La sorpresa de Francisco Portillo se ha colado en la previsión reconocida de dos fichajes anunciada este mediodía por Ángel Martín González en la presentación de Diego Luna, que seguramente obedece a la característica táctica del despiste porque el veterano atacante malagueño ya estaba camino de las oficinas de El Alcoraz. Serán, respecto a la perspectiva antes de este 28 de agosto, tres los nuevos azulgranas, habida cuenta que el contrato de Gustavo Albarracín ya está preparado para su firma tras los arreglos de los papeles del Alavés con Argentina y que la intención firme es incorporar un delantero centro.
En el foco preferente de atención del ariete, como adelantamos hace ocho días, Luca Moro, cuya incorporación a la Sociedad Deportiva Huesca no está resultando sencilla, y es que la procedencia desde la Serie A italiana no marca fluidez. El problema, aunque todo se negocia, no es hándicap en este momento porque el club del Camino de Cocorón vive momentos de holgura.
Quiere decir que Luca Moro es objetivo y prioridad, por la convicción que existe de que es una buena opción como refuerzo en un puesto en el que se quiere atinar especialmente por su sensible incidencia en los resultados.
El delantero italiano de 24 años, con contrato en el Sassuolo de la Serie A hasta 2027, marcó la pasada temporada siete goles y dio dos asistencias en 27 partidos en el Sassuolo en la Serie B (la segunda italiana), donde los defensas no reparten precisamente empanadillas. Antes, el alto ariete de 1,89 metros había lucido en el Padova, el Génova y el SPAL, de donde saltó al Frosinone y al Spezia, siempre con buenos guarismos.
HABRÁ SALIDAS
A la cesión de Ayman Arguigue, se sumarán más porque hay inflación de fichas en la Sociedad Deportiva Huesca. La de Enol Rodríguez se da por hecha, pero no será la única porque el número puede ser de tres o cuatro, cuestión sensible que requerirá antes las conversaciones (Ángel Martín González ha dicho esta mañana que ya se han producido con algunos) con los afectados, todos ellos jóvenes y, por tanto, con una larga proyección. Esto es, que será un hasta luego al que, tras un paréntesis, sucederá un "nos vemos de nuevo" triunfal. Los precedentes históricos atestiguan que no son excepcionales estos viajes de ida y vuelta.