Los Mestizos llenan el Casino de Huesca con el libro de Miguel Mena que reivindica su legado pionero

"Los chicos de provincias somos así" muestra un completo retrato de la trayectoria del mítico grupo oscense

22 de Noviembre de 2025
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Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez

El Salón Azul del Casino de Huesca ha vuelto a llenarse este viernes para acompañar la presentación de Los chicos de provincias somos así, el nuevo libro de Miguel Mena centrado en la historia de Los Mestizos, el grupo que dieron vida Juanjo Javierre, José Antonio Machuca, Ernesto Rodellar, José Ramón Oto y Fernando Lozano, todos ellos presentes en el acto. La cita, impulsada junto a la Librería Anónima, ha convocado a público de distintas generaciones que, por unas horas, ha recuperado aquel orgullo juvenil con el que la banda proyectó desde Huesca su música hacia toda España.

Las primeras palabras del acto han sido del librero José María Aniés y de David Francisco, responsable de Pregunta Ediciones. El editor ha explicado que este título inaugura el sello Frecuencia, concebido para libros sobre música, y ha subrayado que no habían podido empezar "de mejor manera" que con "un grupo tan mítico como Los Mestizos”.

La música ha estado presente desde el arranque del encuentro. Copiloto ha abierto y cerrado la presentación con varios temas vinculados al repertorio de Los Mestizos, y su alter ego, Javier Almazán, ha confesado que posiblemente hoy se dedica a la música por la “fascinación” que le causó este grupo.

En su intervención, Luis Lles ha agradecido la asistencia del público y ha destacado la importancia que Los Mestizos tuvieron en la historia musical de la ciudad. Ha subrayado que la banda fue “el primer grupo aragonés” en salir a tocar por España -antes que los Héroes del Silencio-, grabar con un sello nacional y hacer sonar el nombre de esta Comunidad Autónoma más allá de sus fronteras. Ha insistido en que el libro no solo relata la trayectoria del grupo, sino también cómo era hacer música desde provincias en los años 80, una década que incluyó realidades como la droga, que “terminó” con la carrera de muchos músicos.

Lles ha descrito a Miguel Mena como “una auténtica institución cultural”. Ha recordado que, aunque madrileño, lleva muchísimos años viviendo en Aragón, que “se considera aragonés” y que tiene más de veinte libros publicados. Ha recordado, además, que Mena formó parte del guion del documental sobre Labordeta galardonado con un Goya, y ha puesto también el foco en su extensa trayectoria en radio, considerándolo un “punto de referencia absoluto”.

Lles ha comentado que esa misma mañana había visto en Facebook y en X dos publicaciones del crítico Diego A. Manrique, al que ha definido como “el santón de la crítica musical” en España. Manrique, ha asegurado, hablaba del libro Los chicos de provincias somos así de forma “muy laudatoria” y mencionaba además el festival Periferias, como “el más audaz” del país.

Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez

AMOR CON AMOR SE PAGA

Antes de entrar en materia, Miguel Mena ha querido agradecer la presencia del público y la ayuda “inestimable” que ha recibido para la elaboración del libro. Ha recordado que todas sus obras requieren miradas complementarias y que en este caso ha contado con la colaboración del propio grupo, de Luis Lles y de muchas personas cercanas.

Mena ha destacado también la importancia que han tenido diversas lecturas externas para pulir el manuscrito. Ha mencionado a amigos de Zaragoza que suelen revisar sus libros, pero ha querido resaltar a tres personas de Huesca que han sido esenciales en esta ocasión: Brígida, “lectora perspicaz” de Tamarite, cuya mirada atenta le ha permitido corregir numerosos detalles; Marta Borraz, a quien ha descrito como autora de “la mejor novela en mucho tiempo” —Años de vida— y a la que se ha referido con cariño entre su origen oscense y su condición “alquezrana”; y el escritor Ismael Grasa, cuya lectura y puntualizaciones han sido igualmente decisivas.

