El título ¡Pero qué chorpatélicos sois!del nuevo libro de los Titiriteros de Binéfar podría ser una expresión creada hoy mismo, si no fuera porque Federico García Lorca ya la inventó para referirse un día a un alegre niño que se encontró por la calle.
Ahora, el espectáculo poético-musical Chorpatélicos de la compañía altoaragonesa ha tomado la forma de un álbum ilustrado por Rosa Mai, en el que se dan cita "los títeres, la poesía, la música y la memoria", como resumió este martes la profesora Rosa Tabernero, en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación del Campus de Huesca, en un acto celebrado para presentar esta obra.
“Soy un apasionado de la lectura, y cuando termina un espectáculo, la siguiente fase es hacer un libro -explica Paco Paricio-. En este caso, es la primera vez que pasamos de la cultura tradicional a la poesía de vanguardia. Sigue habiendo alguna canción tradicional, como Perogrullo, en la línea del disparate, y sobre todo es un homenaje a la baratija, al kiosco de pueblo, donde con pequeñas cosas imaginas otras”.
Eva Paricio y Pablo Borderías interpretaron, con motivo de la presentación, algunos de los temas sobre los que se han basado ambos proyectos, que los Titiriteros de Binéfar construyen sobre poesías y canciones de Federico García Lorca, León Felipe, Rafael Alberti, Nicolás Guillén, Gerardo Diego, Ramón Gómez de la Serna, Gloria Fuertes, Hermanos Rincón, María Elena Walsh y Vainica Doble.
“Los autores que elegimos tienen que ver con la memoria. Pilar (Amorós) y yo cantábamos Piedra pequeña cuando éramos jóvenes. Siendo maestros, escuchamos El niño Robot con nuestras hijas muy pequeñas; Lorca tenía que estar y también queda reflejada Vainica doble, que hace una estupenda canción pop con refranes populares".
Dos hermanos que llevan un kiosco reciben un baúl con títeres procedente de México, el país donde emigraron sus tíos, y reproducen las canciones con los elementos que encuentran en él y los que hay en su propio negocio.
El álbum incluye un código que permite descargar las nueve canciones que aparecen en el espectáculo, entre otras Piedra pequeña, El niño robot, Cucú cantaba la rana, o una con música propia, creada a partir del poema El mercader de semillas, de Gerardo Diego. “Si la trayectoria es buena, nos hemos planteado grabar un vinilo”, comenta Paco Paricio.
Aventurarse a diseñar un espectáculo y convertirlo también en un cuento en los que la poesía juega un papel primordial no deja de ser arriesgado, pero la acogida del público ha sido excepcional. “Cuando estamos en el filo de la navaja, en el riesgo, es cuando creemos que estamos en la dirección correcta, rompiendo estereotipos, tratando al público más allá de lo que se espera”, reconoce Paco Paricio.
Todo el espectáculo se cimentó sobre la palabra Chorpatélicos. “No está muy documentado que Lorca dijera la palabra, pero yo sí la leí en un libro y me gustaba mucho esta conexión con la vanguardia”, concluye Paco, emocionado junto a su esposa Pilar, al ver sobre el escenario a Eva Paricio, la segunda generación de los Titiriteros de Binéfar.
Los dibujos de este “precioso proyecto” son obra de Rosa Mai, que, aunque reconoce la complejidad de este trabajo, asegura que también ha sido divertido, porque “la poesía está muy ligada a la ilustración, tiene ese componente fantástico que nos permite meter guiños y juegos, dejarnos llevar por lo que evoca, más que la narrativa que es más fiel a la realidad”.
“Me parece imprescindible recordar a las personas que nos han antecedido en el camino que todos vamos recorriendo, porque los artistas y las artistas son las personas que van abriendo camino para que los demás podamos vivir y entender de qué va esto de la vida”, señala.
Añade que “la poesía sólo puede permanecer viva si la leemos y la cantamos” y con libros e ilustraciones “va a ser más fácil disfrutar de ello”.
La presentación del acto corrió a cargo de Rosa Tabernero, que es también directora de postgrado en Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad de Zaragoza. “Creo que es muy importante entender la labor de los Titiriteros de Binéfar de recuperación de folclore, pero también de la poesía de la Generación del 27 de las vanguardias”, destaca.
La profesora observa que el libro contiene memoria, recuerdo y un canon de poesía para los más jóvenes, en algunos casos nostálgica, como el caso de El niño robot. “Me cuenta que muchas generaciones lo conocen de Mocedades, pero realmente es de los hermanos Rincón”, precisa.
Rosa Tabernero apunta, además, que el álbum, que nos puede acompañar en los viajes con sus canciones, defiende un concepto como seña de identidad y nos recuerda quiénes somos. “Eso se lo debemos a Paco Paricio, a los Titiriteros de Binéfar, que se han ocupado y preocupado por defender las raíces, la identidad de un pueblo, y por llevarla en sus espectáculos nacionales e internacionales”.
“Creo que es necesario poner en valor a Paco Paricio, es de aquí, pero podía haber sido de cualquier lugar. Ha realizado un estudio muy riguroso de los títeres, los ha vivido, los ha sentido, ha nacido con ellos, los ha llevado por todos los escenarios y, sobre todo, ha entendido como nadie el valor de lo popular. Ideológicamente, muy comprometido con un pueblo, con una sociedad y con una ciudadanía progresista, justa, que lucha por valores en los que todos creemos. Lo ha hecho hasta las últimas consecuencias y prueba son los muchos libros que ha publicado con el sello de los Titiriteros, que, en el fondo, lo que buscan es dejar por escrito la labor de toda una vida, que ha cristalizado en el Museo de los Títeres, en Abizanda, y que llevan en su furgoneta allí donde se solicitan”.
La presentación se realizó en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, antiguo Magisterio y Escuela de la Normal, donde se han formado tantas maestras y maestros, algunos de los cuales se encontraban entre el público con sus hijos. “Entienden que los Titiriteros de Binéfar son una seña de identidad, algo que hay que preservar. Yo diría que es un patrimonio de nuestra comunidad que debemos cuidar, con nuestra presencia y nuestra visibilización”.