A través de sus ritmos, armonías y la posibilidad de improvisar, el jazz desarrolla la creatividad, la capacidad de escucha y la habilidad para trabajar en equipo. Este estilo musical brinda a niños y mayores la libertad de expresarse y abre nuevos caminos a la comunicación.
El prometedor proyecto oscense que se sustenta sobre este género se llama Huesca Big Band Junior y va dirigido a niñas y niños que realizan una educación musical, tanto en el conservatorio como en escuelas específicas. Su matriz es la Huesca Big Band que dirige el trompetista Gerardo López Pontac -quien también se hace cargo de este grupo-, y cuenta con la gestión de la escuela de música moderna Mumo
"Es como una extraescolar y nos juntamos una vez a la semana para ensayar. Tocamos los temas de las grandes Big Band de los años 30 y 40 de Estados Unidos, en los que hay partes escritas y otras, improvisadas", explica Gerardo López.
De momento son siete integrantes, de edades comprendidas entre los 10 y los 17 años, pero la idea es que el grupo vaya creciendo hasta los veinte.
La banda se presentó este sábado en la Sala Genius de Bendita Ruina, con Ainhoa al bajo, Julen y Gabriel a la trompeta, Josu al saxo, Dani a la guitarra, Martín al piano, Jorge a la batería y, acompañándoles, Gerardo López, en esta ocasión, con el trombón.
"Al principio no sabían qué era el jazz, pero luego les gustó y se lo pasan muy bien", comenta el músico.