Odisea y final feliz por un minuto con todos ya fuera de Ucrania: Diario del cura de Torla

Nadiia, Vika y Slavik se suman a los ocho de la expedición para vivir en España después de un último día en Ucrania de infarto

Jesús Escalona
Sacerdote
26 de Noviembre de 2022
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El Grupo Pirineo-Ucrania ya está en Rumanía. Vuelta a casa con la misión cumplida

“KILÓMETROS DE ESPERANZA”

Es viernes, 25 de noviembre. 600 kilómetros nos separan de Bucarest. Mañana tenemos previsto el vuelo hasta Zaragoza. Hemos quedado a las 17 horas con Natalia (la taxista que nos llevará a Dumbrâveni). En adelante, a nuestra taxista le llamaré Natacha, para no confundirla con nuestra traductora.

MIÉRCOLES Y JUEVES, 23 Y 24 DE NOVIEMBRE

Quería contaros la experiencia de estos dos días, pero quiero dejarlas para el artículo final. No todo han sido tristezas, también hemos reído, disfrutado, cantado, reído, hemos hecho amigos...

"ESPERANZA"

15:36 horas del día viernes 25 de noviembre. Empiezan a llegar mensajes al grupo interno de WhatsApp. "Nos quedamos sin datos, vamos al centro benéfico". Se trata de un mensaje que escribió Pepe y que nunca llegó.

El equipo que está en Dumbrâveni (Valentín, Pepe, Luis y Miguel, nuestro amigo rumano) ha entrado esta mañana a Ucrania para entregar, conjuntamente con el alcalde de Dumbrâveni y su equipo, ayuda humanitaria. Junto a la ayuda humanitaria que lleva el alcalde de Dumbrâveni van las últimas cajas nuestras. Todo junto: garbanzos, lentejas, judías, equipos electrónicos, ropa, etcétera.

A las 10:19 horas Valentín nos informaba de su paso por la frontera: "...apagamos los datos". El móvil de Pepe se quedó sin datos, el mensaje que escribió nunca llegó.

15:36 horas. Los mensajes que se quedaron sin enviar empiezan a bombardear los móviles. Señal de que el equipo de Dumbrâveni ya está en territorio europeo nuevamente.

Solo faltamos nosotros (Javi, el cabo, Natalia, Javi, el taxista, Just, Jesús y Slavik, un chico ucraniano-español que contactó con Javi para viajar de regreso con nosotros a España. Actualmente vive en Barbastro con sus padres adoptivos). No regresaremos hasta que Nadiia y su nieta, ambas ucraniadas, estén con nosotros. Ellas son parte de nuestra misión. Queremos ser sus compañeros de viaje hasta Zaragoza.

17:00 HORAS.

Dios sabe lo que hace. Os tengo que confesar que me enfadé un poco. Soy consciente de la responsabilidad que esto conlleva, el estrés, las presiones internas y externas... todo se junta. Nos hace falta un poco de fe. ¿Por qué siempre nos empeñamos en forzar las cosas? ¿Por qué siempre nos preocupamos tanto de nuestros planes? ¿Por qué nos enfadamos cuando las cosas no salen como queremos? Dios está haciendo su obra. Las cosas vienen como vienen... No te enfades… si te pasaste una calle, no te enfades; si no llegas a tiempo, tranquilo… todo tiene un porqué y un pará qué… a lo mejor, Dios te está previniendo de un accidente o de cualquier otro infortunio… Dios es un malabarista profesional, estamos en sus manos, dejemos que Él juegue un poco con nosotros, ya veréis como al final las cosas se van ordenando a su manera.


 
16:00 h., Slavik, nuestro nuevo compañero de camino, logra contactar con Nadiia. Nadia y su nieta llevan 24 horas de viaje. Han salido desde Kiev, pero por razones que desconocemos, han sido obligadas a hacer un trasbordo inesperado, retrasando el viaje cinco horas. No han llegado en el tren que esperábamos.

- Hay que avisar a José y a Ana. –Le decimos al cabo-.

José y Ana son un matrimonio de Zuera, que durante varios años han acogido a Vika, la nieta de Nadiia, en su casa, pero desde que empezó la guerra les ha sido imposible volverse a reencontrar. José y Ana conocieron al cabo en Broto hace algunos meses, ambos le plantearon al cabo el deseo de que, en el viaje de regreso, tanto Vika como su abuela fueran acompañadas por nosotros… y desde entonces han estado en contacto con Javi.

- Hay que esperar hasta el último momento. Ya les llamaremos. Responde el cabo.

El cabo parece estar muy seguro. Los demás nos desesperamos... 16:54 h., Natalia nos avisa de que Natacha no llegará a la hora pautada. Slavik vuelve a llamar a Nadiia, pero le comunican que no llegarán hasta las 21:50 H.
 
“TEMOR”

Tenemos que salir de Ucrania como sea. Estamos ya a 58 kilómetros de la frontera… hay cola de coches. A las 23:00 horas hay toque de queda, no puede circular ningún coche después de esa hora, y menos nosotros. Todos intentamos tranquilizarnos, pero es imposible… aunque estemos muy cerca de la frontera las cosas no pueden salir como las tenemos previstas. 18:30 h., Natacha acaba de pasar la frontera, está de camino al hotel…

Volvemos a comunicarnos con Nadiia… pero aún está esperando el siguiente tren para traerla hasta nosotros. Las cosas se han complicado. Hay que avisar a José y Ana.

- Hola José, me llamo Jesús, soy el cura que está en Ucrania.

 - Buenas tardes Jesús.

