Los agricultores toman agua embalsada de las fugas de San Julián de Banzo para sus campos

Una medición calcula en 250.000 los litros que se pierden cada día en la acequia conformada con el descontrol de la "mejor agua de Huesca"

03 de Mayo de 2023
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Agua embalsada a la que acuden los agricultores tras su fuga de San Julián de Banzo. Foto José Antonio Gracia
Agua embalsada a la que acuden los agricultores tras su fuga de San Julián de Banzo. Foto José Antonio Gracia

Agricultores de la zona de Barluenga sacian la sed de sus campos con el agua embalsada proveniente de las fugas del manantial de San Julián de Banzo, que una medición del zahorí José Antonio Gracia ha cifrado esta mañana de miércoles, 3 de mayo, en torno a los 250.000 litros, y justamente en medio de una sequía que ha motivado que el alcalde de Huesca, Luis Felipe, demandara un uso racional para evitar mayores restricciones.

Los problemas de escasez de agua chocan con esta circunstancia en las cercanías de Barluenga, que ya denunció EL DIARIO DE HUESCA el 24 de octubre de 2022. Y es que desde hace años choca la sangría de litros con las cada vez más recurrentes épocas de sequía en la capital altoaragonesa y su entorno. Sin ir más lejos, el 6 de diciembre este mismo medio apuntaba que las pérdidas de agua de San Julián de Banzo se multiplicaban cuando Vadiello estaba al 11,22 %.

Este 3 de mayo de 2023, que debiera ser florida primavera, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) del Ebro significa que apenas queda el 28,61 % de los 4,437 hectómetros cúbicos del volumen de Vadiello, y la tendencia prevista es a la baja. En los tiempos en los que el agua es más precisa para garantizar el crecimiento vegetativo de los cultivos, las dificultades se agolpan.

El exceso de vegetación dificulta las mediciones
El exceso de vegetación dificulta las mediciones. Foto José Antonio Gracia

Así las cosas, los pueblos del entorno de Barluenga buscan soluciones y los agricultores intentan aprovechar todos los recursos hídricos a su alcance. Tal es así que es común la escena de los tractores que asisten con cubas a las balsas en las que termina la acequia, donde hacen acopio de líquido para regar sus almendros y resto de cultivos de alimentos. Para evitar su agostamiento y la pérdida nutricia, en definitiva.

Agricultores de estas localidades reclaman un mayor rigor hídrico y acometer las obras y las reparaciones precisas para solventar el mal estado de las tuberías, los sifones y las arquetas de las que se escapan miles y miles de litros que bien podrían suministrar con un agua de una excelente calidad a todos los pueblos de la redolada.

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