Más de dos mil personas se han levantado pronto, se han acicalado, se han puesto con delicadeza sus trajes tradicionales, han respirado hondo y han salido a las calles con la convicción y el orgullo de la Fiesta de Interés Turístico Nacional. No en vano, hoy, Día de San Jorge, Fraga es Aragón y Fraga es España. Aragón por la festividad, España porque el reconocimiento a las "dones de faldetes" es simplemente el tributo a quienes nos engendraron, a quienes nos educaron, a quienes avanzaron cada día un paso sin perder las raíces, sabiendo que en sus atuendos radicaba su forma de vida.
El desfile principal ha sido un espectáculo gozoso que han admirado miles de visitantes y que ha reforzado la seña de identidad de los fragatinos. Todavía resonaban los sones de la Ronda de Jotas a casa de los novios del viernes, y la armonía de la Rondalla de la Peña Fragatina. Aún rezumaba Fraga la alegría por los premios Matrícula de Honor y la entrega de las Medallas de la Ciudad a la Banda Municipal. Todavía saltan algunas lágrimas por Carmen Costa, a la que póstumamente se le ha entregado la medalla de oro y es que todos, de Fraga y de toda la provincia, la recordamos vestida de fragatina en su última imagen, en la que era una explosión de fuerza, de ánimo y de optimismo, ajena a que el mal le acechaba. La figura de la alcaldesa eterna ha estado por todos los rincones, con su aliento y su ejemplo.
Hoy es hoy y los aplausos a todos los merecedores de las medallas han impregnado esta celebración, que ha mirado hacia el futuro. La Fiesta de Interés Turístico Nacional ha remembrado a las dones de faldetes y se ha comprometido para hacer una comunidad grande e identitaria. Ahí estaba el alcalde, Santiago Burgos, ataviado con traje tradicional. Ahí las visitas guiadas toda la mañana y que se prolongan hasta este lunes para conocer la historia del Día de la Faldeta.
El Casco Histórico ha sido lugar de solaz y gran presencia, con espacios emblemáticos como el Segoñé, la plaza de San Pedro o la pista. Pero probablemente lo más hermoso haya venido de las escenas costumbristas, de las jotas, de la vida en común comprometida. Y celebrarlo con su buena gastronomía y sus cocs. Y su amabilidad. Hoy, Fraga está guapísima y auténtica.