiciones precarias. La entidad ha acompañado en 2025 a cerca de un millar de personas en exclusión residencial y ha destinado más de 95.000 euros a ayudas directas, en un contexto en el que los precios del alquiler en Huesca han subido más de un 12 % en el último año.
Para dar visibilidad a la campaña, se ha celebrado una concentración este jueves en la plaza de Navarra, en la que han participado un centenar de personas, entre voluntariado, técnicos y miembros de Cáritas Huesca. Durante el acto, se han leído los sueños y reivindicaciones de las personas sin hogar, representados en carteles elaborados por los propios asistentes.
“Sueño con un sueldo que me permita vivir”, “sueño con un sistema que no me dé la espalda ni al cumplir los 18 ni cuando ya peino canas”, “sueño con dejar de temer perder a mis hijas e hijos por no contar con un techo que los cobije”, “sueño con que mi cita en extranjería llegue para poder vivir y trabajar con dignidad”, “sueño que mi discapacidad no sea una barrera para aportar”, “sueño que al denunciar la violencia sufrida, encuentre apoyo y no soledad” y “sueño que mi diagnóstico en salud mental no me excluya sino que sea comprendido”, han sido algunos de los mensajes leídos. A ellos se han sumado los sueños que han escrito los asistentes.
“Las personas sin hogar son aquellas que no tienen una casa o un lugar propio donde vivir, pero también quienes habitan en condiciones de precariedad o inseguridad, con el temor constante de perder su vivienda. Sin embargo, todas ellas tienen una vida y una historia, unos sueños que se ven truncados por la falta de acceso a un derecho fundamental”, explica Cáritas.
En el ámbito local, Cáritas Diocesana de Huesca ha acompañado en 2025 a cerca de 1.000 personas en exclusión residencial, destinando más de 95.000 euros a ayudas directas para hacer frente a los problemas de vivienda. De esta cantidad, el 85 % se ha dedicado a ayudas al alquiler o realquiler, en un momento especialmente difícil para acceder a una vivienda. En la ciudad de Huesca, el precio del alquiler ha aumentado más de un 12% en el último año, mientras que las exigencias para convertirse en inquilino son cada vez mayores.
Los testimonios recogidos por Cáritas reflejan la dureza de la vida sin un techo, pero también “la esperanza que los mantiene en pie”. “Hay noches en que me duermo imaginando que vuelvo a tener una mesa para invitar a mis nietos a merendar. No sé si pasará, pero ese sueño me mantiene viva”, cuenta Teresa, de 59 años.
“Me encantaría trabajar cuidando personas mayores. Lo hice muchos años. Ahora acudo a un centro de día, pero sigo soñando con volver a cuidar a alguien y tener así un hogar. Que alguien confíe en mí”, apunta Clara, de 38.
Por su parte, Rubén, de 44 años, afirma: “No pido una mansión. Solo quiero una cama que no se moje cuando llueve. Sueño con volver a tener una llave en el bolsillo, aunque sea de una habitación compartida. Eso me haría sentir persona otra vez”.
CÁRITAS HUESCA ANTE EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA
Cáritas Diocesana de Huesca desarrolla su acción en materia de vivienda a través de dos líneas de trabajo. Por un lado, la red parroquial de Cáritas atiende a personas y familias en riesgo de exclusión que sufren problemas vinculados a la vivienda. En 2025, 235 hogares han recibido apoyo por valor de más de 95.000 euros, destinados al mantenimiento del hogar, pago de suministros o adquisición de equipamiento básico.
Por otro, el Centro de Día Fogaril ofrece un espacio de acogida y acompañamiento para personas en situación de calle o alojadas en el Albergue Municipal. Este año ha atendido ya a 467 personas, ofreciendo apoyo integral mediante ayudas para viajes, ropa, medicamentos o gestiones administrativas, pero sobre todo actuando como un espacio de escucha y dignidad donde la persona es el centro de la atención.
UN DERECHO CADA VEZ MÁS INACCESIBLE
El acompañamiento de Cáritas a las personas que sufren exclusión residencial se enfrenta a una barrera infranqueable: el mercado de la vivienda, que expulsa a las personas más vulnerables por el desmedido aumento de los precios.
En los últimos años, la organización ha constatado no solo el incremento del coste del alquiler, que ha desbordado su capacidad presupuestaria para responder a estas situaciones, sino también el crecimiento del hacinamiento y el realquiler de habitaciones, con casos extremos como el de una familia de tres miembros pagando 580 euros al mes por una sola habitación.
La falta de vivienda se ha convertido en el principal factor de exclusión social en España, por delante incluso de la falta de empleo. Ante esta realidad, Cáritas reclama una respuesta pública que frene los precios y garantice alternativas habitacionales, para que todas las personas puedan tener una oportunidad real de reconstruir su vida.