Después, a raíz de una pregunta de Luis Lles sobre cómo se había embarcado en este proyecto, Miguel Mena ha explicado que el origen estuvo en una conversación con Juanjo Javierre, en la que también participó Javier Lafuente, hermano de Esther Lafuente, última batería del grupo. Ambos, ha dicho, fueron quienes “le lanzaron la red” para que asumiera la historia de Los Mestizos.

Copiloto ha tocado en la presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
Copiloto ha tocado en la presentación. Foto Myriam Martínez

Aun así, Mena ha señalado que el punto de partida real se remonta a 2008, cuando recibió el encargo de dirigir la programación de fin de semana en A vivir Aragón, en Radio Zaragoza. Entonces ha recordado que buscaba colaboradores que cada sábado contaran desde Zaragoza, Huesca y Teruel la actualidad cultural y que, al pedir una recomendación al escritor Carlos Castán, éste le sugirió el nombre de Juanjo Javierre. Aquella colaboración, ha dicho, se prolongó doce años —primero con Javierre y más tarde con Rubén Moreno— y a partir de ahí nació una amistad sostenida hasta 2020.

Por eso, cuando le plantearon la posibilidad de escribir la historia del grupo, Mena ha explicado que ya existía una base de complicidad y un agradecimiento profundo por esa etapa compartida en la radio. Lo ha resumido con una frase que, ha dicho, repetía su madre: “amor con amor se paga”. Y ha añadido que con ese espíritu —“con amor”— ha escrito el libro.

SE ESCAPÓ EL ÉXITO

Luis Lles ha recordado que La pócima del amor, el segundo disco de Los Mestizos, fue considerado por la revista Rockdelux -la publicación musical más influyente del país, ha subrayado- como uno de los diez mejores discos nacionales de los años ochenta, y que también fue destacado entre los mejores de su época.

Ha señalado que el grupo alcanzó un gran prestigio crítico, aunque el éxito masivo “se les escapó”. Según ha dicho, esa condición -sin llamarlo “perdedor”, pero lejos del triunfo convencional- resulta literariamente muy interesante, incluso más que las historias de éxito, tanto para un libro como para una película.

Miguel Mena ha explicado que al final del libro reflexiona sobre qué significa realmente el éxito y utiliza una frase de Rosa Montero para sostener que el verdadero logro es estar satisfecho con la propia creatividad.

Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
Firmando ejemplares, tras la presentación. Foto Myriam Martínez

Considera que el éxito es ver “a los cinco Mestizos en armonía”, y lo ha comparado con el caso de Héroes del Silencio, a quienes conoció de adolescentes y que, pese a su éxito “estratosférico”, no podrían reunirse hoy sin tensiones. Por eso ha insistido en que todo es “muy relativo” y que disfrutar de lo que uno hace ya es, en sí mismo, un triunfo.

Mena ha aclarado que este no es un libro nostálgico, porque prefiere “celebrar el pasado” sin añorarlo y desde un presente en el que se siguen haciendo cosas. El libro recorre la trayectoria del grupo desde sus inicios en la movida rockera en Huesca hasta la actualidad, y no se limita únicamente a aquella época.

Además, aunque narra la historia de la banda oscense, también ha volcado en las páginas mucho de sí mismo, porque vivió esa etapa como locutor musical y tenía “muchas cosas que contar”.

Por eso, el libro funciona como una biografía cruzada, en la que se entrelazan las vivencias del grupo con las suyas propias y con lo que ocurría entonces en Huesca, Zaragoza, otros lugares de Aragón y el resto de España.

Para ilustrar esa época, el autor ha compartido la anécdota con la que comienza el libro, un recuerdo de la primavera de 1986 que considera muy representativo. Ha contado que, en su afán por ser modernos, muchas ciudades imitaban la movida surgida en distintos focos del país y que, en aquel contexto, el Ayuntamiento de Zaragoza llegó a alquilar una sala céntrica de Madrid con el objetivo de que un grupo zaragozano actuara ante discográficas y medios nacionales. Se decoró el local, un modisto vistió a los músicos y se invitó a la industria del sector, pero “no salió nada” de aquel esfuerzo. Apenas unas semanas después, ha recordado, apareció el primer disco de Los Mestizos, un hecho que entonces resultó sorprendente.

Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
José María Aniés, de la librería Anónima. Foto Myriam Martínez

LOS AÑOS OCHENTA

José Antonio Machuca ha contado que en sus inicios no sabían si creaban música por “aburrimiento" o por la necesidad de hacer cosas distintas a lo que Huesca ofrecía. Ha evocado cómo empezaron a experimentar con los pocos aparatos que tenían en casa —“un radiocasete de la comunión”, un órgano, un acordeón,  y aquella curiosidad juvenil les llevó a grabar su primera maqueta y a llevársela personalmente a Lles. “En nuestra cabeza, desde muy jóvenes, estaba la música”, ha afirmado.

Javierre ha recordado que José Antonio y él se conocieron en la escuela, en primero de EGB. También ha mencionado al maestro José Luis Samperiz, que entonces impartía unas extraescolares donde podían acceder a una de las pocas baterías que existían en Huesca.

Ha rememorado el impacto que les causó ver de niños a Alaska y los Pegamoides y a Nacha Pop en el Jai-Alai, una experiencia que vivieron como si “hubieran aparecido extraterrestres”. Frente a las limitadas expectativas culturales de la ciudad, la música se convirtió para ellos en “el billete para viajar a otro mundo”.

Sobre los primeros pasos del grupo, Javierre ha contado cómo conoció a Ernesto y Oto -que querían montar una orquesta de baile- y cómo terminó convenciéndoles para trabajar juntos.

Machuca ha agregado que en aquella época “era imposible hacerlo solo”: hacía falta recurrir a quien tenía una guitarra o sabía un acorde. De ese modo surgió el germen del cuarteto. “Los cuatro tocábamos lo mismo”, ha dicho, explicando que la intención de formar un grupo fue anterior a cualquier habilidad instrumental. Se repartieron los instrumentos “y punto”. La llegada de Lozano, que tenía batería, cerró el primer núcleo de trabajo.

Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
David Francisco, el editor de Pregunta Ediciones y Frecuencia. Foto Myriam Martínez

EL DESARROLLO DEL LIBRO

Miguel Mena ha explicado que el trabajo comenzó a cristalizar el 7 de julio de 2024, día en que se reunió con Javierre en el Casino para recorrer lugares clave de la historia del grupo: el antiguo local de ensayo -“una cuadra”-, Casa Juan, la tienda de instrumentos y otros espacios relevantes.

Ya entonces empezó a tomar notas, aunque la gestación había empezado antes: cuando Javierre le propuso el proyecto él aún estaba concluyendo su novela Moncayo Estrés. A partir de ese verano comenzó a trabajar con más intensidad y elaboró un esquema general hacia octubre o noviembre.

Mena ha detallado que la recogida de material se basó en cuestionarios enviados a los cinco miembros, que viven entre Huesca, Zaragoza y Madrid. Con sus respuestas fue construyendo un relato coral. Ha descrito el proceso como un “trabajo Frankenstein, pero con un resultado más bonito”, en el que subrayaba las frases que más le interesaban para hilvanar una narración “con seis primeras personas”: la suya y la de los cinco Mestizos. A eso ha sumado entrevistas a otras personas relacionadas con el grupo: Lles, Rosa Cáncer, Esther Lafuente, Nacho García Velilla y otros.

Presentación de "Los chicos de provincias somos así" de Miguel Mena sobre Los Mestizos. Foto Myriam Martínez
El público ha llenado el Salón Azul del Casino de Huesca. Foto Myriam Martínez

Juanjo Javierre ha compartido una cita de Simone Weil que leyó recientemente: “La atención es la forma más pura de generosidad”. Ha dicho que eso es lo que los miembros del grupo han recibido de Mena: atención y sinceridad al contar sucedidos que, entre ellos, repetían casi como “historias de la mili”.

