He estado de vacaciones. Han consistido en visitar tres ciudades. Esto que en principio no tiene la menor importancia para EDDH, si que la tiene ya que una de las ciudades es Huesca.
El periplo comenzó en Bilbao, lluvioso y Gungengeiano, un poco tras los pasos de Richard Serra. Tengo que contarles que estoy, a la vez, leyendo Obra Maestra, de Juan Talión, basado en la perdida de una escultura gigante de R.S.
Otra ciudad visitada fue Zaragoza, no llovía y el viaje tuvo poca enjundia. La verdad.
Fui a Huesca por la tarde. Visité la exposición Las cajas de Amsterdam y escuché atentamente la charla distendida de Riki Blanco, Veintidós años fracasando (La compañía ilustrada). Tomé una cerveza con los mejores ilustradores del mundo y vi a Lles (uno de los que más entiende de música mundial del mundo). Cené en La Goyosa. De diez.
Y lo más importante de todo, descubrí que este EDDH en el que colaboro y me formo tiene una sede. Tangible. En el Coso. No subí. No fuera a ser que fuera solo un letrero.