El grupo de teatro universitario En Obras representó este miércoles “Retales y remiendos”, una obra de Arantxa Sanchís, dentro de la Muestra de Teatro y Danza Joven en el Campus de Huesca. Dirigido por Inma Cáceres, el reparto incluyó a Azucena Lozano, Adriana Bella, Beatriz Jiménez, Pedro Bosque, Irene Gil, Rubén López, Hugo Castán, Joan Manyá y José María Ponz.
La obra se estrenó el 6 de mayo en la Universidad, coincidiendo con el cierre del taller. Posteriormente, la función tuvo lugar en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna, dentro de la muestra de teatro universitario en Zaragoza. La puesta en escena en Huesca fue la tercera vez que el colectivo llevó la obra a escena, consolidando el trabajo realizado.
Inma Cáceres destaca la satisfacción del conjunto por poder participar en la muestra de teatro joven, especialmente porque era la primera vez que actuaban en ese contexto. No le consta que la Universidad hubiera formado parte antes de esta muestra, ya que el grupo finaliza sus actividades a principios de mayo, cuando los estudiantes inician los exámenes y se dispersan. En esta ocasión, todos pudieron integrarse y se mostraron encantados de formar parte de un evento que Cáceres considera "uno de los acontecimientos culturales más consolidados y valiosos de la ciudad".
También subraya que poder representar una obra en varias ocasiones resulta sumamente gratificante, pues en talleres de teatro normalmente solo se hace el estreno y alguna función adicional, pero pocas veces se tiene la oportunidad de repetir la misma obra.
La directora destaca que, entre una función y otra, el elenco ha ido ganando en responsabilidad, consciente de participar en un evento importante.
Reconoce que había cierto temor ante la posible baja asistencia, pero finalmente acudieron más de 150 personas. Frente a las dos ocasiones anteriores, esta tercera mostró claramente el recorrido realizado. “No es lo mismo que la primera vez, porque los estrenos siempre tienen una emoción muy especial, pero luego los espectáculos ganan en la medida que los vas haciendo”.
"Los actores y actrices ganan seguridad y el montaje gana ritmo con cada función", ha agregado.
Para ellos, esta era una plaza fundamental y, como consecuencia, “todo el mundo se creció como actor y como actriz”. Asimismo, más de la mitad del elenco no había hecho teatro antes y, para ella, "todos realizaron una representación estupenda".
Cáceres eligió el texto por varias razones. Primero, por ser coral, sin personajes protagonistas, lo que "permite que todo el grupo explore y trabaje con varios personajes", en una experiencia “muy rica para un trabajo actoral”.
En segundo lugar, le interesa profundamente la recuperación de la memoria histórica. Considera que el texto es "muy adecuado para la didáctica universitaria", dado que constituye “fragmentos de la historia de España escritos con mucha sensibilidad” y poseen “una gran capacidad evocadora”, como un puzzle didáctico y emotivo.
Además, resaltó que la obra “tiene un punto reivindicativo, porque al final busca recuperar la historia de los desaparecidos”. Para ella, era esencial que los actores trabajaran con un texto socialmente significativo en un entorno universitario.
UN COLECTIVO DIVERSO
Inma Cáceres destaca la amplia diversidad generacional y profesional del colectivo teatral universitario, que integra a personas desde los 55 años hasta jóvenes entre 18 y 26, abarcando profesorado, personal no docente, jubilados, estudiantes y antiguos alumnos. Esta heterogeneidad configura una auténtica comunidad universitaria plural y enriquecedora. Aunque todos los integrantes pertenecen a la Universidad, proceden de localidades tan variadas como Logroño, Zaragoza, Teruel o Sabiñánigo, lo que aporta una riqueza añadida a la experiencia artística colectiva.
La directora señala que, con el paso del tiempo, los grupos teatrales desarrollan una identidad propia sólida. En este caso, el conjunto ha cultivado “una energía compartida de gran entusiasmo” durante las representaciones. Define al grupo como “muy diverso” pero también “muy cohesionado”, unido por el propósito común del taller, y afirma sentirse “plenamente satisfecha” con el proceso y los resultados alcanzados.
Además, Cáceres indica que varios alumnos se suman motivados por la obtención de créditos académicos, pero, tras el estreno, muchos manifestaron su sorpresa positiva: “Nunca había probado el teatro, pero esto engancha profundamente”, dicen.
Para ella, estas reacciones constituyen una “gran recompensa”. Reconoce que uno de los principales retos docentes consiste en equilibrar un reparto integrado por intérpretes con trayectorias diversas, desde noveles hasta experimentados, y considera que esta dificultad se ha superado con éxito.
Por último, la directora subraya el compromiso de la Universidad con este tipo de iniciativas culturales, aunque puntualiza su carácter cíclico: “Hay periodos en los que el teatro universitario goza de especial protagonismo y otros en los que predominan otras formas de expresión entre el alumnado”.
También menciona la renovación natural del grupo debido a salidas por motivos académicos, como intercambios Erasmus o estudios de posgrado. Tras conversar con varios miembros, confía en la continuidad del proyecto.
Inma Cáceres adelanta que, aunque aún no tiene un proyecto concreto definido, su interés se mantiene firme en el teatro con un enfoque social y comprometido. Explica que en contextos universitarios busca seguir desarrollando propuestas que conecten con la vida real y los intereses de los jóvenes participantes, priorizando temáticas con una clara dimensión social o política. Asegura que continuará explorando esta línea creativa, abierta a las oportunidades que surjan, siempre con el objetivo de generar obras que tengan relevancia y resonancia en su entorno.