"Yo juro defender toda la vida y más allá la reputación y la gloria del gran Crocus Sativus que planta sus raíces en tierra de Estaña bajo los buenos auspicios de madre naturaleza, que esta especia mágica trascienda a nuestros alimentos, que ensalce nuestra comida, que perfume nuestras vidas por toda la eternidad el gran Crocus yo celebraré. Es mi promesa. Que la amargura de los filamentos permanezca en mí, y que el gran Crocus me muerda si yo falto a mi juramento".
Todavía resonaban los ecos del capítulo de la Hermandad de la Cofradía del Azafrán la tarde anterior en el bello pueblo ribagorzano de Estaña, en la Iglesia de San Román donde se escucharon compromisos, promesas y palabras llenas de lírica. La velada había sido entrañable, con esa combinación de coquinaria francesa y española que había consagrado desde las cocinas los valores del trabajo que caracterizan una agrupación de personas que pregona y practica la ética, la tolerancia y el respeto desde el arraigo en la tierra.
Los cofrades, entre seducidos y excitados por unas flores tan hermosas en la contemplación como delicadas son en su metamorfosis para el placer gastronómico, han madrugado porque la Plaza Mayor de la minúscula y coqueta localidad encuadrada en el municipio de Benabarre esperaba para inaugurar las VII Jornadas Los amigos del Azafrán d'Estaña. Antes, varios de ellos han visitado la zona en la que crecen las flores que dan origen al codiciado ingrediente, e inlcuso Ismael Ferrer ha sido capaz de captar las imágenes de una abeja en plena acción.
Ya se habían congregado cofrades y visitantes que escuchaban las palabras de verdad de Daniel Grau y de la alcaldesa, a la sazón miembro de la Hermandad, Yolanda Castelló, que ensalzaba el valor de Daniel y Beatrice, que ha impregnado de vida Estaña a la vez que han recuperado un cultivo tan apreciado como antiguo en el precioso pueblo ribagorzano.

Poco después, Ismael Ferrer, director técnico del Centro de Innovación Gastronómica de Aragón, pronunciaba en la iglesia la conferencia Patrimonio alimentario aragonés, en la que ha llenado de razones la creencia en la defensa de los productos y de los productores autóctonos porque en ellos se encuentra la verdad y los conceptos de una nutrición social, saludable y sostenible. Ferrer, cofrade igualmente desde sus orígenes, ha compartido su concepción holística de la alimentación que no se limita al lucimiento coquinario, sino que trasciende para conectar con las raíces. Una manera de perpetuar y proyectar nuestra tierra.
Una demostración de cocina con los chefs aclamados por la Guía Michelin Claude Calas y Daniel González ha continuado la evolución de las jornadas, que rebosaban de personas que han disfrutado no sólo de la compra, sino también de la degustación de productos artesanos. Setas, buenos aceites, quesos repostería y, naturalmente, azafrán, el rey de la casa.
El colofón, desde las 13 horas, ha sido la comida popular que en esta ocasión ha servido Judías con oreja y chorizo al azafrán de Estaña. Todo un gusto para rematar una nueva gran jornada en torno al delicado ingrediente.