El entrenador del Huesca, José Ángel Ziganda, ha comparecido con una declaración de arranque: "Ha sido de los peores partidos que hemos hecho". A continuación, ha dado valor al rival y se ha congratulado de que le haya falta de eficacia.
El Cuco ha rechazado que haya habido cierta relajación. "No es falta de tensión, yo diría que al revés", esto es, exceso de presión de los jugadores que les ha conducido a "una falta de confianza. No hemos estado cómodos, hemos estado a merced de ellos. Lo bueno es que no hemos perdido, y que hemos tenido arreones".
El técnico azulgrana ha aludido a las "imprecisiones y errores. Es lo que tenemos y así va a ser hasta el final". Ha apelado a su sempiterno argumento de la igualdad de la categoría. "No hemos empezado con buen tino, otras veces nos hemos sentido seguros. No tenemos una gran circulación pero somos fiables. Hoy, ni circulaban ni con juego directo conseguíamos segundos balones o rebotes".
Ha agradecido a los aficionados, "que nos han aguantado", porque "ha sido un partido malo, pero hay mucha igualdad y pocos equipos con capacidad de imponerse claramente".
Ha dejado otras dos apreciaciones particulares, una que "a los pivotes se les hacía grande el campo", lógico cuando llevan toda la temporada en inferioridad respecto a los rivales. Dos, que hoy ha sido una excepción después del "partidazo de Andorra".
Su colega del otro banquillo, Luis Miguel Ramis, ha reconocido su decepción. "Con el resultado no estoy contento", y es que el fallo está en que "todo lo que generamos no acaba en gol"
Tras recordar que son sus últimos partidos con un club con el que está comprometido al 200 %, ha asegurado que disfruta "mucho con este equipo, compiten como gladiadores". Pero, al final, "donde quedemos es donde merecemos estar". Pragmatismo se le llama a esa actitud.