- José, no sabemos qué hacer, tenemos que regresar a Rumania lo más pronto posible… pero me temo que Nadiia y Vika no pasarán con nosotros, están muy lejos de aquí, es imposible que lleguen a tiempo para pasar. 
 
José se pone más nervioso. Ellos también llevan un día de preocupación.

- ¿Qué podemos hacer?

- José no te se decir… Aquí estamos tratando de buscar una solución. Trata de contactar con Vika y cuéntale lo que está ocurriendo. Te llamo en 10 minutos.

No sabemos qué hacer… Irina, que está con nosotros acompañándonos hasta el final, está moviendo cielo y tierra con sus contactos… pero ningún amigo suyo quiere arriesgarse a esperarlas en la estación y llevarlas a la frontera.

19:12 h. Hemos decido marchar en cuanto llegue Natacha con su taxi. Si no lo hacemos así las cosas se nos van a complicar. Hay que avisar a los padres adoptivos de Vika.

- Hola José, soy Jesús de nuevo.

- Hola Jesús.

- Seguimos haciendo lo que podemos, el regreso se nos está complicado. Lo único que se nos ocurre es que ellas se queden en esta ciudad y viajen solas en un próximo vuelo.

José está afligido y desconcertado. Yo me siento mal. Después de todo lo que hemos vivido, esto se nos escapa de las manos. Le doy el móvil a Natalia, ella es la que está a mi lado. Con serenidad y segura de lo que ocurre, comunica a José que no podemos hacer nada, que seguiremos buscando posibles soluciones, aún faltan algunas horas, pero la realidad es esa. Natalia corta la llamada y me entrega el móvil.

- ¡Solucionado! Ya lo tenemos resuelto –dice Javi, el taxista-.

Mientras nosotros hablábamos con José, Slavik contactó con un amigo suyo, y éste a su vez habló con otro amigo que hacía viajes hasta Rumanía. Hablaron con esa persona y aceptó buscar a la abuela y la nieta en la estación y llevarlas hasta la frontera.

19:26 h., Natalia vuelve a comunicarse con José y le hace partícipe de lo que ya conocemos. Todos respiramos. Sólo queda esperar que las cosas salgan bien.

“NATACHA CITROEN”

20:00 h., Natacha no ha llegado. Todos estamos de los nervios. “¿Qué pasa con la taxista? Esta mujer no va a venir…” Los dos javieres están desesperados. Yo respiro profundo. Irina llama a Natacha… Natacha está de camino… hay que estar en la frontera antes de las 23:00 h. Javier –el taxista- y yo, cruzamos unas palabras… son los nervios del momento, es normal en una situación como esta.

20:25 h., Natacha llegó. Los nervios se apaciguaron. La mujer se bajó de la furgoneta y limó asperezas con su forma de ser. Todos contentos. Nos despedimos de Irina. Nos vamos Rumania.

Natacha desde el primer momento nos sorprendió a todos. “Esta es la típica mujer conductora de Ucrania”, dijo Natalia. ¿Qué quieres decir con eso? "Bueno, que se las sabe todas...". Natalia no estaba equivocada. Como si de una heroína se tratara, Natacha, al más puro ejemplo de “Sor Citroën”, abrió paso entre las calles y avenidas de la ciudad desembocando en la carretera que nos llevaría hasta la frontera. Los juicios y prejuicios quedaron en “tela de juicio” hasta el final.

Simpática, impulsiva y extrovertida. Natacha hizo lo que, por normas no estamos acostumbrados hacer… su objetivo era solucionarnos un problema. Los que queríamos dormir por el camino estuvimos con los ojos bien abiertos y la adrenalina a millón. Just, que no se encontraba muy bien de salud, aparcó los males por un momento; el cabo, que quiso hacer de copiloto para no marearse, casi vota las tripas al ir en primera fila. ¡Qué paradójico! Un guardia civil montado en una furgoneta que incumple todas las normas de tráfico. No puede hacer nada; además, tenemos que llegar a la frontera. Los nervios están a punto de desbordar, carcajadas van y vienen. Tenemos que reírnos.

21:50 h. Estamos muy cerca de la frontera. Vika y su abuela deben estar llegando. Nadiia significa “ESPERANZA”, comentan Natalia y Slavik. Cuando escuché esto, me quedé atónito.

22:00 h. Ya estamos en la cola para pasar la frontera y entrar en territorio rumano. Slavik vuelve a llamar a Nadiia. Ya están con el taxista, se dirigen hacia la frontera. Queda exactamente una hora. Para que las cosas sean más rápidas, le sugerimos a Nadiia que cuando llegue a frontera, baje del taxi y atraviese la frontera caminando, será más rápido. Le esperaremos del otro lado.

22:49 h., ya estamos en la Unión Europea. Ya sabemos que Nadiia y su nieta vienen caminando. Si nos atrasamos ocho minutos más, hubieran sido ellas las que nos hubiesen recibido en Rumanía.

22:59 h., Nadiia y Vika ya están con nosotros. Todos aplaudimos. Javier, el cabo, llamó a José y Ana, los padres putativos de Vika, todos escuchamos la conversación. Lágrimas de emoción, todos estamos conmovidos. Seguimos nuestro viaje con nuestra “Sor Citroën”, que en adelante se comportó como fiel cumplidora de la ley. Un poco cansada, pero llevó a término su cometido.

Son las 04:22 h., es sábado 26 de noviembre. Acabo de terminar este artículo. Dentro de poco tendremos que marchar a la estación. El tren sale a las 05:00 h. No quería irme sin contaros lo que hoy vivimos.

P.D. Miguel y Violeta nos llevarán hasta la estación del tren. Volvemos 11. 

Hasta la próxima.

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