La Escuela de Danza Elenco ha puesto el broche final al curso con una doble sesión en el Palacio de Congresos de Huesca, que se ha llenado por completo para acoger un espectáculo rebosante de emoción, talento y entrega. Más de doscientos alumnos, desde los tres años, han pasado por el escenario para mostrar todo lo aprendido durante el año.
El evento ha arrancado con una primera sesión dedicada a la danza clásica, la danza contemporánea, la kizomba y los bailes de salón, donde el público ha podido disfrutar de la técnica y el ritmo de los participantes. La emoción ha continuado con la novedad de la participación del grupo de baile de la Asociación contra el Cáncer de Huesca.
Ha sido una colaboración muy especial, ya que Vicente Galino ha estado trabajando a lo largo del año con alumnos y alumnas la Asociación contra el Cáncer, acercando la danza y la música a muchas personas. Su dedicación ha sido clave para hacer de este proyecto una experiencia enriquecedora y también transformadora. El profesor ha querido expresar su profundo agradecimiento a la asociación y, sobre todo, a sus alumnas y alumnos, a quines ha hecho llegar desde el escenario que "la danza no solo es movimiento, sino también una forma de compartir, aprender a conectar y, sobre todo, a celebrar la vida”.
Tras esta parte del espectáculo, el público ha sido invitado a recordar su infancia, cuando los cuentos abrían puertas mágicas a mundos desconocidos. Esta magia se ha revivido a través del cuento de las cuatro estaciones, una pieza que da vida al paso del tiempo, al cambio, a la renovación y a la belleza de cada etapa. Primavera, verano, otoño e invierno se han entrelazado para "narrar sin palabras lo que la danza puede expresar. Las alumnas han trabajado con gran dedicación e ilusión para provocar esa emoción en el público y recordar que, a veces, los cuentos también se bailan", ha trasladado la escuela.
En otra sesión también en el Palacio de Congresos, la danza urbana ha tomado el relevo. Más de 150 alumnos de entre 3 y 20 años han hecho vibrar el auditorio con sus coreografías llenas de energía y personalidad, en una segunda parte cargada de fuerza, ritmo y color.
Sandra Galino, representante de la Escuela Elenco, ha reconocido la emoción y los nervios previos al espectáculo, aunque el ensayo general ya anunciaba que el resultado estaría a la altura. “Estamos muy orgullosos del trabajo de los pequeños. Se trata de disfrutar, que es nuestro valor como escuela”, ha subrayado.
La expectación ha sido máxima, como demuestra que las entradas se agotaron apenas diez minutos después de salir a la venta. Galino ha destacado además la creciente pasión por la danza en la ciudad. “Hay una auténtica euforia por el baile en Huesca. Es una extraescolar que está pegando muy fuerte. Los niños y niñas no solo vienen una hora, sino dos o tres a la semana”. También ha querido poner en valor la fidelidad del alumnado, con “algunosque empezaron con tres años y que ahora se despiden con tristeza porque se marchan a la universidad”.
El cierre del curso ha dejado a todos “con el corazón lleno de magia, de música y de muchísimo ritmo”. Desde la escuela han agradecido el apoyo del público: “Gracias por acompañarnos, por aplaudir con tanto entusiasmo y por formar parte de esta celebración de arte y talento”. El broche final ha sido un aplauso de reconocimiento “a quienes también hacen posible que la danza siga inspirándonos: a nuestros profesores y profesoras, por su entrega, su talento y su amor por la enseñanza. También ellos son el alma de este escenario”.