Mena ha asegurado que muchas de esas anécdotas han sido emocionantes o divertidas, como el concierto en la cárcel de Huesca, donde actuaron cuando tres de ellos aún eran menores de edad, o su relación con taxistas pintorescos que aparecen también en el libro.

A propósito de ese trabajo de memoria, Mena ha compartido algunos recuerdos infantiles que recogió para la obra, cuando pidió a los Mestizos su primera vinculación con la música. Oto, ha dicho, se sentaba detrás del escenario en Robres para espiar a las orquestas mientras su padre le insistía en que se pusiera “delante para bailar”.

Lozano recordaba una verbena en Tarragona, donde nació, en la que vio a su madre levantarse a bailar sardanas, una escena que le impactó profundamente.

Javierre situaba su primer concierto en directo y que le producía una "euforia desatada" eran los villancicos del colegio con el maestro Sampériz el día que comenzaban las vacaciones de Navidad.

Ernesto Rodellar evocaba los viajes en coche cantando con su familia y su obsesión infantil de hacer percusión con las sillas.

Y Machuca hablaba de un tío hippie que regresaba de Francia con una novia francesa en los años setenta, que recorrían Huesca cantando y con un atuendo llamativo, un recuerdo que marcó su imaginario musical.

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Mena ha insistido en que el libro mezcla lo emotivo con lo jocoso y lo que, en su momento, salió mal.

Machuca estima que esa sinceridad se debe en parte a la forma en que se ha elaborado el libro, basado en cuestionarios cuya edición final desconocían los miembros del grupo, lo que les llevó a responder con total franqueza.

En suma, Lles ha descrito el libro como un relato que “se lee de un tirón” y ha elogiado la capacidad de Mena para tejer conversaciones y mostrarlos desnudos no solo de música, sino también de sus vidas y frustraciones. Ha afirmado que el libro permite ver con claridad la personalidad de los cinco.

LA PÓCIMA DEL AMOR

El crítico ha introducido después la portada de La pócima del amor, que aparece explicada en detalle en el libro. Ha mostrado la imagen recordando que él mismo posó en ella como “paje”, tumbado en el suelo.

La ha vinculado con portadas icónicas del rock -Strange Days de The Doors, Basement Tapes de Bob Dylan e incluso Sgt. Pepper de The Beatles- por su carácter coral. Ha señalado la presencia de niños, de los dos únicos afrodescendientes que vivían entonces en Huesca, y del dueño de una tintorería que aparece con una careta tras comprometerse a lavar gratis los trajes de la cabalgata a cambio de salir en la imagen.

Lles ha recalcado que la banda oscense fue auténticamente pionera en su música de mestizaje, que mucho antes que Manu Chao apareciera en el panorama musical, ellos ya combinaban su sabiduría en este campo con un punto verbenero y hacían versiones, por ejemplo, de Las Grecas o de James Brown.

Lles ha referido también algunos episodios recogidos en el libro, como la frustración del grupo ante un éxito que creyeron cercano tras grabar La pócima del amor —hasta sonar en Los 40 Principales— o la influencia que tuvo para ellos ver cómo Duncan Dhu triunfaba tras un recorrido similar. Javierre ha recordado que estaban convencidos de que su primer disco podría ser un salto decisivo y que incluso discutieron si recibirían “un disco de oro o cinco”, siempre con ironía.

José Antonio Machuca, Juanjo Javierre, Miguel Mena y Luis Lles. Foto Myriam Martínez
José Antonio Machuca, Juanjo Javierre, Miguel Mena y Luis Lles. Foto Myriam Martínez

También ha mencionado Lles, “el fin de semana perdido” en Más de las Matas y Valderrobres, una peripecia tan desbordada que, según ha apuntado Machuca, ha generado incluso un dicho en la localidad: “Cuando alguien dice: Mañana es fiesta", le replican "Sí, y los músicos duermen en tu casa”.

Para terminar, él y Mena han leído las citas que abren y cierran el libro, que, según el escritor Ismael Grasa, son “insuperables”.

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