"A ella le brillaban los ojos de alegría. Los instó a tomar asiento en el suelo. Y, en cuclillas delante de los dos, fue sacando de las bolsas, como de un cuerno de la abundancia, diversos alimentos, y espuma de afeitar, y dos botellas de vino de Cariñena, y cuatro rollos de papel higiénico, y una cesta de cuatrocientos gramos de frutas de Aragón, y media trenza de Almudévar, y un frasco de colonia para después del afeitado".
Es la página 272 de la novela Hijos de la fábula de Fernando Aramburu, a quien eternamente se le recordará por Patria, pero cuya producción narrativa sigue siendo tan inensa como su apego a la tierra aragonesa. Otro relato en torno a ETA, a dos jóvenes que huyen a Francia para enrolarse justo cuando la banda ha decidido cesar sus asesinatos, secuestros y extorsiones. Un hilo expresado con un estilo cáustico, rápido, con frases cortas en una nueva peripecia con el lenguaje del donostiarra residente en Alemania.
Es obvio que la trenza de Almudévar tiene nombradía nacional e internacional. No en vano, ha visitado platós televisivos, locutorios de radio de las más grandes estrellas y presentaciones rutilantes. Pero, con la nueva novela de Fernando Aramburu queda para la eternidad, con letras de oro dulces, y con la firma para la familia del ejemplar en el Paraninfo de Zaragoza. ¡Aramburu sí que sabe!